Muchos son los que aseguran que el blues está muerto. Pues desde aquí vamos a demostrar que no. Que está más vivo que nunca, y no solo eso, sino que ha sufrido múltiples mutaciones. Y que blues hay hasta debajo de las piedras. Blues bastardo, quizá. Pero a fin de cuentas, blues.
Nacido en 1952, en Washington D.C., Tom Principato decidió dedicarse al blues después de ver tres noches seguidas a BB King en The Cellar Door. Probablemente eso nos hubiera pasado a todos. Otra cosa es tener la destreza para llegar al objetivo y ahí la cosa ya va de elegidos. Y Principato es uno de ellos. Sus primeros pinitos los hizo liderando la banda Powerhouse, en plena efervescencia de los setenta, para luego pasar a convertirse en músico de sesión de gente tan destacada como Big Mama Thornton o Billy Price. Otro de los grandes logros de su carrera se encuentra en los dos discos que grabó como parte de los Assassins, la banda de acompañamiento de Jimmy Thackery. Desde sus inicios, siempre demostró su devoción por las guitarras Fender Telecaster, y su primer disco en solitario, grabado en vivo en 1980 junto a Danny Gaton lo demuestra desde su título. Precisamente Gatton es uno de sus grandes ídolos, compartiendo protagonismo en su particular olímpico guitarrístico con Roy Buchanan. Y a ellos dos está dedicado su último lanzamiento, disponible en tiendas desde el 25 de marzo.
Él mismo explica el origen de este disco que se acaba de publicar bajo el título de It’s Tele Time: A Tribute to Roy Buchanan & Danny Gatton: “Nunca pensé en mí mismo jugando en la misma categoría que Roy Buchanan y Danny Gatton: estos muchachos eran mis héroes, y a través de ellos escuché tocar a mis otros héroes como Les Paul, Chet Atkins, Roy Nichols, Charlie Christian y James Burton. Y aunque he tocado diferentes modelos de guitarras Fender y Gibson a lo largo de los años (Roy y Danny tampoco tocaban siempre una Telecaster), siempre me he considerado a mi manera, como parte de la “tradición de la Washington DC Telecaster «. Siempre llevaba más de una guitarra a una gira o a un concierto, y una de ellas solía ser una Telecaster. Habría una parte del show en la que me ponía una Telecaster y bromeaba diciendo «¡es la hora de laTele!» o “soltad las gallinas”, y durante esa parte de la noche todo lo que aprendí o absorbí de Roy y Danny salía a raudales. Esta es una colección de grabaciones en vivo que muestran esas influencias y mi tributo a 2 de los mejores guitarristas de Fender Telecaster de todos los tiempos”. Nueve canciones entre las que se encuentran sus revisiones de «Apricot Brandy», «8 Counts To Rita» o «One For Danny», canción evidentemente dedicada a su amigo y maestro Danny Gatton.
Eduardo Izquierdo
