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Blues en la encrucijada: Sergi Estella, el blues de la sangre y el vino

Muchos son los que aseguran que el blues está muerto. Pues desde aquí vamos a demostrar que no. Que está más vivo que nunca, y no solo eso, sino que ha sufrido múltiples mutaciones. Y que blues hay hasta debajo de las piedras. Blues bastardo, quizá. Pero a fin de cuentas, blues.

El de Rubí es la encarnación casera de la tradición oral tan característica de los contadores de historias del blues. Toma prestadas referencias cercanas, próximas, ya sean geográficas, culturales o sociales, para llevárselas a su terreno y desarrollar sus espectáculos en vivo. Unos conciertos marcados por un sentido del humor ácido e irreverente con el que Sergi se gana al público incluso antes de tocar el primer acorde. Al mismo tiempo que exhibe sus dotes de luthier con un arsenal de guitarras fabricadas por sus propias manos que incluyen palos de escoba, cajoneras, dispensadores de líquidos e incluso packs de latas de cerveza como caja. Pero todo esto no tendría el más mínimo sentido si detrás de toda esa parafernalia no hubiera un músico instintivo y personal, que conoce a fondo los secretos del legado musical norteamericano.

Su debut discográfico, Ho Superes i Et Fots (2017), cantado íntegramente en catalán, me lo descubrió uno de mis hijos, ya saben, lo típico: “¿No conoces a Sergi Estella?, pues con la música que escuchas seguro que te gustará…”  No tardé en hacerle caso y me fui directo a escucharlo. La sorpresa fue enorme, el disco conjuga barrabasadas repletas de ironía, sarcasmo y doble sentido, «Las Madalenes S’endureixen i les Galetes S’estoven», «No Trobo Lloc», «Els Tàpers de Ma Mare» o «Ho Superes i et Fots», todo un himno en vivo, junto a canciones mucho más intimistas, cuyos versos radiografían a la perfección  a personajes en caída libre, «Les Veus de Dins», otros que buscan desesperadamente su sitio, «Màrtirs Quotidians», o clavan, de forma tan coloquial como poética, la sensación del desamor en los poco más de dos minutos de la preciosa «Voltors de Mitjanit». Una de esos temas que en una mala tarde puede clavarse en tu corazón hasta hacerlo sangrar. Una decena de composiciones que revelan su capacidad como compositor y su talento para combinar con acierto esa doble personalidad, la mordaz y la sensible.

Cuando anunció que para su próximo trabajo discográfico se pasaba al inglés la primera reacción fue de cierta incertidumbre ya que una de sus mayores bazas se fundamenta en buena medida en la comprensión inmediata de sus letras, pero conociendo su bagaje musical y sus influencias, que van desde los tótems que todos imaginaréis hasta cafres del calibre de Left Lane Cruiser y Scott H. Biram o el recientemente desaparecido Justin Townes Earle (del que hace en directo una maravillosa lectura de «Harlem River Blues») no deja de ser algo que era inevitable que sucediera antes o después.

Este segundo disco, editado en precioso vinilo de color rojo, deja un poco de lado la agresividad de su antecesor para mecerse en territorios más próximos al folk o los sonidos country sin olvidar, por supuesto, al blues. Que se mantiene bien presente en «Looking for Trouble», «12 Pack Blues», la serpenteante, nunca mejor dicho, «Rattlesnake», la slide blues rock de «Let’s Bury the Hatchet» o en el riff que capitanea el tema título, «Blood Like Wine». En el otro lado de la balanza podemos señalar «Cross the Desert», que atrapa ente sus acordes la aridez de la arena y el sol abrasador, la atmósfera de «Dashed White Lines», que capta de maravilla esa sensación de aislamiento cuando uno va solo al volante perdido en sus cosas con la mirada fija en la carretera, la emoción que desprende el seductor trote de «Flames» o la nostálgica melodía vocal de «Far».

La escucha de Blood Like Wine despeja cualquier duda, y por lo visto hace pocos días en uno de sus conciertos, las canciones en su idioma natal y las cantadas en el de Shakespeare conviven de modo natural complementándose unas a otras ya que independientemente de la lengua en que son entonadas comparten hasta el tuétano las raíces y la herencia musical de la que provienen. Artistas como él son los que dan verdadero sentido a la filosofía que guía esta sección. No queda más que recomendarles que descubran el peculiar mundo de Sergi Estella, vale la pena, de verdad.

Manel Celeiro

Fotos: Xavier Mercadé (Rocksound) / Web Sergi Estella

Más info en:

http://sergiestella.com/es/

 

One Comment

  1. Tiziano Rodriguez Pittman

    alguien que tenga la letra de «No trobo lloc» es que la necesito para un trabajo el martes 10 de mayo de 2022y no la encuentro en ningun sitio

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