Encuentros

The Bo Derek’s: Traje blanco, corazón negro

Foto: Miguel Ángel Ferreiro

 

 

Aunque el nombre de este adrenalítico trío gallego nos remita a aquella actriz considerada en su momento como la “mujer 10”, no nos cabe duda, por lo escuchado y visto, que su corazón está en realidad ocupado por otro Bo, en este caso de apellido Diddley. Y es el que el rock and roll, el rhythm and blues y otros géneros afines son la chispa necesaria para que Jorge y Rufus, de los Wavy Gravies, junto al ubicuo Oscar Avendaño (nuestro interlocutor) enciendan la llama en que se convierte su sonido. Un rugido crudo y salvaje por el que se cruzan celebres “pirómanos” como Chuck Berry, Dr. Feelgood o Mermelada, lo que sin duda es sinónimo de diversión y desenfreno vestido de la vieja e invencible escuela. Este fin de semana participan en la fiesta del sello Family Spree en la sala Crazy Horse de Bilbao junto a Sinciders, Piggies, Heatwaves, etc (ver cartel al final de la entrevista).

 

Para este segundo disco, Inféctame, Baby!, la banda no duda en invocar de nuevo a esos vetustos pero infalibles maestros de la electricidad aunque en esta ocasión incluso haciendo un llamamiento más amplio. Eso se traduce en que su orgánico y desaforado espíritu alcanza cotas de mayor versatilidad, haciendo de éste un trabajo menos lineal y con un alternancia mayor en su paso. Pequeñas pero significativas especificidades de un álbum que sigue siendo letal para declarar, y vencer, la guerra contra el aburrimiento y la calma.

Inféctame, Baby! es ya el segundo disco de The Bo Derek’s, ¿cuando pusiste en marcha este proyecto lo hiciste con la idea de que tuviera continuidad?

No, este es un proyecto que surgió un poco de casualidad. Yo tenía que grabar una canción por encargo para un recopilatorio, un típico rock and roll a lo Chuck Berry. Conocía ya de hace tiempo a Jorge y Rufus, pero volví a coincidir con ellos y se me ocurrió que eran la base rítmica perfecta para dicho tema, y cuando fuimos a ensayar surgió de inmediato la magia. En seguida me preguntaron si tenía más composiciones así; yo tenía unas cuantas que encajaban con ese tipo de estilo, y ya el primer día montamos siete de ellas. Así nació en realidad el grupo.

Luego viendo la acogida que tenía el proyecto en directo, que se vendía el disco y que en general a la gente le molaba lo que hacíamos, ya me planteé claramente que había que sacar un segundo disco. Por lo tanto, en cuanto a tu pregunta, se podría decir que no tenía intención, pero la intención pronto llegó.

Y en ese reto que supone siempre un segundo álbum, ¿habéis tenido en cuenta el hecho de intentar no repetiros? Lo comento porque  escuchando ambos discos seguidos sí creo que en éste hay mas variedad y matices que hacen de él un trabajo menos lineal, con más cambios de ritmos…

Sí, totalmente, pero no es una decisión que afecte solo a este disco, sino que se trata de una cuestión mía personal. En general no tengo mucha capacidad de repetirme, que no es un mérito ni lo contrario, simplemente cuando  me meto en un terreno, en un género en concreto, llega un momento que siento como si hubiera quemado todos mis recursos para seguir haciendo canciones de ese estilo y tengo que saltar a otra cosa. Claro, en el rock and roll hay millones de vertientes de las que puedes tirar y encajan perfectamente, sin necesidad de irte por los cerros de Úbeda.  Pero ese rollo del primer disco que era tan concreto lo tenia un poco esquilmado, y si te fijas, en este trabajo sí que hay temas de ese estilo, pero muy pocos, quizás «Godzilla Vs. Kong», mientras que otros muchos no lo son en absoluto.

Por ejemplo, a mí una de las canciones que más me gusta es «Humo», en la que  se advierte una  línea melódica soul…

Me gusta que lo digas, porque mucha gente dice que es power pop, que también lo puedo entender, pero a mí siempre me ha parecido soul, de hecho en mi cabeza sonaba a algo como un Smokey Robinson muy acelerado. Personalmente también es de las que más me gusta del disco, e igualmente a la hora de tocarla en directo, además es ante una de las que mejor está reaccionando la gente cuando la escucha.

Muchas veces nos encontramos que  la prioridad de muchos grupos es intentar  esconder sus influencias,  presentarse como algo innovador, rompedor; vuestra apuesta parece la contraria, dejando tanto en vuestro sonido como en los propios textos muy claras cuáles son vuestras influencias y la meta que perseguís, que no es otra que que defender el rock and roll en su vertiente más divertida y salvaje. ¿Crees que demasiadas veces se olvida e incluso se minusvalora la esencia de esta música persiguiendo cosas supuestamente más sesudas y cosmopolitas?

Es una buen pregunta… Lo de innovar pues por un lado es algo lógico, a todos nos gustaría descubrir algo y ser únicos, pero yo en concreto todo lo que he hecho siempre, y con este grupo también, creo que se define con esa famosa frase de que no me considero artista sino artesano. Lo que me gusta es coger los ingredientes que existen y a partir de ahí intentar sacar algo lo más fresco que pueda, ya que tampoco quiero imitar y sonar rancio.

Creo que la clave en ese sentido puede estar en que cuando hago una canción, yo la tengo en mi cabeza, pero a Jorge y a Rufus no les comento nada, simplemente nos ponemos a ensayarla y ellos la llevan hacia donde quieren, pudiéndose convertir al final en otra cosa diferente, o que no se parezca tanto, a lo que yo había pensado. Y aunque tampoco me gusta hacer ejercicios de estilo, está claro que con este grupo lo que buscaba era recuperar la esencia del rock and roll, algo que no tiene que ser una cosa para intelectuales, porque  a veces da la sensación de que hay gente que quiere convertirlo en eso. De ahí también el logo de nuestro primer disco, “Old School R ‘n’ R”, no había que demostrar nada, solo intentar hacerlo lo mejor posible

Foto: Leo Acedo

Como demostración qué mejor que versionar a alguien como Roy Loney en «Dont Believe Those Lies», un músico que es una influencia esencial para ti.

A Loney y los Flamin’ Groovies los llevo siguiendo desde toda la vida y tengo prácticamente todos sus discos en solitario. Tengo amor eterno por él, le he visto en directo todas las veces que he tenido ocasión. Y esa canción concretamente me volvía loco desde que era un chaval, cuando me compré el disco (Phantom Tracks). Por eso cuando Rufus hablando un día me dijo para hacer una versión de ella me tocó la fibra y a por ella que fuimos; le dimos pocas vueltas al original, porque es un tema lo suficientemente desconocido como para no poder tocarlo tal cual es, y de paso reivindicar a Roy Loney, que hay que hacerlo siempre.

Pero es cierto que en nuestras canciones reivindicamos a grupos y en general a toda una cierta cultura del rock and roll que se está perdiendo, pero no lo trato de manera nostálgica, que es un sentimiento que tampoco me interesa mucho,  por encima de todo se trata de un guiño a toda esa gente que sigue escuchando la misma música.

Creo que el tema que mejor representa todo eso es «Recuerdos del paraíso», un homenaje a todos esos músicos que de alguna manera han marcado tu desarrollo vital…

Esa canción concretamente si puede sonar nostálgica, aunque en mi cabeza no lo sea, porque yo sigo haciendo lo mismo: tocar, ir a conciertos… Puedo echar de menos a gente muy concreta que ya no está, pero no tengo esos recuerdos del pelo largo que cantaban Burning, en todo casi seguimos ahí, con el pelo largo (risas). Lo que sí es verdad es que hay una cosa en este disco, y es que al estar en parte escrito durante la pandemia, puede haber una cierta tristeza escondida en él, y concretamente este tema puede tener ese punto.

Relacionado con esto, hoy en día parece que no hay una regeneración de público que se acerque a este tipo de música y que son otras las bandas sonoras personales elegidas por la gente más joven, no sé una banda que se dedica al rock and roll como vosotros cómo percibe la situación  y hasta qué punto os preocupa…

A mí no me preocupa,  ya hago esto porque me gusta, nadie me obliga. Pero entiendo que los chavales necesitan su propia identidad y no consideren la música de sus viejos algo para nada “cool”. Es tan normal como eso, igual que yo no escuchaba lo mismo que mis padres, ni ellos lo de mis abuelos. A mí no me gusta el trap, que tampoco voy a venir ahora con mis casi cincuenta años a ir de moderno diciendo que flipo con ello, es un lenguaje que no está hecho, ni pensado, para mi. En este sentido siempre cuento una anécdota: Durante dos días seguidos, cuando yo tendría unos 17 años y estaba en casa de mis padres, mi madre entró en mi habitación cuando estaba escuchando a los Ramones; se quedó parada diez segundos y dijo: no sé cómo soportas eso, es solo ruido; al día siguiente, lo que escuchaba yo era a Robert Johnson, y esta vez entró y me dijo: no sé cómo soportas esa murga. (Risas)  Con lo cual venir yo ahora a decirles a los chavales que lo que escuchan no es música, cuando eso se lleva diciendo toda la vida de una generación a otra… No estoy para eso, ni me siento tan viejo para reñirles y decirles qué tienen que escuchar ni soy tan joven como para estar con ellos en el parque.

Sí creo que el rock and roll acabará siendo un gueto, como lo es ahora el jazz, pero bueno, por otro lado hace unos días se acercaron unos chavalitos de 18 años a hacerse fotos  después de un bolo para decirme que les había parecido la hostia. Me da la sensación de que nunca habían visto un concierto de rock and roll en su vida, fliparon y vieron  una energía con la que no contaban, quizás esperaban una cosa de señores mayores, que también puede pasar en muchos casos. Y es que además piensas que puede que todo sea cíclico, porgue en los ochenta el rock and roll medio había muerto, donde todos los discos de los clásicos eran una mierda , con una producción horrible, el techno pop, y de repente los noventa llegó el grunge arrasando… Así que si vuelve perfecto, y sino, yo pienso disfrutarlo igual.

La otra canción que no es vuestra e incluís en el disco es «Metido en un maletero», un tema cedido por Artemio. Tu admiración por Los Enemigos es bien sabida, pero, ¿cómo surge esa relación tan estrecha con Artemio, separado de la banda madrileña hace ya tanto?

Siempre he sido muy fan de Artemio, considero que él se ha quedado con ese aura de cachondeo que tenían Los Enemigos. La banda ha ido posteriormente por otro lado y él ha continuado con un rollo de hombre orquesta rural. Yo le conocí la primera vez porque vino a O Porriño, al lado de Vigo, y más adelante hemos coincidido en varias ocasiones. Es tal y como parece , un tipo encantador, que le gusta el cachondeo y entrañable. Y  resulta que es muy fan de Bo Derek’s. Ya me había visto alguna vez a mí con Reposado, pero con este proyecto noté que conectó del todo. Antes de la pandemia, estuvo en un concierto que dimos en Madrid en la Fun House teloneando a los japoneses The Neatbeats , y le gustó mucho; nos preguntó que si nos hacia una canción la tocaríamos, y yo le dije que todo lo que tuviera, lo quería. Al final nos  mandó este tema y lo grabamos. No es una versión como tal, es algo mucho mejor, fue un regalo.

Además da la sensación que habéis respetado en parte el estilo de su autor, llevándola a un terreno más acústico y no tan eléctrico como el vuestro…

Sí… pero lo intentamos. Lo que pasa es que nos quedaba un poco sin gracia, le quitábamos la esencia a la canción. Así que tras darle unas vueltas decidimos grabarla de esa forma, y creo que es un acierto que en un disco tan eléctrico haya algo así, le da un color añadido, aporta algo más de versatilidad; el contraste me parece que funciona muy bien.

Además es la encargada de cerrar el trabajo, lo que me hace pensar si el orden elegido para las canciones en un disco que tiene tanta energía como éste resulta incluso más importante a la hora de no saturar o saber administrar esa contundencia…

Yo cuido mucho el orden de las canciones en un disco, no sabría decirte si en este caso más que en otros, pero siempre le doy mil vueltas. Hasta que no encuentro el que me parece correcto no paro, y cuando lo logro  me suelo quedar contento, porque luego lo veo por ejemplo en discos anteriores míos, que van pasando los años y me siguen gustando, lo que me hace sentir que merece la pena haberlo pensado tanto. Es muy importante que no queden  temas muertos, que no se pierdan cosas, que  tenga las subidas necesarias…

Tan importante, creo yo, que incluso puede arruinar un buen disco…

Totalmente de acuerdo, y esto te lo digo por mis propios trabajos, doy mucha vueltas a varios órdenes distintos. Grabo aquel que tengo en mente y lo escucho, lo llevo en el coche…y te das cuenta a lo mejor de que así suena un coñazo y cambiándolo deja de serlo. Pero exactamente igual sucede con los conciertos, hay que calibrarlos bien, porque puedes meter cinco temas del mismo estilo y la gente se aburre. Yo que soy muy cinematográfico, lo comparo a la edición de una película.

Volviendo a ese espíritu festivo que tiene vuestra música, en ese contexto me gustaría saber  qué papel juegan las letras, porque son muy diferentes a las de otros proyectos, ¿te cuesta menos hacerlas, crees que no son tan fundamentales en este tipo de canciones?

Hacerlas me cuesta lo mismo. Lo que sí tengo claro es no darles la carga a las letras de Bo Derek’s la que tienen las de Reposado. Si quiero una banda con la que reivindicar cierta diversión no me apetece incluir unos textos sesudos. Me gusta que sean ingeniosas y que tengan un par de frases que enganchen, eso sí lo intento, e igualmente me cuesta hacerlas, porque necesito accionar una especie de interruptor en mi cabeza, porque las personas no somos lineales, y tenemos varias facetas. En este caso me pongo el traje blanco y me meto en un personaje que tiene parte de mi personalidad pero que no soy yo exactamente. Como digo a menudo, son textos biográficos pero no necesariamente autobiográficas, puedo sentarme y mirar a la gente para luego plasmarlo.

¿Quiere decir que a la hora de componer eres capaz de centrarte en un proyecto concreto y enfocar todo lo que haces hacia él?

No exactamente.. pero por ejemplo, ahora que ha salido este disco, si me pongo a hacer canciones pueden ir hacia cualquier lado, pero si por el contrario me pusiera  a trabajar en un hipotético nuevo disco de la banda,  entonces ya tendría el chip encendido y a partir de ahí lo que me sale es en esa onda. Si no tengo nada en la cabeza, puede salir cualquier cosa, sin limites estilísticos.

La canción más seria o angustiada de todas las que aparecen en el disco es «Voy a reventar», que  hace mención clara al tema de la pandemia y los encierros. Pese a ello,  la enfocáis desde la mentalidad de lo que vendrá cuando todo pase. Como cantáis: Después de la calma siempre hay una tempestad.

Es la mas obvia en ese sentido, sí..  Yo más que nadie, obviamente, en el disco en general sí noto ese tono más apesadumbrado, porque en realidad me costó escribir mucho las letras , ya que todo alrededor era bastante triste y no conseguía sacar ese punto irónico. Hubo un momento en que no me salia nada, es que no pasaba nada divertido, entonces tenia que tratar de recuperar recuerdos, mientras que para el primer trabajo bastaba con mirar lo que hacia la gente y ya salían canciones. A pesar de eso hay de todo, creo que igualmente en general es un disco muy positivo.

La portada del disco representa lo que son vuestros directos y en resumen vuestra actitud, ¿tienes la sensación, pese a que ya has estado en diversos proyectos y muchas veces sobre el escenario, que con The Bo Derek’s  es donde mejor te lo pasas y donde te has sentido más libre?

Sí, totalmente, es donde me siento más cómodo, y volvemos al tema del traje blanco, hay algo ahí como de disfrazarte de alguien que en realidad no eres del todo. Yo no tengo la chulería ni la arrogancia del tipo ese que canta en Bo Derek’s, se trata de una especie de super-yo, me meto en el personaje y me siento comodísimo. Eso es gracias también a Jorge y Rufus, porque veo que van conmigo a muerte al cien por cien, y todo es muy relajado, muy positivo siempre. Es que en realidad ese baza de jugar con la chulería la he intentando antes y nunca me había salido  bien el personaje, y ahora sí. A su lado fluye la energía y el público nos ve sonriendo todo el rato, y  la gente creo que se da cuenta perfectamente de que todo es un paripé y  una broma, lo que me permite hacer cosas que no he podido hacer nunca, y pasármelo muy bien.

Este fin de semana, los días 17 y 18 de diciembre en Bilbao, participáis en la fiesta-festival que organiza Family Spree con varias de sus bandas. Supongo que tiene su importancia y resulta motivador para un grupo como vosotros formar parte de un proyecto en el que encajáis y os entienden perfectamente…

Por supuesto, de parte de Family Spree no hemos notado otra cosa que no sea  apoyo, y creo que está siendo un matrimonio muy bien avenido. Cuando tocamos, si Tony, capo del sello, está en el bolo, se sitúa en primera fila coreando las letras y con el puño en alto. Con ellos notas que estás en tu sitio, y en una fiesta de Family Spree pues estás como Dios, como tiene que ser.

 

Texto: Kepa Arbizu

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