La ilustre dinastía Perrett sigue lustrosa tras más de cuatro décadas del mejor pop-rock. Y sí, lo decimos en parte por la recientemente remozada carrera artística de Peter, el padre, quien tras dirigir uno de los mejores actos que vio nacer el power-pop de finales de los 70 (exacto, The Only Ones), ha editado un par de notables discos de retorno en los últimos años, con la ayuda de Jamie, el hijo y quien aquí nos ocupa.
El vástago, otrora compañero de Pete Doherty en los primeros pasos de unos fulgurantes Babyshambles, empieza a mover ficha con paso lento, pero seguro. De momento ha editado un par de singles de pop-rock poético y apasionado, con un toque new wave, si se quiere. «Angel of Santiago» y «Masquerade of Love» son gemas de pop moderadamente épico, destinadas a resonar en nuestra psique.
En su noche madrileña logró convocar bastante público, a pesar de ser un gélido martes de enero. Pero lo más remarcable es que logró atrapar a los presentes durante más de hora y media, con la sola presencia de su voz y su guitarras, acústica y eléctrica.
Versionó a The Ronettes, Daniel Johnston o Joy Division y repasó las canciones del que será su debut en largo, a editar este año. En la línea de lo ya apuntado, despachó un repertorio de canciones pop universales, para el caso, adaptadas al formato minimalista. Lo hizo ralentizando el tempo, en pos de una mayor dicción, con la cual el londinense vocalizaba las palabras con el mimo y el entusiasmo de un cantautor urbano.
Toda la tradición del mejor pop-rock del pasado siglo, ese del que ya hicieran gala los mencionados Perrett padre y Pete Doherty, fue despachada con pasión y pericia instrumental y vocal, en un show íntimo y cercano. Esa proximidad (física y personal) propició una velada agradable, en la que el público se metió de lleno, con respeto e interés (así da gusto), mientras Perrett, comunicativo, explicaba detalles sobre las canciones y sobre su próximo álbum, dando contexto al repertorio despachado.
Y ahora, a por el debut en formato álbum y la posterior gira con banda. Un futuro inmediato, sin duda, prometedor y excitante. Y esto apenas empieza.
Texto: Daniel González
Fotos: Salomé Sagüillo