A lo largo de sus casi seis minutos, la psicodelia made in costa oeste se va desperezando de tan parsimoniosa cadencia en una suerte de danza que, a la manera de unos áridos Khruangbin, ayunta el exotismo instrumental con la pirotecnia de The Beta Band.
Tras entregar el pasado 2019 el aclamado Los Montes en Llamas (7º mejor disco del año según los redactores de esta tu revista), Elemento Deserto regresará, de nuevo de la mano del sello austríaco Mai Lei Bel, con un tercer LP que ha de publicarse el próximo otoño. Y es que, cualquiera que haya presenciado cómo se las gastan sobre un escenario, andará expectante ante lo que pueda entregar estos granadinos que atraviesan un momento álgido de creatividad.
Para definir su ideario a aquellos que aún no los hayan descubierto deberíamos imaginar a unos sobrios Crazy Horse versionando a Juanita Reina, a unos Grateful Dead de retiro espiritual en la alpujarra, o a la Magic Band —emancipada de Don Van Vliet— reinterpretando en reverse el Nuevo Día de Lole & Manuel. Aún así nos quedaríamos cortos para definir las ilimitadas prestaciones de los Elemento.
Elemento Deserto + Unidad y Armonía han sido para la ocasión:
Miguel Martin, Tony Molina y Antonio Travé: guitarras y coros.
Carlos Marqués: sintetizadores.
Antonio Gabriel Jiménez: guitarra acústica.
Dani Levy: bajo.
Roberto Escudero Colina: percusión.
Popi González: batería y coros.