Encuentros

Ana Curra, la esencia punk como bandera

Foto: Alberto García Alix

 

Si hay algo que no admite discusión es que hablar de Ana Curra es referirnos a uno de los momentos más prolíficos e importantes de la historia del rock en nuestro país. Buceando en su trabajo, podemos recorrer la historia que supuso traer el punk a un país atrasado que después de cuatro oscuras décadas, acababa de conquistar la democracia, y hacerlo además con valentía, determinación y feminismo incipiente. Ver fechas de próximos conciertos al final de la entrevista.

Nunca fue fácil ser músico en España y menos para Ana Curra cuando apostó por el punk con ramificaciones góticas. Es evidente que siempre unió actitud y determinación a su música; bien fuera en sus inicios con Pegamoides y con Parálisis Permanente, transitando después con Seres Vacíos, como finalmente en solitario con nombre propio. Y todo ello, haciendo frente a la confusión derivada de la normalización de la movida, manteniendo en todo momento la coherencia por bandera.

Hablamos con ella con motivo de la publicación de su nuevo single “Aphrodita la monarca”, acompañado por un inquietante videoclip. Coincide con el inicio de su gira El Acto, con la que conmemora los cuarenta años de la publicación del histórico álbum de Parálisis Permanente, así como con la publicación del libro Conversaciones con Ana Curra (Efe Eme), en el que de la mano de  Sara Morales descubrimos entresijos del punk en España y recuerdos nunca contados anteriormente de su vida.

Ana, comencemos con tu nuevo trabajo, el single Aphrodita la monarca, una migrante espacial que regresa a la tierra después de haberla abandonado para poder sobrevivir, ¿qué te llevo a componer un tema de tal complejidad?

Fundamentalmente toda la situación que estamos viviendo, desde la pandemia hasta el cambio climático, pasando por la invasión rusa de Ucrania. En todos estos fenómenos aparece la mano de la especie humana, por eso Aphrodita la monarca es una migrante, pero no por decisión propia, sino porque es expulsada por los humanos. Pasado un tiempo decide volver a la tierra, pero no sola sino con otras féminas que en actitud de colmena, deciden experimentar con humanos en una especie de burdel, para crear así una nueva especie mutada que consigue redimir y salvar la especie.

Tiene mucho de ciencia ficción, pero también de presente, ¿verdad?

Así es. Es una canción que defiende la integración, el mestizaje, contra esos mensajes de odio que señalan al diferente, que son xenófobos o racistas. Para mí Aphrodita es la esperanza que representa la mujer libre en cualquiera de sus acepciones, por ello regresa a la tierra empoderada para experimentar.

Con Aphrodita la monarca, lanzas un grito a las conciencias desde tus propias esperanzas, pero cuando reflexionas ¿hacia donde basculan más tus pensamientos? ¿hacia los sueños o hacia las pesadillas?

Depende del día, porque siempre hay momentos de optimismo y otros de pesimismo como la nueva guerra iniciada por Putin, con todo el horror que ello conlleva. Es toda una cuestión de supervivencia, de solidaridad interhumana, pero para poder sobrevivir hay que estar en permanente rebelión. Ese grave contexto es el que refleja el videoclip, obra de Petra Muguruza, que consigue trasmitir los temas centrales de la canción como son la vida, la muerte y esa metamorfosis que permite un eterno renacer.

Justo después que acabara el confinamiento, lanzaste tu anterior trabajo Hiel, toda una reflexión sobre el coronavirus y como ha reaccionado la humanidad ante el letal virus. ¿Cómo la ves ahora , con cierta perspectiva, aunque el virus sigue presente?

Curiosamente yo ya hablaba en pasado cuando la compuse, porque ya intuía que al final acabaría pasando como algo olvidado, como pasa siempre bajo el capricho mediático. Aún así quería reflejar ese sentimiento colectivo planetario de miedo y reflexión, ya que me di cuenta que la pandemia reafirmaba que el ser humano va hacia el abismo de la mano del capitalismo salvaje, y que mucha gente no aprendería la lección nunca como se observa con la ultraderecha.

En Hiel hay mucha tristeza y dolor, casi sin atisbos de luz,

Ello se debe a que hay una parte central dedicada a la gente mayor que fallecía en las residencias, sobretodo en la Comunidad de Madrid, totalmente sola, sin saber que pasaba, abandonados a su suerte. Eso la convierte en una de las canciones más difíciles de mi carrera, por su duración (la canción dura más de seis minutos), por el homenaje a los fallecidos, por la reflexión final. Es difícil que vuelva a componer con tal emotividad como he hecho en Hiel.

Han sido dos años muy intensos para ti. El trabajo previo a Hiel, Huaca, fue publicado en 2020, en concreto “Fundido en negro” fue lanzado el 12 de marzo de 2020, solo dos días antes que el presidente del Gobierno anunciara el confinamiento del país.

Si, al final fue totalmente premonitoria de lo que iba a suceder. Con “Fundido en negro” y el resto de temas de Hiel me obsesionaban cuestiones como el mundo caótico al límite de la supervivencia, la muerte como redentora de la vida, pero siempre en búsqueda de la luz. Resultó un reto personal en el que daba prioridad al relato, a partir de la letra compongo la canción, no al revés. Daba prioridad a la literatura antes que a la estrofa, puente y estribillo.

Eres una compositora que no se cierra a los cambios, a nuevos retos e influencias, pero con unos asideros musicales firmes. ¿Te han costado los cambios en relación con el público, la escena musical, etc.?

Realmente he sufrido los cambios por los que he apostado, a veces por mi propio criterio, otras por ignorancia y a veces por la intolerancia de los receptores de aquello que hago. Para mí cambio, es estar vivo, es actualizar permanentemente a mis referentes como David Bowie, el mutante por excelencia, el personaje sideral. Pero igual sucede con mi imaginario que se ha formado con literatura, cine, música, desde Mary Shelley a Marianne Faithfull, Janis Joplin, Patti Smith, Sex Pistols, o mis referentes de la música clásica como son Bach, Schubert o Beethoven.

La coherencia como elemento transversal a los cambios

Exacto, la coherencia es una bandera en mí, e intento que así sea siempre. Me considero una inconformista nata, no soporto el postureo por superficial, aunque ello siempre es fácil y difícil a partes iguales. En esencia sigo siendo muy punk, me importa bien poco por donde vaya la industria o los like que consiga en las redes sociales. Mi trayectoria vital ha sido valiente, me considero una mujer que se crece ante situaciones adversas, y las artísticas no lo iban a ser menos. Por eso me sigue influenciando un álbum como Never Mind and the Bolloks, cuya denuncia del negocio de la industria musical traspasa su publicación, o Paul Weller buscando nuevos caminos, rompiendo con banderas estáticas después de superar The Jam.

Te encuentras de lleno en la gira por el 40 aniversario del El Acto primer y único álbum de Parálisis Permanente. ¿Qué sientes al interpretar estos temas, reivindicándolos cuatro décadas después?

En la vida hay que ser agradecida y hay que reivindicar a nuestros muertos, como es el caso de Eduardo Benavente. Además, compruebas que es un grupo actual, vivo, con canciones como por ejemplo “Autosuficiencia” que se convirtió en una de las canciones más escuchadas durante el confinamiento. Temas como “Nacidos para dominar”, “Unidos”, “Sangre” y naturalmente el conjunto de El Acto, hace que me sienta genial cantando a Parálisis Permanente, porque además es donde más compuse en esa ápoca, aunque la etapa de Pegamoides también fuera mágica con cinco personalidades diferentes. En poco tiempo descubría el sexo, la muerte, la libertad y la independencia con menos de veinte años, por eso son canciones que reflejan todo eso, que trascienden el tiempo, son himnos a lo gótico, son mi esencia. Para toda la vida.

 

Texto: Amadeu Sanchis

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

One Comment

  1. Que horror de entrevista. Chica, te quedaste en Janis Joplin

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