Martin Winsor no es un nombre que salga de los primeros a la palestra cuando uno piensa en folk británico, aunque el hombre tuvo su importancia en el género. Y desde tiempos anteriores a los que solemos referirnos cuando hablamos del mismo. Pero de justicia es reconocerle sus méritos, por difuminados (al menos hasta ahora) que hayan quedado en los textos y la memoria.
Martin Winsor fue parte sustancial del renacimiento del folk en las Islas en los años 50 y junto a Redd Sullivan, miembro del Forty Four Skiffle Group durante la llamada “locura del Skiffle” en la segunda mitad de la década. Residentes del famoso The Troubadour londinense desde 1963, Martin pronto se uniría –profesional y sentimentalmente- a una cantante escocesa llamada Jeannie Steel, formando un dúo de una calidad excepcional.
Cuando a finales de los setenta el folk empezó a ir de capa caída, la pareja encontró un nuevo público en la Europa Continental, especialmente en Alemania. Allí y de la mano de un agente llamado Lukas Scheel, entraron a formar parte de un festival itinerante llamado Folk Omnibus. El éxito del mismo les llevó a plantearse grabar un disco y lanzarlo a través del sello alemán Songbird, distribuido por EMI. Pero cuando en 1979 ya lo tenían prácticamente finalizado, EMI se deshizo de la subsidiaria y las cintas quedaron inéditas. Celosamente custodiadas -y ahora remasterizadas- por John Cremer, ingeniero de los EMI Maarweg Studios de Colonia y fundador del sello Railroad Tracks.
Gracias a él podemos ahora disfrutar de un pedazo de arqueología al que hay que acercarse con conocimiento de causa. Porque esto es para muy, muy cafeteros. Folk desnudo de polvo y paja, acústico y ligeramente teatral en su interpretación de numerosas -la mayoría, de hecho- melodías tradicionales, algunas fechadas varios siglos atrás. La edición se complementa con un segundo disco documentando un directo de la época, ideal para apreciar la interacción que mantenían con sus audiencias.
Eloy Pérez
