White Zombie, Tool, Deftones, Korn, Fear Factory, Marilyn Manson… muchas fueron las bandas que, a finales de los 90, y aprovechando el tirón del grunge y la renacida pasión por los sonidos más duros, decidieron ir un paso más allá para mezclar el rock alternativo con el metal, el rap y otros sonidos, y empezar a utilizar la electrónica y las bases programadas para crear algo totalmente nuevo.
Algún iluminado tuvo la brillante idea de llamarlo nu metal, una denominación comercial que, como todas las etiquetas, no sirvió más que para que se adhiriera a ello todo tipo de morralla y para pervertir un género que, poco a poco, se fue apagando, aunque muchas de estas bandas aún sigan sacando discos y girando con más pena que gloria, más por una cuestión de nostalgia, que por un éxito masivo.
Si algo caracterizaba al mal llamado “nu metal”, era el exceso de testosterona, ya que eran grupos formados, en su mayoría, por hombres que, además, tenían que ser “muy hombres” y americanos. Así que, aunque en este selecto grupo de bandas que osaron “manchar” el rock juntándolo con otros sonidos, podríamos incluir a Skunk Anansie, fueron apartados de la etiqueta, primero por su procedencia europea y, seguramente también, por el protagonismo femenino y la presencia apabullante de Skin, carismática líder de la banda británica que mejor ha sabido evolucionar desde aquellos lejanos años.
En el fatídico 2020 el mítico álbum de debut de Skunk Anansie, ‘Paranoid & Sunburnt’ cumplía 25 años en los que, salvo una pausa que se alargó demasiado, en la que la cantante estuvo probando suerte en solitario, han conseguido crear una más que interesante discografía con una indiscutible colección de grandes éxitos, que pudimos disfrutar ayer en la sala Santana 27. Tras las cancelaciones de rigor a causa del puto virus, la banda iniciaba en Bilbao su gira europea en una sala abarrotada para la ocasión y con un público que, por suerte, parece que ya se ha olvidado de las restricciones y de la pesadilla que hemos (mal)vivido durante los dos últimos años.
Nada podía fallar y, tras un aperitivo delicioso con la formación irlandesa New Pagans, banda que practica un indie rock mezclado con un toque de post punk, que sirvió para amenizar la espera, aparecieron en el escenario Skunk Anansie, dispuestos a celebrar por todo lo alto un cuarto de siglo (+ 2 años pandémicos de propina).
Así que, allí aparecieron, por fin, Skunk Anansie en formato quinteto, ya que para la gira, han añadido al conjunto una nueva integrante, que complementa a Skin a las voces, además de encargarse de la parte electrónica con los sintes, las percusiones y las bases.
Desde la inicial ‘Yes It’s Fucking Political’, demostraron que están en plena forma y que el tiempo parece no pasar para la banda británica, especialmente para Skin, un torbellino que no paró ni un solo segundo de botar, bailar e interactuar constantemente con un público entregado, aunque también hubo momentos de lucimiento para el resto de la banda, como esos riffs de Ace en temas como ‘I Believed in You’, ‘Without you’ o ‘Hedonism’, con un interludio muy chulo, o la presencia de un tipo como Cass, sobrado de actitud y que complementa a las mil maravillas a la cantante en la parte más teatral de la banda, aparte de marcarse momentos impagables como la intro de ‘I can dream’, y de formar una base rítmica brutal junto a Mark Richardson, una auténtica bestia que llevó el peso del bolo en muchos momentos, ya que todavía tengo el sonido de ese bombo palpitando dentro, unas cuantas horas después de que ha pasado el concierto.
A lo largo de los 105 minutos (minuto arriba, minuto abajo) que duró la descarga, Skunk Anansie hicieron un completo repaso de un repertorio en el que hay de todo, desde el heavy con aires ochenteros del ya mencionado ‘I can dream’, a los ritmos machacones de final del siglo pasado de ‘Brazen (Weep)’ o ‘Charlie Big Potato’ o la épica de temas como ‘God only loves you’, sin olvidarse de grandes clásicos de la banda como ‘Intellectualise My Blackness’ o ‘Twisted’. También hubo tiempo para sus composiciones de los últimos tiempos, brutalísimas ‘Piggy’ y, sobre todo ‘This means war’, que dedicaron a las personas que están sufriendo en Ucrania la sinrazón de la guerra; también tocaron por primera vez en directo ‘Can’t take you anywhere’, su último single, recién publicado.
Poco más que añadir, aparte de decir que estamos encantadísimos de que hayan vuelto las giras internacionales y de tener la oportunidad de disfrutar con bandas como Skunk Anansie, unos auténticos supervivientes que, tal y como demostraron ayer, todavía tienen mucho que decir.
Texto: Sergio Iglesias
Fotos: Dena Flows