Encuentros

Caliza: Electrónica comprometida con el medio en el que vivimos

Caliza, el proyecto en solitario de Elisa Pérez, vuelve a dar señales de vida. El mes de noviembre es el elegido para el lanzamiento de un nuevo disco, El Descenso (No Retorno) y como ya hiciéramos con su anterior trabajo (https://www.ruta66.es/2018/09/encuentros/caliza-sonar-en-sintetico) nos hemos puesto al habla con la que fuera batería en Rusos Blancos y Cosmen Adelaida, para saber los detalles de la elaboración del mismo.

 

Como ya pasara con Mar de Cristal, has empleado un par de años en este disco ¿Te gusta trabajar de forma reposada?

El lapso de tiempo diría que viene sobre todo por el hecho de que la música no es mi principal actividad profesional, y vas sacando huecos cuando puedes. Y tampoco es que sea híper prolífica. De las canciones que compongo, la mayoría acaban saliendo en los discos, no es que me sobren un montón. Diría que mi manera de trabajar es exponencial, después de un parón más o menos largo, poco a poco voy arrancando con temas nuevos, que al principio me cuesta un tiempo acabar o definir, y a medida que sigo avanzando van saliendo más, más rápido y en mayor cantidad.

Esta vez has grabado con Raúl Pérez en La Mina. ¿Has seguido un proceso distinto?

El flujo de trabajo realmente fue parecido al disco anterior. Tengo compuestas y producidas las canciones en casa y después voy a un estudio a grabar bien las voces y a regrabar algunos elementos. En el disco anterior hice estas grabaciones en el estudio de Bernardo Calvo en Madrid, y después mezcló David Harrow desde Los Angeles, por email. Esta vez quería un trato más directo, y quise trabajar con Raúl porque ya le conocía y me gustaba su trato y su trabajo, habíamos grabado un disco de Cosmen Adelaida con él hace 10 años. Sabía que era bueno grabando pop-rock, podía grabar guay una batería por ejemplo, y también había mezclado cosas más ‘modernas’ como Sen Senra, así que me pareció que sería la persona adecuada.

Compones el disco tras un período de duelo y angustiada por cuestiones como la degradación del ecosistema mundial. ¿Has sentido alivio al terminarlo?

El duelo es un tema del que hablo en una canción y menciono en otra, pero no he sido capaz de tirar mucho más de ahí. Es algo de lo que seguramente volveré a hablar en canciones futuras. No sé si es paradójico, pero me resulta más fácil hablar del fin del mundo que de la muerte de un ser querido. Y en general, no sabría decirte si he sentido alivio, sigo teniendo las mismas preocupaciones, pero sí que da mucha satisfacción el haber sabido expresar cosas que son importantes para mí. Y sé que gente cercana que comparte mi visión del mundo se ha sentido identificada, esto es importante para mí. Ahora espero que también puedan sentirse interpeladas personas que no necesariamente estén en la misma onda

Tu preocupación y compromiso parece chocar con la imagen de insustancialidad del indie

Tampoco sé si mi música se encuadra del todo en el indie, tal vez por la manera de hacer las cosas sí, pero por sonido no tanto. Pero sí que sé que cada vez me cuesta más empatizar con artistas que veo totalmente desconectados de la realidad, me pasa sobre todo con algunas grandes estrellas que parece que viven en un universo paralelo. En mi caso ha sido un tanto inevitable hablar de estos temas, porque me obsesionan.

Se percibe en el disco un intento en lo musical por explorar diferentes vías ¿no?

Intento no repetirme y darle a cada canción lo que creo que pide. Algunas de las que más me gustan son las que menos «me pegan», como «Miedo» o «El jardinero». A veces me da rabia no tener un estilo muy definido, que cada canción sea muy distinta, pero creo que lo prefiero. En cualquier caso, me encantaría experimentar más en lo vocal, que creo que es un plano en el que tengo bastantes limitaciones. En este disco he intentado darle más protagonismo a la voz, ponerla al frente. Por mi manera de componer, en la que a menudo hago las líneas de voz primero con midi y luego le añado letra y las canto, las canciones tienen tesituras muy distintas, algunas me vienen mejor que otras. Pero en «El jardinero» salió directamente la letra con la melodía y con ese punto un poco folklórico. Y, de hecho, la canción no pedía mucho más en cuanto a arreglos, se quedó muy vacía, que es algo que he intentado hacer también en el resto de canciones, no poner más arreglos de los que consideraba necesarios

Portada con volcán ¿os adelantasteis a lo ocurrido en La Palma?

La portada es de Julián Cruz y fue él quien decidió poner lava en la composición, como parte de un imaginario clásicamente apocalíptico. Así que sí, podría decirse que nos adelantamos a la erupción, jaja. Dicho esto, espero equivocarme en el resto de presagios que hago en el disco…

¿Qué planes tienes para presentarlo en directo?

Para el directo iré en formato dúo, yo con las bases, sintes y voz y con Laura Prieto al bajo y coros. He hecho un vestuario para los conciertos, el que uso en el vídeo de «Nuestros restos» que va muy en la onda distópica de la temática del disco. Cuando se puede me gusta llevar visuales, esto aún no lo tengo muy definido, pero espero poder hacerlo en la mayoría de conciertos. Presentaremos el disco el 2 de diciembre en Siroco (Madrid) y después irán anunciándose más cosas.

 

Texto: Tomás González Lezana

Fotos: Antonio Mingot

 

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