Ya habían dado muestras de su elegancia y de su calidad en anteriores giras en el Kafe Antzokia. También lo habían hecho en una buena edición del WOP Festival en 2015 junto a los Vintage Trouble y Los Brazos en una sudorosa velada en la que fueron absolutos triunfadores. En el Azkena Johnny Hickman puso su guitarra al nivel o, incluso por encima, de las de los Television. Muchos y buenos precedentes.
Pues bien, subieron a las tablas del clásico Antzokia y entonaron su particular “Decíamos ayer…” y volvieron a dar una lección absoluta de lo que es un verdadero concierto de rock’n’roll americano de raíces, con mucho country-rock, claro. No necesitaban la excusa de un disco nuevo porque en los últimos años Hickman y Lowery han estado centrados mayormente en proyectos en solitario dadas las circunstancias. Sí que recurrieron en alguna ocasión a las canciones de su recomendable doble Berkeley To Bakersfield, como fue el caso de una poderosa «Reaction» pero prefirieron hacer más un repaso a su amplia trayectoria con ningún disco por debajo del notable. Así cayeron bastantes de su recopilatorio Garage D’Or o de su buen disco en directo, Hello, Cleveland!.
Cracker fueron unos cracks, con una potente y concisa formación en cuarteto en la que echamos en falta, en algún momento, esos buenos matices proporcionados por su bastante habitual pedal steel guitar. No obstante el mago de las 6 cuerdas, Hickman, supo hacer sonar su eléctrica, en algunos de los temas más reposados, como si de una pedal steel se tratara. A pesar de ello nos brindaron excelentes y calientes momentos con clásicos coreados y jaleados por el público como la intensa «Low» o su siempre contagioso «Euro-Trash Girl» con excelentes punteos de Hickman.
Antes arrancaron, ahora que volvían a girar por el mundo, con la muy apropiada y destacada «Been Around The World» a la que siguió su particular «Seven Days» atacando a la yugular. Continuaron con un arranque impecable y poderoso con «The Good Life» y «Teen Angst». Pero hubo muchos más momentos álgidos. Así no faltaron a la cita su relajada «Sunrise In The Land Of Milk and Honey» o la rabiosa «Get Off This» con sus toques funk y su estribillo contagioso. Siguieron mostrándose ambiciosos y rebeldes con su desafiante «I Want Everything». Otros de los muchos buenos momentos en los que realmente se desataron fueron los de las urgentes «Movie Star», «Don’t Fuck Me Up» o su particular «Time Machine».
Momento culminante y especial fue al finalizar el concierto con la siempre emocionante «Another Song About Rain», muy apropiada por los días incesantes de lluvia que llevábamos. Hickman volvió a demostrar que, además de supremo guitarrista, es un excelente cantante y es una pena que Lowery no le deje prodigarse algo más. Ya en los bises culminaron con su buena y habitual versión de los Status Quo más psicodélicos y su «Pictures Of Matchstick Men». Además, se notaba que llegaban muy rodados en las últimas fechas de una gira con 10 conciertos en 10 días que no les mermó ni un ápice de fuerzas en su actuación. ¡Ojalá no tarden tanto en volver una próxima vez porque siempre dejan un magnífico sabor de boca que no mengua con el paso de los años y eso solo son capaces de lograrlo los más grandes. ¡Y Cracker lo son!
Antes hicieron una excelente labor de calentamiento Mikel Rentería & The Walk On Project Band. Mikel, además de ser el alma de toda la movida Walk On Project, creada para salvar la vida de su propio hijo, es un gran músico de gran sensibilidad y excelente gusto. Lo demostró en su anterior y primer LP en castellano, el más confesional que nunca Vida y lo demostrará en el próximo que saldrá en 2022 y del que nos brindaron prometedores adelantos como la hermosa «Piedras Con Musgo» con la que abrieron su breve, pero intenso concierto.
Siguieron con «Febrero» y en ambas salió su lado más Neil Young, The Dream Syndicate o los propios Cracker muy bien dirigidas por sus tres guitarras, que además, junto al bajo, se sumaban con los muy acertados coros. También nos gustaron «Llave Maestra» o «El Coche Del Viento». En ésta última nos sorprendió especialmente su buen acercamiento a sonidos más británicos y de los 80 por su garra al estilo The Clash, pero también a nuestros 091 o Los Radiadores. No faltaron en un buen final los trinos de sus «Pájaros», también con buenas y crudas guitarras solistas de Mikel y con su claro guiño al «Walk On The Wild Side» de Lou Reed y también un poco a Dylan. Buen final con su ya clásico, y siempre emotivo, «Sonríe de Nuevo», que sonó también remozado y con más aires ingleses que americanos.
El mensaje llega más claro y desnudo que nunca en castellano y nos convencieron con su sólida actuación para que estemos atentos a su esperado nuevo disco que pinta diferente. Velada completísima e intensa en un Kafe Antzokia casi lleno y en el que volvimos a ver muchas de las caras de los habituales a los buenos conciertos de esta sala.
Texto: Txema Mañeru
Fotos: Dena Flows
Señor Mañeru:
Usted sabe muy poquito de Cracker. Citar discos recopilatorios o en directo no es lo más apropiado para definir a una banda de este calibre.
Creo que la mayoría se apuntó al carro cuando salió su último disco. Y para entonces Cracker ya eran poseedores de una discografía inconmensurable.
Un saludo
Alberto, me parece que en esa apreciación anterior hacia Txema Mañeru no ha estado muy acertado. Me consta que no.