“No puedo quedarme en la superficie, sabes que necesito sumergirme más”, canta en «These Roads». Y de esa necesidad exploratoria nace este hermoso viaje expiatorio de Joana Serrat. Una travesía musical donde las canciones fluyen naturalmente, hasta llegar al último y redentor corte. Si con Dripping Springs ya parecía querer transcender el country o el folk, abrazando a su vez el dream-pop, ahora esos caminos son aún más certeros. Una exploración consciente de un artista que, como pocas, arriesga sin perder el sentido unitario de su obra. Repite con el guitarrista Joey McClellan, el bajista Aaron McClellan y el mágico pedal steel de Eric Swanson, pero se une el batería McKenzie Smith y el teclista Jesse Chandler. Su quinto e introspectivo disco, grabado en Texas con Ted Young, está escrito por una mujer valiente, consciente de todo lo que supone serlo: la soledad, la autoexigencia, la pérdida… pero, también, dispuesta a aceptarse, con todas sus contradicciones. Adentrándose en los recovecos más oscuros del ser, convirtiendo ese dolor en creación, y con las mejores letras de su carrera. Como canta en «Wild Beast», nadie puede ya detener a una bestia salvaje como ella.
ALICIA RODRIGUEZ
