Treinta años lleva el amigo Finny al frente de The Mahones, nada menos. Tres décadas en las que ha convertido a su banda en referencia del Celtic punk a nivel mundial, tan solo unos peldaños por debajo de Flogging Molly o Dropkick Murphys. Y todo ello además lejos de su Dublín natal, formados y establecidos en las frías tierras de Ontario.
Que se descolgara ahora con un primer disco en solitario no parecía pues nada demasiado inusual, tardío si acaso. Aunque lo que nos encontramos no es tanto un nuevo disco como tal, con nuevas composiciones, sino más bien una revisión del cancionero del grupo (que no deja de ser el suyo propio) en clave mayormente intimista. Ligeramente retituladas algunas de ellas respecto a sus originales, canciones como «So Far Away», «New York City», «We’re Miles Apart» o «Stars (Oscar Wilde)» rebajan ligeramente el componente celta para adecuarlo al formato de cantautor, sin que ello implique desnudez acústica. Hay instrumentación y arreglos, sin duda, e incluso experimentos interesantes -como el tono jazzy imprimido a «Cocktail Blues»-, pero el tono general es de introspección. De producto privado, en petit comité.
Para aquellos que ya conozcan el material de partida, estas relecturas parecen más que adecuadas para la estación gris, romántica y taciturna en la que nos encontramos. Y tanto para ellos como para quien se adentre por primera vez en la música de Finny, se insertan en el track list cuatro versiones no diremos que sorpresivas -que no lo son- pero sí cuanto menos curiosas. Así, si el repaso al «Atlantic City» del Boss y al «Pale Blue Eyes» de la Velvet son correctas sin más, la nota sube y mucho cuando echa mano de The Tragically Hip y su «Fiddler’s Green» o en esa atrevida, casi insolente deconstrucción de la clásica «A Pair of Brown Eyes» de MacGowan y sus muchachos.
Eloy Pérez
