Vuelve Santiago Auserón a Barcelona y reaparece en uno de los teatros con más solera de la ciudad, el Coliseum del la Gran Vía. Cuánto ha agrandado su leyenda, mutado y crecido musicalmente, desde los tiempos de Radio Futura; oculto tras la máscara de Juan Perro, él mismo lo advierte cuando se dirige al público entre canción y canción: sólo se siente cómodo en el mestizaje, en la frontera entre géneros, del soul al bolero, del jazz al blues, del ragtime al funk, y así desde el primer acorde hasta el último.
Respaldado por una banda de altísimos vuelos (Joan Vinyals a la guitarra solista, el canario Leo Torres a la trompeta, Gabriel Amargant al saxo, Pere Foved a la batería, e Isaac Coll al bajo), viene a presentar “Cantos de Ultramar”, obra de 2020 consistente en su mayor parte en versiones orquestadas de temas ya incluidos en su anterior cd (“El Viaje” de 2016), en que sólo se acompañaba de su guitarra. Tampoco faltan temas antiguos. Es el caso de “A Un Perro Flaco”, con el que arranca el pase. Le siguen tres temas de los últimos dos discos: “Ambar”, “Los Inadaptados”, que dedica a los actores de la película “Misfits” de John Huston, a los que califica irónicamente de abstemios, y “En La Frontera”; después de “El Forastero”, rescatada del álbum de 2011 “Río Negro”, presenta a la banda, y se enfrasca en uno de los breves monólogos con los que llena los vacíos entre tema y tema.
La cada vez más ardua búsqueda de temas para sus canciones, que él llama “coplas”, es un asunto recurrente: “Los guionistas de las teleseries se han llevado todos los argumentos”, dice, antes de interpretar “Nada”. “Yo no participo en la radiofórmula ni en los talent shows, entonces ¿cómo puedo comunicarme con mi público? Por telepatía”, añade, a modo de introducción de “A Morir Amores”. En otras ocasiones nos hace viajar, como cuando, antes de interpretar “De Un País Perdido”, nos habla del barrio de Alfama de Lisboa, y de lo que uno siente cuando una mujer se recoge la melena y retoma su camino, sin reparar en el ávido observador; el show encara su recta final: caen “No Más Lágrimas”, del álbum de 2002 “Cantares de Vela”, “Agua de Limón”, para cuya interpretación solicita la ayuda del público; “Luz de Mis Huesos” del álbum “Vagabundo” de 2018; “Perla Oscura”, canción de 1995 que nace con guiños a New Orleans y a la banda sonora de “Down By Law”, y muere entre destellos de bebop y Miles Davies; “Me llaman el viento”, de cadencia country, “Charla del Pescado”, momento funk de la noche, puro homenaje a Maceo Parker o Prince, y la muy bluesera “Río Negro”.
Llega el momento de los bises, y la irrupción en el escenario de la catalana Judit Nederman, con quien Auserón hace sendas versiones de “We’ll Be Together Again” de Sinatra, y “La Mentira”, de Luís Miguel. Cierran el pase dos temas de Radio Futura: “El Puente Azul”, y “Semillas Negras”, canción ésta última que muy probablemente selló la defunción del mítico grupo madrileño, y anunció el principio de algo nuevo, mucho más hondo y sofisticado, fruto de muchos kilómetros de viajes, estudio y descubrimientos musicales. A algunos les costará aceptar que Juan Perro insista en hablar entre canción y canción sin despojarse de ese extraño personaje de crooner estrafalario, de léxico barroco y tono sarcástico. Otros responderán que un bagaje artístico tan amplio, y una leyenda tan descomunal son un peso excesivo para cualquiera; que debe de ser mucho más fácil cargar con todo ello actuando bajo seudónimo, ocultando la mirada bajo la visera de un sombrero inclinado hacia adelante, permanentemente instalado en la frontera entre géneros, en la búsqueda incansable de nuevos temas para sus canciones.
Texto: Alex Fernández de Castro
Fotos: Pep Ávila
