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Blues en la encrucijada: Mark Hummel abre las catacumbas de la East Bay

Muchos son los que aseguran que el blues está muerto. Pues desde aquí vamos a demostrar que no. Que está más vivo que nunca, y no solo eso, sino que ha sufrido múltiples mutaciones. Y que blues hay hasta debajo de las piedras. Blues bastardo, quizá. Pero a fin de cuentas, blues

Un auténtico regalo para los estudiosos del blues. Eso es lo que acaba de regalarnos Mark Hummel, figura de la armónica desde hace décadas quien, para la ocasión, se ha disfrazado de rata de biblioteca -discoteca, mejor dicho- para escarbar, localizar y rescatar una serie de grabaciones perdidas en el tiempo (y los sótanos) y sacarlas a la luz en un volumen de edición limitada.

Mark Hummel Proudly Presents East Bay Blues Vaults 1976-1988 resume, en su propio título y de manera perfecta, lo que se ofrece en el interior. Una recopilación de temas oscuros -por difusión, que no por interpretación- producidos por los músicos de Berkeley y la escena de la East Bay de San Francisco, desde mediados de los setenta hasta finales de la siguiente década. Con el aliciente de la participación del propio Hummel -y lo que ello comporta de conocimiento personal- en un buen puñado de los registros. Cabe recordar que el armonicista, oriundo de New Haven, Connecticut, llegó a dedo a Berkeley en 1974, recién graduado de secundaria. Allí encontró el ambiente de blues que andaba buscando, asentándose y empezando a compartir tablas con nombres como Boogie Jake, Sonny Lane, Cool Papa Sadler o Mississippi Johnny Waters; con este último formaría además a los Blues Survivors en 1979, convirtiéndose en su banda principal desde entonces. Pocos músicos, pues, mejor preparados y más conocedores de la escena, que él.

Entre los veintidós temas que componen la antología -remasterizados por Kid Andersen en los Greaseland Studios de San Jose, California- destacan los tres temas a cargo de Sonny Rhodes («Look Out for Sonny Rhodes», «Take the Bitter with the Sweet» e «It Won’t Rain in California») y las apariciones de Mississippi Johnny Waters (tanto por su cuenta como en las filas de los Blues Survivors junto a Hummel), con esa voz tan cercana a la de su tocayo en apodo, el viejo Muddy y ese sonido tan clásico, puro Chicago. Ambos copan buena parte del repertorio, pero la lista de perlas ocultas es amplia: los temas de Bob Kelton, Brownie McGhee, Boogie Jake, Ron Thompson, J. J. Malone, Paris Slim y Cool Papa ayudan a definir y completar el cuadro tanto en vista general como al detalle.

Editado por Electro-Fi Records, su limitada tirada de mil ejemplares no redunda en un precio abusivo (ronda los veinte euros la cosa) pero debería servir de acicate para aquellos que no contemplan el disfrute de artefactos tales si no es en formato físico. Formato que, además y en esta ocasión, se revela poco menos que imprescindible. Y no tanto por el sonido, que también, sino porque en el libreto que se incluye, Hummel ha firmado un magnífico, documentado ensayo; la experiencia de escuchar estos temas ahora resucitados, al tiempo que se leen las notas sobre cada uno de ellos, le da un plus innegable.

Mucho más que un mero disco recopilatorio, East Bay Blues Vaults 1976-1988 es un pedazo de Historia del blues. Un deleite para el oído y la vista que ningún aficionado debería perderse, a poco que le interesen los distintos -y tantas veces desconocidos- vericuetos del género.

Eloy Pérez

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