Interesantísimo debut discográfico el que se ha marcado el trío barcelonés. Un álbum conceptual, algo no demasiado frecuente en los tiempos que corren, que narra en siete canciones la historia de una civilización que tras un cataclismo sin determinar se ve obligada a habitar bajo tierra controlada por un férreo régimen totalitario al que tarde o temprano un puñado de osados se atreverán a desafiar.
Marçal Itarte (bajo y voz), Xavi Pasqual (batería) y el guitarrista Guillem Tora llevan trabajando desde el pasado 2020 en la preparación de este disco y se notan las horas de dedicación y el ahínco puesto en la grabación. El álbum ofrece un señor sonido, a cargo de Elgar Beltri y Peter Deimel, que transita dentro de lo que se puede llamar nueva psicodelia, que no es más que una puesta al día del rock de los setenta mezclándolo con gotas de ácido lisérgico, viajes espaciales, desarrollos progresivos, el metal y la inevitable influencia del rock alternativo y me atrevería incluso a decir que del post rock en el tratamiento de las seis cuerdas.
La banda demuestra ir sobrada de ideas, con habilidad para crear atmosferas y alternar en buen equilibrio los momentos más relajados con las explosiones sónicas. «The Core As The Wole», «The Calling», «Hermit», «Beyond the Ruins» o la pieza instrumental «The Blue Ceiling» son buenos ejemplos de lo que nos encontraremos en el resto del álbum. Riffs potentes, intrincados alambiques de guitarras, ritmos quebrados alternando la calma y la tormenta y un tratamiento de las voces y de los coros que los acerca a postulados noventeros además de hermanarse, o por lo menos a mí me lo parece, con bandas contemporáneas como los noruegos Motorpsycho o los norteamericanos King Buffalo.
Sangre fresca que aporta nuevas y atractivas propuestas a la escena catalana del género. Una de las más activas de la piel de toro a la que hay que sumar el nombre de Maragda. Les seguiremos la pista.
Manel Celeiro