Encuentros

 Amann & The Wayward Sons, descarriados y rabiosos, pero esperanzados

 

Foto: Alberto Zaldibar

Gran título y preciosa portada para el tercer disco de estudio de Amann & The Wayward Sons. Hymns Of Hope And Rage es el tercer disco de estudio de la excelente banda bilbaína encabezada por la peculiar y buena voz, además de las composiciones de Amann, nos ha estado durante más de un año afilando los dientes para escuchar su nuevo disco al completo. Trabajo, por tanto, concebido y grabado durante la pandemia y con un título que hace alusión a la misma.

Comenzaron con una contagiosa y reluciente «Feel It In My Bones» con sus aires country. Siguieron con otro single ya este año con la purificadora «Under Pouring Rain» con esos aires al nuevo blues eléctrico que tanto les gustan y se reflejan también en otros temas como «Devil Knows My Name» o «Train To Mars». Ya en verano  sacaron otro single digital titulado «Once I´m Gone» con aires gospel a lo Ben Harper y con un coro que emociona realmente, así como lo hacen en otros temas los coros de La Negra Mayté.

Un tema que trata de sentimientos dolorosos como las pérdidas humanas, pero también de la esperanza que te obliga a levantarte de nuevo tras estas malas experiencias. Así es normal que se hablen de grandes de los mejores sonidos americanos actuales como Gary Clark Jr., Bay Kamara Jr. o Tyler Bryant & The Shakedown. No faltan retazos soul ni buenos punteos (son 3 guitarristas en la banda) así como un gran trabajo por parte de los teclados de Phil Wilkinson. Hablamos de la esperanza depositada en este disco por Amann y también de la rabia vivida en estos tiempos de pandemia.

El nuevo trabajo te engancha ya desde la preciosa y crepuscular portada hasta por su atractivo título. ¿Pero qué tenemos en las historias de las nuevas canciones, más esperanza o más rabia por cómo se han afrontado muchos de los problemas de esta interminable pandemia?

En esta montaña rusa que estamos viviendo, está dando tiempo para transitar por todos los estados de ánimo, retornar a cada uno, volver a salir, y todo eso queda plasmado en estas canciones que empecé a escribir al principio del confinamiento, con un «Feel It In My Bones», primer single del álbum, en el que añoraba tanto la naturaleza que ahora sólo podía contemplar desde una ventana. Por cierto un tema que grabamos cada músico la parte que le tocaba, por su cuenta en su casa, ya que no podíamos reunirnos, lo que para mí le da un valor doblemente especial. Después hay momentos para la esperanza, la rabia, el sentimiento de pérdida, el aburrimiento, la ironía, el entretenimiento…Pero mi forma de ser me impide quedarme lamiéndome las heridas demasiado tiempo, así que yo diría que hay mucho de rabia, sí, pero para despertar, para tirar para adelante, para confiar en que saldremos de esta…

Por cierto esa ventana que te mencionaba es el elemento clave de la portada del álbum, que es una vez más una genialidad de Comunicom Studio de Barcelona. Siempre trabajamos codo con codo los proyectos y supieron captar la importancia de esa realidad de un mundo exterior crepuscular y una pequeña ventana iluminada, detrás de la cual ocurren cosas, como escribir canciones. El propio título del álbum, que queríamos que fuera un título genérico que diera significado a todo el álbum fue una idea de ellos.

Temas destacados recientes aparecidos en single como «Under Pouring Rain» parecen dejar n poco más abierta la puerta a la esperanza y a poder mejorar un poco nuestras maneras de relacionarnos…

Sí, «Under Pouring Rain»  fue escrito en una de esas pausas en las que ya se nos permitía salir a la calle, y en mi ciudad, Bilbao, a la que quería hacer un pequeño homenaje, mojarse es parte de esa bendita normalidad. También está recogido su pasado industrial, con esos ritmos fabriles. Es una canción que suena a cemento y hierro, y a también esperanza, a reencuentro.

Sin embargo en otros como «Feel It In My Bones» o «Once I’m Gone» parece que nos cantas y surgen más desde esa rabia producida por muchos comportamientos y actuaciones tanto políticas como personales. ¿Cómo lo ves?

En una situación tan difícil, brota lo mejor y lo peor. El egoísmo más brutal y la humanidad más descarnada. Encender la tele, ver las noticias, determinadas manifestaciones, esa puta bronca constante, tan alejada de lo que sentimos, necesitamos y queremos…hay momentos que tengo que apagar, trasladarme a otro lugar, como por ejemplo a esa gente que ha perdido a un ser querido y no ha podido despedirse de él o de ella. A esas enfermeras que hacían lo imposible para que las personas que morían en una UCI, alejadas de su familia, no se sintieran solas. Ese sentimiento por ejemplo inspiró «Once I´m Gone». Sentí en mi piel esa situación, y lo reflejé en esa canción que habla de duelo, que transita del dolor de la pérdida a la alegría del recuerdo. Fue quizá una de las más complicadas del álbum.

En cuanto al sonido, en general, parece que cada vez te tira el blues de guitarras más actual de Gary Clark Jr. o Tyler Bryant & The Shakedown como se puede apreciar en la citada «Under Pouring Rain» o en vuestro ya clásico en directo «Train To Mars». ¿Son estos referentes válidos para definir vuestro nuevo sonido? ¿Qué otros artistas has estado escuchando más profusamente durante esta pandemia?

Gary Clark Jr. es uno de esos músicos que te hipnotiza. Desde que lo descubrí tocando su inmensa «When My Train Pulls In» en una sesión de Jam in The Van, no he parado de escuchar todo lo que hace. Su forma de cantar, de componer, de tocar, la bestialidad de su sonido…me parece uno de los grandes del blues-rock en el momento actual. Tyler Bryant es otra mala bestia, lo descubrí cuando teloneaban a AC/DC en su última gira.  Larkin Poe, The Cold Stares, Rival Sons, Marcus King, Tedeschi Trucks Band…por ahí está lo que más he escuchado e indudablemente han sido enorme fuente de inspiración.

Foto: Alberto Zaldibar

Por cierto la preciosa portada del disco me ha recordado a otra chula de un disco reciente de Joe Bonamassa. A muchos aficionados al blues no les gusta demasiado Bonamassa por su excesiva preponderancia en demostraciones con su guitarra y los asuntos técnicos. ¿Qué opinión te merece y por dónde te mueves tú más a gusto en territorios blues?

Creo que la personalidad de Joe Bonamassa, como la de cualquier músico, se traslada a su forma de expresar. No hay duda que es un gran músico y un virtuoso de la guitarra. A mí me llega más cuando prescinde de alardes y se centra en la canción. Yo soy de la escuela de que lo primero es la canción y luego el músico. No hay que añadir nada que no aporte. Si no es así mejor quitarlo. Un solo de guitarra, un lick o fraseo, siempre tienen que estar al servicio de la canción. Si para generar una atmósfera determinada hay que prolongarlo, adelante. Si sobra por completo, no se toca.

De hecho en el BBK Music Legends compartisteis escenario con otras dos propuestas muy diferentes en torno al blues como las de Watermelon Slim y Ben Harper. ¿También entran en cierta forma entre la rica música que queréis y lográis crear?

Watermelon Slim es un tipo arrollador, aun recuerdo su concierto en el Music Legends, como bajó al asfalto con su armónica, cómo conecta con su público. Tiene una forma muy peculiar de cantar y tocar y una voz que te llevan directamente al Delta del Mississippi. Su estilo está más centrado en el blues clásico y Delta Blues aunque hace también incursiones en el blues-rock. Ben Harper es uno de los artistas más polifacéticos que pueda haber. A nivel compositivo y melódico me parece un auténtico genio. Puede transitar de una balada que se te clava como un puñal, a un blues garajero o al hard rock más cañero sin pestañear. He escuchado y escucho mucho a ambos. La música son vasos comunicantes. Todo lo que escuchas y admiras te impacta e influye de alguna manera.

Al amigo Harper siempre le ha tirado también mucho el góspel y vosotros parecéis cercanos a él en la citada y muy espiritual «Once I’m Gone». ¿Es así?

¡Me alegra que lo veas así, que gran elogio! Emi Barés, productor del álbum, y yo, teníamos claro que «Once I´m Gone» que como te he comentado antes, es una canción que transita del dolor de la pérdida a la alegría del recuerdo, y que empieza como una balada con un tempo muy lento, muy desnuda, acompañada con un Wurlitzer, el bajo y la batería, tenía que ir in crescendo y  acabar en forma de góspel, para plasmar esa alegría y ese agradecimiento al ser amado. Nos trasladamos a Madrid y organizamos una sesión de grabación con cuatro enormes cantantes de Gospel Factory, María Ayo, Martha Ramos, Gigi Pezzarossi y Deborah Ayo, que fue un auténtico privilegio.

Por cierto, tanto en disco como en directo cuidáis muy mucho también el apartado vocal. ¿Quién os ha ayudado en este aspecto en las nuevas canciones?

Sí, para que una canción funcione, es necesario que la voz, que es el instrumento más en primer plano, transmita y exprese. Hay un proceso natural en el que uno, a lo largo de los años va encontrando el sitio donde se encuentra más cómodo y puede expresar mejor aquello que quiere. Y eso, en mi caso empieza ya en el momento compositivo de una canción, ya quela hago para ser cantada y expresada por mí. Ahora resulta más fácil y más natural que al principio. Cada cantante, tenga una gran voz o una más bien del montón como puede ser mi caso, debe encontrar esa capacidad de transmitir personal.

Me viene a la cabeza, una cosa que leí de Marcus King, por ejemplo. Decía en una entrevista que se sintió atrapado desde chaval por la forma de expresar de Janis Joplin y empezó a imitarla sin rubor, incluso galleando como el que más, hasta que asimiló esa forma de cantar a su personalidad.

Foto: Txema de la Cruz

Tampoco hacéis ascos a los sonidos más roots rock o incluso country como demostráis bien en «Feel It In My Bones». ¿Algunos referentes también en este tipo de sonidos?

Siempre nos hemos movido, ya desde Free Soul y luego especialmente en Drive Home, en el terreno de la Americana, con guiños al blues, southern-rock y roots-rock. Todos son vasos comunicantes como te decía antes y claro, emergen de una forma muy clara en «Feel It In My Bones». Hay un sinfín de bandas haciendo este sonido “dirty” que me hipnotiza y quizá uno de los mayores exponentes para mí sean los Drive-By Truckers.

Al final jugáis con diferentes y complementarios sonidos mayormente americanos como puede hacer, por ejemplo, Daniel Romano. ¿Le habéis visto en directo en sus visitas por aquí? ¿Os gusta su abundante y ecléctico material?

No he tenido la suerte de verlo en vivo, pero me gusta mucho la autenticidad que rezuma Daniel Romano en sus canciones. Es uno de esos artistas que te captan con esa honestidad que transmite. Me ocurre algo muy parecido con Neal Casal y por supuesto con Tom Petty. Es imposible no agradecer cada día el legado de este tipo de músicos, que siempre se ponen al servicio de las canciones.

Emi Barés es uno de los tres guitarristas de la formación y además del productor del disco. Además creo que ha aportado hasta un tema al resto de composiciones tuyas. ¿Qué me puedes decir de su labor y por qué ha entrado este tema suyo en el disco?

Emi es tan importante en este proyecto, que no sería imaginable sin él. Lo que él aporta a las canciones es mucho más que una producción para que suenen bien. Emi, que ya lleva más de 25 años en la industria como productor, ingeniero de sonido, compositor, arreglista, además de como guitarrista, se implica en cuerpo y alma, es uno de esos productores que lo primero que quiere es entender lo que tienes en la cabeza, lo que quieres transmitir en una canción, y se pone a ello respetando al máximo la personalidad y la parte creativa del artista. Entiendo que eso debe ser lo más difícil para un productor, no tratar de imponer su forma de ver la música, sino mimetizarse en la piel de otro músico y sacarle el mayor partido, mejorarlo. La mayoría de las veces yo escribo una canción y se la paso, normalmente con una producción básica hecha por mí para trasladar la atmósfera que tengo en la cabeza y que quiero conseguir. Otras veces, hemos construido juntos los temas desde una idea mía inicial. Incluso algunas cosas han brotado de una forma espontánea y casi mágica como la versión de «Feel It In My Bones» acústica, que la grabamos los dos en directo en mi casa de forma totalmente improvisada con dos acústicas. ¡Nos hemos divertido mucho trabajando juntos en este álbum!

Así que un día, durante el encierro, me pasó una idea suya, con un estribillo brutal que decía «Something Higher», me encantó y le pregunté que por qué no meter una canción suya en este álbum. Él es enormemente respetuoso siempre y más sabiendo que este es un proyecto personal mío, pero yo insistí, me hacía mucha ilusión que su aportación y todo ese feeling que hemos tenido trabajando tan duramente tuviera la guinda en forma de una canción en la que yo me dedicara exclusivamente a interpretar, y menuda canción. ¡Está en perfecta sintonía con el resto del álbum y yo ya le he dicho que para mí es la mejor! (risas)

En muchos momentos de diferentes temas del disco es también trascendental la gran labor con los teclados de Phil Wilkinson (aunque tampoco hay miedo a la utilización de sintetizadores de nuevo con Emi). ¿De dónde sale este hombre  y qué peso tiene en el nuevo trabajo?

Phil ha sido una gran incorporación, es un inglés residente en Málaga, con un enorme bagaje en la escena del jazz. Llegó a tocar a dúo con el hijo de Dave Brubeck y ha trabajado con músicos de la talla de Larry Coryell, Alvin Queen o Mark Whitfield entre otros. Es un músico de una enorme sensibilidad y su aportación con el Wurlitzer y el Hammond es clave en «Once I´m Gone» y «Something Higher».

Los sintetizadores son parte esencial ya de nuestro sonido y ahí Emi ha dado rienda suelta a su enorme creatividad (risas). Las texturas que aportan en el fondo son esenciales en esa sonoridad que queríamos conseguir. Estamos muy contentos con el sonido que hemos conseguido en este álbum y no quiero dejar de enfatizar lo importantes que son también Txema Arana en la batería con esa forma elegante y sobria de tocar, Amando Gottardi en el bajo que aporta ese pegamento mágico a la base rítmica y Adrian Lombardi, un enorme guitarrista con una sólida formación desde clásica, jazz, rock, a lo que quieras y que aporta unos pasajes memorables en este álbum.

No quiero dejar pasar esta oportunidad sin preguntarte una curiosidad que tengo. ¿El atractivo nombre de la banda tiene algo que ver con el célebre single de Kansas? ¿En cualquier caso, siguen muy descarriados los muchachos o van encontrando ya su lugar en el mundo, ja, ja?

Sí claro, «Carry On My Wayward Son»,  es una canción de Kansas que me flipaba cuando la ponía mi hermano mayor, que era el que me abrió el camino musical en aquellos tiempos, en el plato en casa. Yo me quedaba extasiado escuchando aquello, tres canciones en una, con riffs guitarreros, coros vocales, pasajes orquestales…así que cuando formé la banda y miré a mi pasado y me gustó dar ese tributo al lugar de dónde venimos. En cuanto al “descarriados”, el espíritu permanece pero con un control que ya empezamos a tener una edad, jajaja.

Ya sacasteis hace un par de años un estupendo doble vinilo de color rojo en vivo titulado Live In Bilbao. Muchas de las nuevas canciones parecen creadas expresamente para cobrar su verdadera dimensión en vivo. ¿Han sido concebidas para ello? ¿Os quedan copias del doble vinilo y cómo conseguirlas si eso?

Poder defender lo que hacemos en un directo es un enfoque siempre presente en todo lo que hacemos. Nos parece que la honestidad es lo primero en la música. No tiene sentido introducir elementos que te son ajenos y que luego no vas a poder ofrecer en un directo. Creo que sobre todo somos una banda de directo y grabamos con esa mentalidad. Las guitarras están estudiadas para una banda de tres guitarristas y así se graba. Y la base rítmica y demás arreglos de producción tienen que ir en esa misma dirección.

En cuanto al doble vinilo Live In Bilbao, fue una edición limitada, de un álbum que en principio no pensábamos publicar, pero durante la pandemia, al escuchar una grabación que habíamos realizado del concierto de presentación de nuestro segundo álbum, Drive Home, en el Kafe Antzokia de Bilbao, sentimos la necesidad de compartirlo con la gente. Y aún quedan algunas copias para los más coleccionistas jajaja. Al que le interese nos puede contactar por redes sociales.

También cuidáis mucho el apartado visual de discos y actuaciones. Varios de vuestros singles cuentan con atractivos videoclips… ¿Ganas de volver a los directos sin limitaciones? ¿Qué sorpresas habrá en ellos y decidnos si levaréis también imágenes u otros detalles visuales?

Ya hemos incorporado proyecciones de imágenes en nuestros últimos conciertos, sí, y es algo que creo ha venido para quedarse. Ojalá pronto se vaya despejando el horizonte y podamos concretar las fechas de presentación del álbum. Tenemos mucha ilusión puesta en poder planificar una gira nacional e internacional para acercar nuestra música a la gente que nos sigue y nos apoya. Ojalá 2022 nos traiga ese regalo.

 

Texto: Txema Mañeru

 

 

 

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