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El mes de las Murder Ballads: ¿Crees que soy un psicópata, mamá? Las diversas aproximaciones al «Psycho» de Leon Payne

De entre la numerosa producción que el country ha aportado al género que nos ocupa, una canción sobresale por méritos propios. Hablamos de «Psycho», el pequeño clásico de Leon Payne apreciado tanto por su oscuridad como por su retorcido sentido del humor.

Muchas y diversas han sido las teorías acerca de los hechos que motivaron a Payne, conocido como The Blind Balladeer (nació ciego de un ojo y perdió la visión del otro en su infancia) para componer el tema. Unos comentaban que la escribió como reacción a la matanza cometida por Charles Whitman en el campus de la Universidad de Texas en 1966. Según otros, se inspiró directamente en Psicosis, de Hitchcock o incluso puede que en Canción de Cuna Para un Cadáver de Robert Aldrich. Pero dado que tanto él como su mujer eran ciegos, no parece esta una opción muy probable.

Finalmente sería Myrtie Le Payne, la hija de Leon, quien proporcionaría la explicación correcta: la canción nació de una conversación entre el cantante y Jackie White, encargado de la steel guitar en su banda. Según Myrtie, en la primavera de 1968 ambos estaban hablando sobre los famosos asesinatos cometidos por Richard Speck dos años antes; siendo Payne aficionado a la Historia, la conversación pronto derivó hacia otros casos de asesinos en serie como los de Mary Bell, Albert Fish o Ed Gein. Y de ahí saltó la chispa para «Psycho».

 

 

 

Narrada en primera persona, la canción es una suerte de confesión entre cínica y sardónica (no exenta de cierto ligero arrepentimiento) en la que el protagonista desgrana una serie de crímenes mientras repite una pregunta que suena más retórica que otra cosa: “crees que soy un psicópata ¿verdad mamá?”.

 

 

Can Mary fry some fish, Mama?

I’m as hungry as can be

Oh lordy, how I wish, Mama

You could keep the baby quiet cause my head is killing me

 

I seen my ex last night, Mama

At a dance at Miller’s store

She was with that Jackie White, Mama

I killed ‘em both, and they’re buried under Jenkin’s sycamore

 

Don’t you think I’m psycho, Mama?

You can pour me a cup

If you think I’m psycho, mama

Better let ‘em lock me up

 

Don’t hand the dog to me, Mama

I might squeeze him too tight

And I’m as nervous as can be, Mama

But let me tell you ‘bout last night

 

I woke up in Johnny’s room, Mama

Standing right by his bed

With my hands near his throat, Mama

Wishing both of us was dead

 

You think I’m psycho don’t you, Mama?

I just killed Johnny’s pup

You think I’m psycho don’t you, Mama?

You better let ‘em lock me up

 

You know the little girl next door, Mama

I think her name is Betty Clark

Aw, don’t tell me that she’s dead, Mama

Why I just seen her in the park

 

She was sittin’ on a bench, Mama

Thinking up a game to play

Seems I was holding a wrench, Mama

Then my mind walked away

 

You think I’m psycho don’t you, Mama?

Didn’t mean to break your cup

You think I’m psycho don’t you, Mama?

Mama, Mama, why don’t you get up?

 

Say something to me, Mama

Mama, why don’t you get up?

Mama?

 

 

La madre como personaje recurrente en el universo de los psicópatas (la cual termina de forma no menos clásica, pobre mujer) le sirve a Payne para hilvanar un monólogo demente, supurante de humor negro. El primer verso es un juego de palabras en referencia a dos de los serial killers (Mary Bell y Albert Fish) de la mencionada conversación con White, a quien por cierto le agradece su contribución en la segunda estrofa, cargándoselo y enterrándolo junto a su ex bajo un sicomoro.

Se dice que mientras la escribía, Payne tenía en mente a su viejo amigo Eddie Noack como intérprete. Sea cierto o no, la cuestión es que Noack efectivamente la grabó en otoño de 1968 en un single para K-Ark Records, sello independiente de Nashville. Un clásico tema de honky tonk que no consiguió excesiva repercusión, pasando pronto al olvido hasta que fue rescatado en 1973 por Jack Kittel y lanzado como single al año siguiente. Un pequeño espaldarazo refrendado por Elvis Costello, que la grabó en directo a finales de la década: puede encontrarse como cara B del single «Sweet Dreams» (1981), así como en los bonus de la reedición de Almost Blue a cargo de Rykodisc en 1994. Ah, y también en Fundamental Frolics, disco colectivo grabado en directo en el Apollo Theatre de Londres el 1 de junio de 1981 en beneficio de Mencap, una asociación para niños y adultos con discapacidades mentales. Decir muy apropiado es quedarse corto.

Personalmente considero que la mejor versión, no obstante, fue la perpetrada por los Beasts of Bourbon. Primer single de los australianos e incluida en su debut The Axeman’s Jazz (1984), en sus manos la canción eleva sus niveles de sarcasmo y mal rollo aupada por un video tan sencillo como efectivo, con un jovencísimo Tex Perkins transmutado en una especie de Norman Bates after punk.

 

 

A partir de entonces han sido unas cuantas las veces que la canción ha sido reinterpretada, con mayor o menor fortuna, pero casi siempre manteniendo su inquietante halo original. Teddy Thompson la grabó en 1998 para la banda sonora del remake de Psicosis a cargo de Gus Van Sant, y lo propio hizo Andre Williams al año siguiente para Red Dirt, su primer álbum junto a The Sadies.

Y la última referencia por el momento la encontramos en Why Hast Thou Forsaken Me? (2013), álbum de versiones a cargo del proyecto Universal Daughters, con Steve Wynn encargándose de preguntarle a mamá, de nuevo, si considera que su hijito es un psicópata…

 

 

Eloy Pérez

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