Discomático

Se reeditan dos de las obras fundamentales de Annette Peacock

 

 

 

Nacida Anette Coleman (Brooklyn, 1.940) esta figura fundamental del jazz en su más amplia y desprejuiciada versión, apuntaba maneras desde su primera infancia. Imbuido el hogar paterno del ambiente musical propiciado por el hecho de que su madre fuera violinista titular en las sinfónicas de San Diego y Filadelfia, apenas contaba cinco años cuando compuso su primera pieza musical. Completamente autodidacta, desarrolló una técnica pianística y vocal de marcado tono lacónico, austeramente críptico que la hace fácilmente reconocible, marcando desde su inicio diferencias con las corrientes dominantes en el jazz de mediados de siglo en las que dio sus primeros pasos.

Músico y persona siempre inquieta, alumna del gran Albert Ayler, con el que giró por el viejo continente, no quiso tampoco perderse los experimentos narcóticos de principio de la década del amor liderados por el legendario Timothy Leary, a cuyo círculo más cercano pertenecía. Sin haber cumplido los veinte años contrajo matrimonio con el contrabajista Gary Peacock, del que tomó apellido para su carrera musical: esta se inició en 1.972 con el sorprendente I´m The One, y ha simultaneado periodos tremendamente fértiles, como a principios de la década de los setenta, con largas ausencias de los estudios, caso de los trece años que separan el 87 con el comienzo del siguiente siglo, hiato temporal en el que apenas se tuvieron noticias de su actividad artística.

Es por todo lo anteriormente mencionado, y por la muy costosa dificultad de hacerse con copias de sus vinilos de segunda mano, una gran noticia para cualquier aficionado inquieto la reedición de dos de sus discos, X Dreams, originalmente publicado por See For Miles Records en 1.978 y el enorme The Perfect Release –Earmark Records, 1.979-, respectivamente cuarto y sexto lanzamiento de la solista neoyorkina. A mis cortas luces ambos representan lo más granado e interesante de su producción, alcanzando en uno y otro un nivel de composición y una capacidad comunicativa que ahora, cuarenta y tantos años después, sigue sorprendiendo por su originalidad y lucidez.

 

La primera de las obras de nuevo disponible en vinilo, X Dreams, contó para su grabación en los londinenses Essex Studios con una amplia pleyade de grandes músicos de sesión, dentro de los cuales es justo subrayar la presencia de dos ases de las seis cuerdas, Chris Spedding y Mick Ronson, santos de obligada veneración para los lectores de estas páginas, también la del rotundo batería Bill Bruford, en aquellos días aporreando para King Crimson. Aparte del mismo número de temas y casi idéntico minutaje, las dos rodajas recuperadas contaron con la producción ejecutiva de Aaron Six, que andando el tiempo sería responsable de grabaciones de Steve Marriot, del Live In London de Alex Chilton, también de The Blue Angel del ángel caído Nico. Para la ocasión dotó al disco de un tono quizás un pelín más rock de lo habitual, muy impregnado de blues en el caso de <<My Mama Never Taught How To Cock>>, lo mismo que transpira misterio <<Real & Defined Androgens>>, amén de uno de los mejores temas del disco toda una declaración personal, ya que ese toque andrógino fue, y sigue siendo, una de las señas de identidad de Peacock. Como curiosidad apuntar la inclusión de una irreconocible versión del clásico <<Don´t Be Cruel>> que seguramente dejó atónitos a sus autores, Elvis Presley y Otis Blacwell, en el caso de que llegara a sus oídos.

 

En un nivel mucho más funky se desenvolvió The Perfect Release, registrado en los kinkianos Konk Studios, su obra cumbre para quien firma este párrafo, potenciando la sensualidad de su fraseo vocal, que alcanza muy altas cotas en cortes como <<Solar System>>. Sobre su manera de cantar y tono vocal se ha escrito mucho, comparándolas en ocasiones tanto con Dusty Springfield como con Peggy Lee; no lo digo yo, sino críticos de contrastado criterio, por lo que ya se pueden hacer una idea de su enorme altura como solista. Si que me voy a permitir en este apartado hacer algún pequeño apunte, que viene muy al caso mientras repaso The Perfect Release, y estos son más acerca de deudoras que de inspiradoras: desde que oí por primera vez la voz de Annette Peacock percibí el paralelismo tonal que en ocasiones la enlazaba con Michelle Shocked, aquí muy patente en uno de los temas más definitorios del disco, <<American Sport>>. Y nadie me podrá negar que el esqueleto reggae que sostiene <<Rubber Hunger>> no dejó tremenda huella en Chris Blackwell y su pupila Grace Jones cuando poco años después parieron en Nassau el icónico Nightclubbing. Misterio, sensualidad y tensión sean quizás las más señaladas características de este disco, plenamente acreditadas en la acusadísima personalidad de temas como <<The Succubus>>. Dos pequeñas/enormes maravillas de nuevo disponibles vía Aura/Sundazed.

 

Texto: Manuel Borrero

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