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Miguel Ríos «Rock & Ríos» – Wizink Centrer (Madrid)

 

Mi madre podría contar los conciertos de rock que ha estado con los dedos de una mano. El primero fue en una tarde de verano de 1983, en el campo del Rayo Vallecano. El último, el 11 de marzo en el WiZink Center de Madrid. En ambos la estrella era Miguel Ríos, en ambos bailó y agitó su melena, ahora con canas. Es curioso, casi cuarenta años han pasado entre uno y otro, pero las manecillas del reloj se pararon durante dos horas y media. Se reencontró con su pasado, con su eterna juventud y con los mismos coros de esa famosa canción.

Un año antes, en 1982, este artista granadino ayudó a la música española a dar un salto de gigante con su espectáculo, Rock & Ríos. Un disco que ha marcado a todas las generaciones posteriores a esa presentación. La música española, y el rock en particular, no sería lo mismo sin ese disco y sin ese ciclo de conciertos . Cuatro décadas después, Miguel Ríos paró su nueva gira para realizar un homenaje a ese momento, a esa parte concreta de la historia española, pero lo hizo sin convertirlo en una réplica. Todo un acierto.

Encima del escenario estaba la banda original, Los aliados de la noche, salvo dos excepciones: Sergio Castillo y Paco Palacios, aunque en todo momento estuvieron presentes. Para sustituir al primero, estaba debutando a la batería, con apenas 18 años, el hijo de Pablo Nerea, productor del disco. En el otro lado su compañero de fatigas José Nortes. Y entre canción y canción una larga lista de amigos, desde Anni B Sweet a Víctor Manuel, pasando por Mikel Izal, Amaral, Carlos Tarque, Jorge Salán o Guille Galván y Pucho de Vetusta Morla, entre muchos otros.

El setlist ya lo conocíamos de antemano y podría elaborar una lista de qué canciones interpretó cada uno, pero para mí fueron dos los momentos clave de este reencuentro con el pasado. El primero fue con la excepcional interpretación de la canción «Generación Limite» y el vídeo que acompañaba el tema. Un videoclip que repasaba todos los acontecimientos históricos que habían ocurrido en España en estos cuarenta años. Un recordatorio de lo rápido que pasa el tiempo, de todo lo que hemos vivido y de todo lo que nos queda por disfrutar.

El público estaba entregado, al igual que mi madre, para ellos el tiempo no había pasado, solo ese videoclip y las largas colas en los baños de hombre podían vaticinar ese hecho, incluso uno de los asistentes al lado mío intentó pagar el mini de cerveza en pesetas, ante la risa de los que nos encontrábamos alrededor. El otro momento clave se produjo tras la interpretación del «Himno de la alegría». Los focos se apagaron y el grupo se marchó. Todos sabíamos que había algo más, nadie se movió. El conjunto regresó y nos regaló un bis de ocho canciones dignas de enmarcar.

Encima del escenario pasaban leyendas como: Ariel Rot, Johnny Cifuentes, Alejo Stivel, Rosendo y Topo. Interpretaron temas como: «Maneras de vivir», «Mueve tus caderas», «Sábado a la noche», «Mis amigos dónde estarán» o «Rock and Roll en la plaza del pueblo», fueron la guinda de un espectáculo que nadie olvidará. Un público enloquecido, que nunca más se volvió a sentar, y una despedida de varios minutos de aplausos y gritos, fueron el final de una noche mágica.

Gracias Miguel Ríos por tu persona y por tu música. Tú has marcado las reglas de juego en este país de esto que llamamos rock, y que tanto nos apasiona. Siempre estaremos en deuda.

Texto: Víctor Terrazas

Fotos: Gloria NM

 

 

 

 

 

 

 

 

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