Encuentros

Adiós a Pee Wee Ellis, icono del funk (entrevista inédita)

El pasado 23 de septiembre nos llegaba la triste noticia de la muerte del carismático saxofonista Alfred James Ellis, conocido internacionalmente como Pee Wee Ellis. Sin duda, uno de los nombres en mayúsculas de la escena del funk porque formó parte del séquito de James Brown a finales de los años 60 y también grabó discos instrumentales junto a Fred Wesley y Maceo Parker bajo el nombre de The J.B.’s durante las siguientes tres décadas.

Se trata de uno de esos casos paradigmáticos en los que queda claro que la época dorada de esta música sincopada y con raíces negras que revolucionó el mundo no la escribieron únicamente los cantantes famosos y las grandes estrellas, sino que también hubo músicos que lograron destacar dentro de las bandas de acompañamiento y se convirtieron en leyendas por méritos propios. Esta entrevista inédita tuvo lugar en noviembre de 2016, coincidiendo con la parada en Barcelona de su última gira española.

Te criaste en el profundo sur de los Estados Unidos en la década de los 50. ¿Cómo recuerdas aquella época y los inicios de tu pasión por la música?

Era muy duro ser negro en el sur de los Estados Unidos en aquellos años, pero tuve una infancia maravillosa como parte de una comunidad donde lo más importante era el amor. La raza no fue un problema en nuestra vida cotidiana hasta que fui adolescente y ya vivía en Texas. Debo decirte que la música realmente me descubrió a mí y pude perseguir esta pasión gracias a la visión y el apoyo de mi profesor de la banda del instituto, el señor Roberts. Él fue mi mentor, me enseñó a tocar el clarinete para los desfiles que organizaban y, como se acostumbra a decir en estos casos, el resto es historia.

Supongo que la pregunta que muchos todavía deben hacerte es ¿cómo conocisteis a James Brown y qué impresión te causó en ese primer encuentro?

Recuerdo muy bien la primera impresión que tuve de James Brown. Era un personaje extraordinario, una fuerza de la naturaleza, y su espectáculo era lo más emocionante que había visto hasta ese momento cuando pasé mi primera semana como miembro de la banda. Recuerdo que miraba todo lo que sucedía en el escenario desde uno de los laterales hasta que me permitió tocar la primera nota en directo. Nunca había visto nada parecido y sabía que cambiaría mi vida.

La música soul y el funk se convirtieron en la banda sonora del movimiento por los derechos civiles. ¿Te involucraste en las manifestaciones pacíficas?

Como es lógico, sabía perfectamente lo que sucedía con el movimiento por los derechos civiles. Pero, al mismo tiempo, estaba ocupado con las giras para consolidar mi carrera musical y, a finales de la década de los 60, ya trabajaba con James Brown. Todo eso acaparó la mayor parte de mi atención y no pude involucrarme de manera directa en los cambios políticos que ocurrían en mi país. Las trágicas experiencias que había vivido mi familia me enseñaron desde muy joven que las situaciones pacíficas pueden volverse violentas cuando se mezclan con los problemas raciales. Por este motivo decidí no involucrarme en el activismo político.

¿Recuerdas trágica noticia del asesinato de Martin Luther King en 1968?

Estaba conduciendo hacia mi casa en el barrio del Bronx cuando escuché las noticias en la radio. Tuve que parar en el lateral de la carretera porque me puse a llorar.

Uno de los grandes temas que grabaste junto a James Brown fue «Say It Loud, I’m Black and I’m Proud». ¿En algún momento imaginaste que se convertiría en un himno?

La mayoría de las ideas que tenía James Brown eran poco ortodoxas y muy crudas. Sin embargo, fui capaz de trasladar aquellos conceptos al formato musical para que la banda pudiera interpretarlos, tal como sucedió con «Say It Loud, I’m Black and I’m Proud». Una de las cosas que recuerdo de la sesión de grabación de esta canción es que reunieron a varios niños del vecindario para que vinieran al estudio y cantaran el estribillo.

¿Crees que los músicos de sesión en la escena del funk, del soul o incluso del jazz han tenido el reconocimiento que se merecen por su contribución a las canciones?

Absolutamente no. Son la base de una enorme cantidad de música grabada y no han recibido ningún reconocimiento por su contribución en todas esas canciones que la gente conoce, ama y escucha cada día. Un buen músico de sesión o un líder de una banda debe aportar, ante todo, sensibilidad y también estar dispuesto a apoyar al artista con el que está trabajando.

En 1969 abandonaste el séquito de James Brown para iniciar tu carrera en el mundo del jazz y colaboraste con Van Morrison. ¿Fue complicado tomar esa decisión e instalarte en Nueva York?

No fue difícil dejar el revue de James Brown, aunque apreciaba mucho el tiempo que había pasado con él y aprendí muchas cosas importantes. El jazz era mi primer amor y era el momento adecuado para seguir adelante. Fue emocionante regresar a Nueva York en aquella época, sumergiéndome de nuevo en el mundo del jazz y trabajar con la gran variedad de artistas de ese género que había en la ciudad. Mi colaboración con Van Morrison fue muy fructífera porque confió en mí desde el principio para crear su música. Si los comparamos, James Brown era un personaje diferente y eso se notaba a la hora de trabajar.

Wesley, Parker y Pee Wee

Visto en perspectiva, ¿cómo describirías tu conexión musical con Fred Wesley y Maceo Parker?

Siempre es un placer tocar en el estudio o en un escenario con Fred y Maceo. Los considero unos de mis amigos más antiguos. Creamos música fantástica como la sección de viento de los J.B.’s y nos divertimos mucho y tuvimos mucho funk. La gente nos pregunta constantemente si volveremos a reunir a la banda en el futuro. Mi única respuesta es que espero que lo hagamos algún día.

Una de tus colaboraciones recientes ha sido con Ginger Baker’s Jazz Confusion. ¿Cómo fue esta experiencia junto a uno de los baterías más famosos e impredecibles de todos los tiempos?

Colaborar con Ginger fue, sin lugar a dudas, una experiencia completamente distinta. Fuimos capaces de crear una música nueva que el público de todo el mundo disfrutó mucho escuchando. Se trataba de una combinación muy interesante de músicos que llegábamos con un sonido fresco y siempre resulta interesante formar parte de una nueva aventura musical. Todavía mantengo el contacto con Ginger.

Para terminar la conversación, ¿qué opinas sobre el fenómeno del hip-hop después de que tantos artistas hayan sampleado vuestra música?

El hip-hop es una de las evoluciones de la música que ayudé a crear. El uso de samples está bien, siempre y cuando los productores reconozcan de dónde proviene la música que utilizan y paguen los derechos correspondientes. Debo decirte que no siempre ha sido así.

 

Texto: David Moreu

 

 

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