Encuentros

Kamikaze Helmets, bombardeo de rock’n’roll

¡Cuidado, ponte a cubierto! Nos sobrevuelan Kamikaze Helmets, el duo explosivo formado por Gabri Casanova (teclados y coros) y Kike Parra (batería y voz). Tras pasar por diferentes formaciones de primera línea y acompañar en directo a leyendas como Martha Reeves And The Vandellas o Swamp Dogg, unen fuerzas y reaparecen en escena con su flamante debut homónimo bajo el brazo. A unas horas de su puesta de largo madrileña (jueves 4 de noviembre en Sala Caracol), hablamos con estos dos kamikazes musicales, sobre sus raíces y todo lo que envuelve a este nuevo y vibrante proyecto.

 

Para conoceros mejor, rebobinemos y vayamos al inicio:

¿Cuál fue el “clip” que os hizo acercaros a la música? ¿Qué primer recuerdo se os viene a la cabeza?

Gabri: Cuando era niño en mi casa sonaba mucha música, jazz, blues, música clásica, lo que hizo que tomara mucho interés por ella.

Kike: La música siempre ha sido una parte importante en mi infancia, en casa de mis padres siempre podías escuchar música por las mañanas en la torre de sonido que tenía mi padre en el salón, y bailar y cantar como si no hubiera un mañana.

Sigamos tirando de vuestra madeja biográfico-musical un poco más: por un lado, ¿cómo fueron vuestros inicios formativos?

Gabri: Mis padres me apuntaron a clases de piano a los ocho años, y a los nueve entré en el conservatorio, hice grado elemental y medio de piano clásico, después estudié en la Escuela de Música Creativa donde me introduje en lo que llaman música moderna, y después cursé el grado superior del conservatorio en la especialidad de jazz.

Kike: En mi caso fue a los 14. Un día, mi mejor amigo había montado en el garaje una batería que era de su padre, fue verla y me enamoré. Cuando me senté y di un par de baquetazos, caí en las garras de la música para siempre.

Empecé estudiando en una escuela pequeña de Alcobendas, que era el sitio más cercano a mi casa, y de ahí fui a parar al IMT de Madrid, para después hacer una carrera de música contemporánea en la universidad LCCM de Londres.

Y, por otro lado, contadnos, por favor, el camino más destacado que habéis recorrido junto a otras formaciones antes de confluir en Kamikaze Helmets

Gabri: Formo parte y he pasado por bandas como Anaut, The Sweet Vandals, Beat Bronco Organ Trio, Lisa and The Lips, Loquillo, Iván Ferreiro, Vinila Von Bismark, Anni B Sweet, entre otros muchos.

 Kike: Love División, Louise Distras, Niall Kelly, Felix Holt & the radicals, The Fontanas, Warren Heyes, Aurora & the Betrayers y muchos más…

Una banda de rock sin guitarras, ¿cómo le explicamos eso al que aún no haya escuchado el sonido salvaje de Kamikaze Helmets? Esas llamaradas que escupe el Whammy Clavinet de los setenta de Gabri Casanova tienen mucha culpa de ello…

Gabri: Tienes toda la razón, sin ese Clavinet, quizá no estaríamos hablando en este momento. Es un instrumento que siempre me ha apasionado, Stevie Wonder fue de los primeros en introducirlo en el funk, aparte de, según mi opinión, ser el maestro de este instrumento. Se inventó en los años sesenta, su mecanismo se basa en el del clavecín, un instrumento de cuerda pulsada con teclado, a este sistema se incorporó unas pastillas semejantes a las de una guitarra eléctrica, por lo que el sonido y lo que puedes conseguir con él, es parecido a lo que logras con una guitarra eléctrica, además le incorporé una palanca Whammy con la que puedo hacer bendings totalmente guitarrísticos. Todo esto pasado por pedales de guitarra fuzz, overdrive y octavador, hace que el muro de sonido que emana de él sea demoledor e infranqueable.

Y Kike, ese espíritu de Levon Helm haciendo un pacto con Bon Scott… ¡Guau! ¿Desde cuándo cantas de esa manera? En los anteriores proyectos, si no recuerdo mal, creo no fuiste más allá de los coros, ¿no? ¿Cómo te has preparado para dar este doble mortal como vocalista?

 Kike: ¡Gracias! De hecho, has dado en el clavo. Estos dos monstruos son una gran referencia a la hora de enfocar la voz para nuestro proyecto.

En los proyectos anteriores siempre hice coros, cantar es lo que yo considero mi don… Tocar la batería me ha costado muchas horas de estudio y sacrificio, sin embargo, la voz venía de serie, tanto escuchar música y cantar discos de Otis Redding o Sam Cook han dado sus frutos.

Para mí fue un salto mortal de larga distancia, puesto que poco a poco, a base de coros, coge uno confianza y por el camino aprende de otros que están al frente.

Siguiendo con el sonido tan característico y rompedor que posee Kamikaze Helmets ¿Teníais claro desde el principio la contundencia sonora del proyecto o la propuesta se fue gestando poco a poco? ¿Cómo nace Kamikaze Helmets?

 Kike: Creo que teníamos una idea más o menos clara, aunque a nosotros mismos nos sorprendió lo que podíamos hacer y la muralla de sonido que podíamos crear.

Kamikaze Helmets nace en diciembre de prepandemia, a raíz de haber tocado juntos en diferentes proyectos y formaciones… Y ya llevábamos mucho tiempo diciendo, “tenemos que hacer algo juntos…”. Pues llegó el día, decidimos juntarnos en mi estudio y ver qué pasaba. Quedamos tan contentos que no hubo manera de parar hasta hoy.

Gabri: Después de muchos años tocando en infinidad grupos, con necesidades tímbricas tan diferentes desempeñadas desde la parte de los teclados, he aprendido y me he nutrido tanto, que la paleta de colores es muy amplia, todo este bagaje quería plasmarlo en este nuevo proyecto. Ha sido una labor de investigación ardua, lo que me ha llevado a tener clara la instrumentación desde un primer momento. Un Moog Model D de los años setenta haciendo el rol de bajo, el Clavinet, también de los setenta, del que hablábamos antes, y un sintetizador polifónico Prophet para incorporar matices sintéticos.

En la rompe caderas funky-rock “Break throught”, tercer adelanto de vuestro disco de debut homónimo (vio la luz el pasado 21 de octubre), habláis de cuando se encuentra la fuerza y el valor para luchar por lo que uno desea… ¿Cuál es la batalla, musicalmente hablando, que más trabajo os ha costado luchar y ganar? ¿Y de qué batalla musical habéis tenido que hacer una retirada?

Kike: La batalla es tirar para delante como músico, más en estos días… Sobre todo con tu propio proyecto. Yo, personalmente compagino con otras cosas para sobrevivir… Creo que la batalla es de todos los artistas, vivimos en un país en el que aún el arte no se considera un bien primario y la lucha creo que empieza precisamente ahí. Tenemos que hacer ver y escuchar a las personas que no todo lo interesante está en un escaparate de un centro comercial, y que hay artesanos que crean prendas únicas con sentimiento y que enamoran.

Gabri: Dedicarte a la música es una batalla constante, el trabajo e inversión que conlleva ir con un proyecto hacia delante es titánico. La pasión por lo que hacemos, nos hace luchar contra viento y marea. En ninguna batalla musical te puedes retirar, una vez que tocas el primer acorde en directo, la satisfacción es tal, que ya está ganada.

En el primer single, “Tokkotai”, habláis de los kamikazes y como, de alguna manera, todos tenemos uno dentro… Contadnos la historia de esta canción y, enlazando con ella, ¿cómo nació el nombre de la banda y qué queréis transmitir con él?

Kike: En este caso fue la gallina antes que el huevo…

Primero nació el nombre, algo que a priori podría parecer difícil, en una banda a dúo se reduce mucho el tiempo de decisión.

Hubo varios candidatos y mutaciones, ahora mismo no recuerdo, pero según surgió el nombre de algún modo, los dos nos miramos y lo vimos claro, KAMIKAZE HELMETS. Suena perfecto y además expresaba muy bien muchas cosas que queríamos contar, dos músicos que se lanzan sin paracaídas a luchar por lo que creen necesario, nos definía a la perfección.

“Tokkotai” es nuestro primer single y a la hora de enfrentarme a la letra hice un trabajo de investigación de los Kamikazes. Según leía sobre el tema, me parecían más y más interesantes los rituales que estos seguían antes de salir a combatir.

Creemos que es fácil ver que vivimos en una sociedad en la que todos tenemos un kamikaze dentro, ¿quién no se queja de su trabajo? ¿De sus jefes? Y aún sabiendo que la vida tiene un tope y que podemos cambiar nuestro rumbo en cualquier momento, seguimos anclados a esos ideales de vida que nos contaron de pequeños: Cásate, ten hijos, hipoteca tu vida… Solo por mencionar los más evidentes.

Gabri: Para dedicarte a la música tienes que tener alma de Kamikaze, y si además, con lo que quieres ganarte el pan, es con tus propios proyectos, ya no es alma, sino que cada célula de tu cuerpo es una auténtica demente, jajaja.

El nombre de la banda juega también con el sinsentido de la utilización de cascos por parte de los pilotos suicidas y la poca utilidad que tienen estos.

Siguiendo los surcos del disco, me encanta ese tren sonoro de mercancías que nos lleva por delante en “Hey man” y la brisa sureña y pegadiza de “Messy Lady”, con esos coros y estribillo tan marcados… Habladnos un poco de estos dos temas en concreto.

Kike: “Hey man” es sin duda el tema más positivo a nivel lírico del disco y tiene un porqué muy rotundo. Cuando te sientas a componer las letras a veces la inspiración llega de donde menos te lo esperas y otras sin embargo, como con “Hey man”, llega de tu día a día. En este caso compuse la letra y melodía pensando en Gabri, habíamos tenido una conversación a distancia, puesto que yo en ese momento vivía en Suiza, y hablábamos de cómo afrontar nuestro proyecto y la vida en general. Después de algunos chascarrillos, los cuales siempre tenemos entre nosotros y que personalmente me alegran el día, pues me senté y escribí, se podría decir que es muy en primera persona.

A nivel musical, es como si Motörhead hubiera hecho un pacto con ZZ Top. Buscábamos  un tema frenético y demoledor.

En el caso de “Messy Lady”, es la historia de una prostituta con mucho glamour y muy poca cabeza, una persona capaz de hacer cualquier cosa en su vida y que a pesar de ello, elige el camino más corto entre dos puntos sin pensar en las consecuencias.

Sin duda alguna este es el tema más Hard Rock que tenemos en el disco, riffs al más puro estilo AC/DC y claramente una voz influenciada por Bon Scott.

Tanto por el formato dúo como por la fiereza que transmitís en cada pista, se aprecian ecos de los primeros Whites Stripes, los The Black Keys más crudos y bluseros o los Royal Bloods más acelerados y efervescentes, además de clásicos omnipresentes del rock, de Led Zeppelin a AC/DC… ¿Qué os identifica más de estas bandas en concreto?

 Kike: Queremos identificarnos con el sonido y la época. Creemos que es hora de que el rock primitivo vuelva y sin duda estos referentes son un punto de referencia para conseguirlo.

Gabri: Todos los grupos que nombras son influencias directas para nosotros, a muchos de ellos los hemos escuchado desde niños, por lo que ya pasan a ser parte de ti. Los grupos más modernos, cómo Royal Blood, nos interesan mucho en la parte de producción y sonido, los timbres y efectos que usan son demoledores. En la parte musical no son tan diferentes a los de los setenta, ya había cosas muy avanzadas en esa época.

¿Qué otros referentes musicales son imprescindibles para la existencia de Kamikaze Helmets?

Kike: Esta pregunta sin duda sería una de esas en las que podríamos estar horas diciendo nombres… Por nombrar algunos: The Band, the Beatles, ZZ Top, James Brown, Monster Magnet, Motörhead, Otis Redding…

Gabri: Sí, podríamos rellenar de nombre tres revistas como esta.

¿Qué discos/músicos de cabecera habéis tenido durante el proceso creativo del disco?

 Kike: Siempre es inevitable pensar o tener referentes a la hora de componer, en nuestro caso, para este disco partíamos de ideas simples, melodías, riffs… Y quizás sin pensar demasiado cogía forma poco a poco, creo que no sabría decir algo tan concreto… Tanto Gabri como yo, escuchamos mucha música y además muy variopinta, con lo que es difícil saber de dónde viene la inspiración.

Gabri: Ninguno en concreto, durante un proceso creativo creo que no es bueno escuchar nada obsesivamente o centrarte en nada en concreto, somos tan permeables que puede jugarte una mala pasada y puedes acabar sonando como alguien en particular. En ese momento, recuerdo que estaba escuchando a varios compositores del periodo romántico.

En la vertiente compositiva, música y letras, ¿cómo os repartís los roles en el proyecto? ¿Y cómo ha sido el proceso creativo del álbum?

 Kike: La parte musical forma parte de un conjunto, nos juntamos y empezamos a tocar y dejar que fluyan ideas a las que vamos dando forma y macerando a base de escucharlas. A veces salen sin querer y otras toca sentarse y pensar un poco… la parte de las letras y melodías en este caso fueron mías, las compuse mientras viví en Suiza, tenía momentos en los que podía estar solo y meditar las ideas.

Además de los temas propios, encontramos una versión incendiaria de “Tutti Frutti”, del inmortal Little Richard. ¿Cómo fue la elección? ¿Costó llegar a un acuerdo? ¿Qué otras versiones barajabais?

Kike: “Tutti Frutti” fue una de las primeras canciones que me atreví a cantar en directo. Para mí, Little Richard sin duda es un referente vocal y energético que desde el minuto uno que lo descubrí, siempre ha estado en mi vida. Hace poco de su muerte y bueno, creí que sería una bonita forma de dar las gracias por tanta inspiración. Nosotros decidimos las cosas casi siempre en una conversación, es raro que tengamos que discutir de algo durante mucho tiempo, ser dos es lo que tiene, para lo bueno y para lo malo.

También en directo hacemos una versión del gran Al Green, “Take me to the River”, a la que le damos una vuelta de tuerca para kamikazearla.

Ya habéis dejado huella en un par de presentaciones y, a la vista, dos fechas más para que “los pilotos suicidas” atruenen en directo: 4 noviembre en Madrid, Sala Caracol / y 3 diciembre en Valencia, 16 Toneladas. Para que no falte nadie a esos conciertos: ¿Cómo definiríais vuestra puesta en escena? ¿Qué se va a encontrar el público que acuda a vuestros shows?

Kike: Por nuestra experiencia en los escenarios, la gente flipa bastante con que dos tíos puedan meter tanta presión.

Tenemos uniformes kamikazes y lo damos todo. ¿Un tío que toca la batería y que canta a la vez? ¿Y un tío que toca la guitarra, el bajo y el sinte al mismo tiempo? ¿Quién no quiere verlo?

Gabri: Desde el primer momento teníamos claro como queríamos que fuese el directo: un concierto de rock, potente, en algunos momentos abrumador, en otros inspirador y psicodélico, un viaje en el que vapuleáramos al público de un sitio a otro conservando la coherencia.

 

Texto: David Pérez Marín

Fotos: Paula Santa Cruz

 

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