Encuentros

Darrell Bath: “Crea el interés, haz que marche, manténlo interesante, y espera hasta que sea bueno”

 


En un año que parece no darnos tregua a los amantes de la buena música, el pasado 28 de septiembre nos sorprendió con la sorpresiva muerte de Darrell Bath, a sus 54 años. Exquisito por donde se lo escuche a lo largo de todos los proyectos en que ha dejado su sello –que fueron muchos- el que seguramente fuera acaso el más grande de los menos conocidos héroes de la guitarra de rock’n’roll, en su sentido más estricto, concedió  un detallado repaso de su carrera en la que tristemente acabaría siendo su última entrevista (realizada en Brighton, junio de 2018). Y con el buen gusto de siempre.

 

La primera vez que supe de ti fue cuando te uniste a los Dogs D’Amour para More Unchartered Heights of Disgrace, el álbum del ’93. Pero 6 años antes de eso, te habías integrado a los U.K. Subs, con los que grabaste tres discos, lo que significó un cambio radical en el sonido del grupo.
, Japan Today, y dos discos más. Yeah. Nuestro punto en común era el rock’n’roll y el blues de garage. Charlie (Harper, el cantante de los U.K. Subs) es un gran armonicista, y le gusta todo eso.

¿Dirías que entonces tu entrada cambió el sonido del grupo?
En verdad no hacíamos muchas de mis canciones en vivo, tal vez una o dos, como Thunderbird Wine o Street Legal. Y el resto eran de álbumes anteriores.

Y después te uniste a los Dogs D’Amour. Y en el medio. los Crybabys. ¿Los considerarías tu primer grupo personal?
Sí, mi primera banda original personal, con John (Plain) y Robbie (Rushton) Yo estaba trabajando con Arturo (Bassic) de The Lurkers. Hicimos una gira como soportes de Die Toten Hosen, que eran grandes fans de los Lurkers y de The Boys. Funcionó muy bien, y entonces se dio la posibilidad de volver a salir de gira con ellos, y Arturo telefoneó  a John Plain.  Dos guitarras, y un bajista que cantaba, por lo que durante ese tour nos dijimos “hagamos nuestra propia banda en el estilo de los Faces, o de Mott the Hoople”. Y eso hicimos. Y John es un tipo genial, me alentó a escribir mis propias canciones, que no hubieran encajado en los U.K. Subs, o en las otras bandas en las que tocaba en aquel momento.

Crybabys

Los Crybabys terminaron grabando cuatro discos maravillosos.
Sí.  Where Have All the Good Girls Gone, Rock On Sessions, Daily Misery y finalmente What Kind of Rock’n’Roll?, que era un compilado de Where Have…, nuestro primer álbum, y lo que iba a ser originalmente el segundo, pero que no terminó siendo así.

¿Alguno de esos cuatro que consideres tu favorito?
Sí, me gusta Rock On Sessions. Es una pena que sea un disco tan difícil de conseguir. Sólo se fabricaron algunas copias. Fue grabado en Francia, donde lo mandaron a imprimir. Enviaron alrededor de doscientos a New York, y de repente recibimos una llamada telefónica, “oh se incendió el depósito”… Y nos dijimos, “¡por favor, no!”. Fue cuando teníamos a Danny García en la banda, que fue quien hizo la película sobre Johnny Thunders, era nuestro bajista. Y también cantó una canción.

Y entonces luego te uniste a los Dogs D’Amour. ¿Cómo fue? ¿Te convocaron?
Bueno, nos conocíamos un poco unos a los otros, pero pienso que básicamente fue porque teníamos un disco pendiente con la compañía China Records, y el anterior guitarrista del grupo (Jo Dog) se había quedado en los EE. UU. , y necesitaban a alguien que estuviera en Inglaterra.

Lo que terminó siendo More Unchartered Heights…, el último gran disco de los Dogs, y el que marcó el final de los buenos tiempos de la banda. Digo, nunca volvió a ser la misma…
Probablemente no. Pero también hicimos el primer álbum solista de Tyla (The Life & Times of a Ballad Monger), que también es un muy buen disco, y con un gran sonido.

¿Al menos salieron de gira bastante para presentarlo?
Oh yeah. Por toda Inglaterra, y España. Éramos muy populares en España. Sólo giramos por esos dos países. Los shows fueron muy divertidos. Muy buen público, especialmente en los conciertos españoles. La gente solía venir a los shows con 20 botellas de vino con una etiqueta de los Dogs D’Amour pegada en cada una.

Por lo que tocaste con los Crybabys y con los Dogs al mismo tiempo.
Sí. De hecho los Dogs tocaban en la versión original de la canción All the Way to Hell and Back, de los Crybabys, en el demo. Pero lo perdí.

¿Qué llevó a los Crybabys a parar? Honest John me dijo el año pasado que tenía la idea de hacer al menos otro nuevo álbum con el grupo. De hecho hicieron juntos algunos shows acústicos a dúo el año pasado.
Bueno, no es que hayamos parado, por lo que sería genial hacerlo. Sí, hicimos una gira en Italia. Y también grabamos un nuevo single para un sello italiano, que tenía a Scars en el lado A, y a Tell Me de los Stones en el lado B.

Trabajaste con Ian Hunter durante 6 años y, según leí por ahí, “llegaste para ser el reemplazo perfecto para escribir canciones con él después de la muerte de Mick Ronson”.
Ian es un gran tipo, siempre te alienta. Buscar sacar lo mejor de las personas, y lo logra. Ni me atrevería a decir que me acerco a Mick Ronson, no. En todo caso fuimos el tipo de grupo de rock estricto con el mismo espíritu que tenía Mott the Hoople, y no una banda de rock “grande” como Foreigner o Queen. Grabamos el disco de Ian Dirty Laundry en Abbey Road, y después hicimos algunos overdubs en Trondheim, Noruega. El segundo álbum en que trabajamos juntos fue hecho en Vermont.

En 1995 trabajaste junto a Spike de los Quireboys en el álbum Take Out Some Insurance
Lo hicimos. Pero no fue algo oficial, nunca fue editado como corresponde. Sólo se conseguía en cassette, y se vendía en los shows. ¿Buen disco, no?

Darrell con Ian Hunter (Photo: Dennis Dibrizzi)

Eran todos clásicos de blues…
Mucho blues, uno o dos originales nuestros, una o dos canciones de John Mayall de los ’70, un par de clásicos…Una canción de Mississippi John Hurt, otra de Muddy Waters… Lo grabamos en un estudio muy bueno en Chiswick, un lugar encantador llamado Chiswick Reach. Con equipos muy caros. Algunos de ellos eran propiedad de Joe Meek, realmente muy viejos.

Jamás le presto atención a los años en que los discos son editados, salvo por detalles cronológicos… ¿Qué te llevó a convertirte en músico? ¿Fue de muy chico? ¿Naciste en Croydon, verdad?
Sí. Fue como un imán, you know. Amaba escuchar radio. Mi abuela tocaba el acordeón, y mis otros abuelos el piano, cosas de ese tipo. Tengo una hermana menor, y es muy buena tocando el saxo tenor. Siempre había música alrededor. Yo podía tocar violín y guitarra. Me había aprendido todas las notas, las cosas clásicas.

Entonces empezaste a tocar guitarra desde el vamos. ¿Fue tu primer instrumento?
No, fue a principios de mi adolescencia, desde que tenía 13 años. Antes de eso fue la batería, en verdad fue el tambor, en la banda del colegio.

¿Recordás cuál fue el primer disco que compraste?
Creo que fue Rock Around the Clock, o algo así.

Quisiera que me hables sobre tus colaboraciones en los discos solistas de Honest John Plain.
Oh sí, el álbum Honest John Plain and Friends. Es básicamente un disco de los Crybabys, porque ahí tocan Von y Ronnie, los dos bateristas de los Crybabys. Fue grabado en Blaneau Festiniog. Eso es en Clywd, Gales. ¡Me había olvidado lo bueno que es ese álbum! Estuvimos allí por un par de semanas. John tenía su nuevo sobre de plástico para billetes de 50 libras, el cual llevaba al pub cada día. Y eventualmente los locales se volvían muy sospechosos. (risas) Recuerdo a este tipo del pub diciéndole a John (imita el acento galés), “¿así que viniendo de la maldita Londres con tus billetes de 50 libras, no? Sé lo que estás haciendo, ¡estás lavando dinero!” (risas) Ahí usé una Gibson Firebird del ‘66.

Creo que deberías editar un boxset que incluya el disco de blues con Spike, y demás rarezas perdidas.
John tiene la mayoría de todo ese material, tiene montones de conciertos. Tiene uno en particular que fue muy salvaje, cuando tocamos en un distrito en la zona montañosa de Suiza. Yo, Robbie y John, cuando todavía nos hacíamos llamar The Gringo Starrs, antes de empezar a llamarnos Crybabys. Nos gustan los cowboys. Amamos todo eso de los cowboys de Texas, o los españoles, o los italianos…Las mandolinas, adoramos todo eso.

¿Quién te inspiró a la hora de tocar slide? ¿Algún héroe en especial?
Sí, Ronnie Wood. Pero también alguien me dijo “afiná tu guitarra en ‘open E’, y usá una botella de vidrio”. Tengo un slide de Ronnie Wood, uno de lata. De 1991, de cuando estuve con él en Hackney. Todos adoran a Ronnie. Es el rey de los gitanos.

¿Cómo fue tu experiencia con René Berg?
¡Una vez casi me matan! Él era muy adicto a las drogas, pero un gran tipo. Acostumbraba a verlo una o dos veces a la semana, y nos poníamos a tocar algo. Él jugaba fuerte en ese  mundo. Y un día estábamos en su casa, y aparecieron dos tipos. Un blanco, y un tipo negro de Sudáfrica. Y se sentaron a hablar con nosotros.

Seguramente no eran repartidores de pizza…
Así es, era un asunto de drogas. Y de repente uno de los tipos saca una de las pistolas más grandes que yo haya visto alguna vez, era una Magnum nueva, muy sólida, del tipo “alta tecnología”. No me dio miedo, por algún motivo no lo sentí. René era un gran tipo, y una de las últimas cosas que llegó a decirme fue “lo siento”. Porque el tipo se desmoronó. Todo lo relativo a drogas duras es muy difícil. Pero hicimos muchos shows juntos en las afueras de Londres.

Hablemos de Nikki Sudden, con quien no sólo tocaste, sino que también participaste de sus discos. Es muy triste que ya no esté más entre nosotros.

No fue más sorpresivo para nadie más que para mí. Son circunstancias de la vida, viste cómo es. Era un tipo muy encantador. Él amaba a los Crybabys, amaba a Honest John, a Casino Steel de The Boys…  Fue todo un honor haber estado en un proyecto tan elaborado como el álbum Treasure Island. Conocí a Nikki a través de un amigo mío llamado Desperate Dave. Era un tipo al que todos conocíamos de ir a shows de Johnny Thunders, Hanoi Rocks, y ese tipo de bandas. Reitero, tuve la suerte de haber formado parte de algunas de las sesiones del disco. Nikki tenía al menos dos álbumes  llenos de material, cosas que hicimos en Berlín para The Truth Doesn´t Matter, y también para Playing With Fire, por lo que había material como para dos álbumes registrados en sesiones que tuvieron lugar en Berlín, y que generalmente eran de las 10 de la mañana hasta las 2 de la mañana del día siguiente.  Alquilamos seis días de estudio. Siempre parábamos durante la mañana, nos conseguíamos una caja de buen vino tinto que pudiéramos pagar, y yo después era el encargado de tener listo el “glühwein” (R. una forma de vino caliente con especias, muy popular en Alemania en épocas de Navidad) en la estufa.

Y ahora sí, hablemos de tus álbumes solistas.

El primero fue Sabre Jet. Fue un disco solista pero cuando estaba listo a salir, un tipo me dijo “le voy a poner el nombre como si fuera de un grupo”, pero fue básicamente todo material mío. Con invitados como Richard Newman, hijo de Tony Newman, Paul Kirkham en bajo… Producido por Andy Scott de The Sweet, quien también fue el ingeniero de sonido. Y yo adoraba a The Sweet, porque mi primer gran amor por la música fue el glam rock, del ’72 al ’75, en aquella época, en los días del glam rock.

 ¿Dirías que entonces tu primer trabajo en solitario fue Love and Hurt?
Sí, supongo, diría que realmente fue el primero. Fue grabado con el gran Dave Goodman, que fue productor de los Sex Pistols, entre otras cosas, bandas como Eater, y muchas más. ¡Y además fue grabado el 11 de septiembre del 2001! Yeah. Es lo que recuerdo.

Luego siguió un largo hiato, hasta que grabaste el EP Madame Zodiac en España con Los Tupper. Dave Kusworth también grabó un álbum con ellos. ¿Cómo se dio esa chance?
Estábamos de gira por España con Nikki y Dave. Conocí a esos tipos, y me invitaron a tocar en su disco, y eventualmente también hice algo de lo mío.

Finalmente hace 3 años llegaría Roll Up, que debería ser considerado uno de los mejores discos del rock de la historia.

Darrell con Marcelo


No soy de escribir muchas canciones, pero siempre tengo algunas guardadas. Estaba listo para hacerlas, y tenía el dinero para pagar el estudio de después de haber girado con los Vibrators, y entonces pensé que lo mejor que podía hacer era planear algo para el futuro y dejar algo grabado. Y entonces conseguí a Robbie Rushton de los Crybabys en batería y a Chris McDougall en bajo, así que lo hice con mis amigos más íntimos.

Es uno de esos discos que no puedo parar de escuchar. It’s in the Music es una de las más lindas canciones que existen. Y ya que estamos, ¿cuál es la historia de la canción Rat Palace?
Oh, eso es de cuando vivía en Hackney. Había un café anarquista, y un día fui y me puse a leer algunos libros sobre anarquía. Está básicamente inspirada por uno de esos libros que leí en el café.

¿Qué es lo próximo que tenés planeado hacer?
Bueno, tengo un par de canciones nuevas sobre las que estaré trabajando en España. De hecho también estoy en los últimos dos o tres álbumes de Los Tupper. Yeah man. Con suerte cuando llegue el momento adecuado podré dar forma a un nuevo disco. En ese sentido soy un poco como Ronnie Wood, digo, no hacés un álbum en cinco minutos. Crea el interés, haz que marche, manténlo interesante, y espera hasta que sea bueno. A la gente siempre le lleva un par de años descubrirlo.

Texto: Marcelo Sonaglioni

 

 

 

 

 

 

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