“No somos unos recién llegados. No somos los más jóvenes del barrio. Estuvimos ahí cuando el glam, estuvimos ahí cuando el punk, estuvimos ahí para ver cómo la música disco se convertía en una mierda”. Divertido y campanudo, el modo en que se presentan en sociedad estos cinco veteranos de la escena punk y post punk de Estocolmo. Se presentan relativamente, pues como The Beautiful Art of Decay ya llevan girando por Suecia desde 2015 aunque, eso sí, con apenas media docena de sencillos editados vía digital.
El salto al formato físico y, ahora sí, la puesta de largo, viene de la mano de este EP de cuatro temas, dos de reciente cuño y otros dos rescatados del 2017. Un cuarteto que se abre con la sarcástica «Americans», un indie rock guitarrero de coros agradecidos al que siguen tres visiones -que no versiones- de Bowie bajo el título de «Happiness Ever After», «Stories» y «Enemies». Porque, aunque entre sus influencias citen a Stooges, la Velvet o Ziggy entre otros, en esta primera entrega es casi exclusivamente la sombra de este último -tras pasar por el peluquero- la que planea sobre sonido y melodías.
Ni plagio ni refrito, no obstante, no nos equivoquemos. Que estas canciones suenen a lo que suenan (dentro de un marco más general, que puede ir de la new wave noventera a la épica emocional de sus vecinos Madrugada) no implica que no se sustenten por sí solas. En realidad, el EP entero entra como un largo trago de cerveza helada tras cuatro horas en la playa, o como un malta tras una comilona de asador: refrescante a la par que sedante. Aunque, atendiendo a estos símiles alcohólicos y al igual que nos ocurre a los buenos bebedores, la dosis se agradece pero se nos antoja escasa. Necesario pues un larga duración, en toda regla, para corroborar las buenas sensaciones suscitadas. Pronto, esperemos.
Eloy Pérez
