Encuentros

J.F. Leon, “creo que el rock goza de muy buena salud”

¿Hay que presentar a J.F. Leon? Si hay que hacerlo se hace pero, a estas alturas, cualquiera que se acerque a esta Ruta debe conocer de sobras las andanzas de este manchego que lleva varias décadas formando parte de esta casa. No solo estamos hablando de uno de nuestros redactores emblema sino también de un agitador cultural, siempre relacionado con el rock, que, entre otras cosas de las que nos hablará, acaba de finalizar la decimosegunda temporada de Rock’n’Roll Animal, su podcast más emblemático, y del que ya prepara nueva entrega. Además mantiene canal de Twich con un programa del mismo nombre que piensa seguir haciendo todo el verano y que conviene ver en directo (twitch.tv/JFLeonRnRAnimal). Hablamos de todo ello y mucho más con J.F. Leon.

¿Puedes brevemente explicarnos todas las cosas que andas liado actualmente? (en el terreno musical /radio /etc)

Sigo colaborando en Onda Cero con el Más de Uno de Carlos Alsina y La Cultureta de Rubén Amón. Con mis podcasts (Rock’n’Roll Animal y Top Ten). Tengo aparcados ahora mismo un par de libros y también los documentales que estaba haciendo para mi canal de YouTube, El Olimpo del Rock. El arranque de mis retransmisiones en Twitch me están quitando demasiado tiempo, pero está mereciendo la pena.

El Olimpo del Rock suena algo presuntuoso ¿no? ¿Nos puedes decir qué es eso?

Sí, totalmente de acuerdo, difícilmente puede sonar más pretencioso (risas). Pero había que buscarle algún nombre, que fuera fácil de encontrar en Google y YouTube y que además fuera todo lo explícito posible para un canal de pequeños documentales sobre grandes artistas y momentazos de la historia del rock. No te sirve de nada tener algo que mole pero con un nombre que no encuentre ni dios.

¿Y por qué dices que lo tienes un poco parado ese asunto?

Arranqué demasiado fuerte, me compliqué la vida en exceso… No quería ser el típico YouTuber que hablara delante de la cámara, sin más. Así que me puse a pensar cómo hacerlo, y acabé estudiando a saco durante un mes para hacer algo digno. Y cuando supe lo que quería hacer y cómo hacerlo me puse a ello y, modestia aparte, estoy muy contento con el resultado, pero lo cierto es que cada vídeo me lleva unas cuarenta horas de trabajo. Es mucho curro y, además surgió lo de Twitch, así que lo he parado unos meses, pero volveré. Tengo muchas ganas y tuvieron muy buena acogida los que hice sobre Aretha Franklin, Tom Petty, George Harrison, el Back In Black…

Ahora tener un podcast es como en su momento era tener un blog, casi lo tiene todo el mundo. Pero R’n’R Animal lleva 12 años. Cuando lo empezaste ¿te vieron un poco como un loco?

No lo sé, la verdad. En realidad Onda Cero fue pionera en la radio web, porque yo entré en la cadena en enero de 2003 y había una programación on line bastante buena y apostaban por ella con medios, ofreciéndonos un técnico y un estudio para grabar. Pero ese mismo verano terminaron con ella. Hubo un ERE en la cadena y supongo que vieron que era un gasto que no tenía retorno económico alguno. Se habían adelantado a su tiempo, aunque en aquella época no se utilizaba el término podcast. Tras unos años intentando tener un programa propio en antena, y viendo que no me lo iban a dar ni de coña, decidí ofrecerles grabar yo en mi casa Rock’n’Roll Animal, sin ocasionarles molestias, y que ellos simplemente lo colgaran en la web de Onda Cero. No sé lo que pensarían, aunque yo creo que los jefes ni se enteraron, fue cosa del equipo del contenido de la web, que eran los mismos que llevaban esa programación digital en 2003 y que son una gente estupenda que siempre me han apoyado.

Estas cosas son difíciles de establecer, pero si no fuiste un precursor en España en el tema podcasting musical, poco te faltó ¿lo ves así?

Evidentemente hubo gente que empezó antes que yo, pero que se mantengan tanto tiempo supongo que no habrá demasiados. Quizá valga el dicho: “lo difícil no es llegar sino mantenerse”, porque ahora mismo parece que todo dios tiene un podcast igual que hace quince tenían todos un blog y de éstos ya quedan pocos.

¿Cómo se aguanta un programa de podcast 12 temporadas? Imagino que habría momentos de bajón y pensar en dejarlo.

He pasado por épocas de bajona, sí… Poco tiempo libre para hacerlo y problemas externos me dejaban sin energía ni ganas. Tampoco hubo demasiado feedback hasta que -además de en la web- empezó a estar disponible en plataformas como iVoox y Spotify y el asunto empezó a tener más eco en redes sociales. Sin duda mereció la pena aguantar.

La fórmula actual ha cambiado. Antes lo hacías solo, ahora Dolphin es un % elevado de programa, antes eran más programas por temporada. Ahora son menos pero más largos ¿qué te llevó a ello?

Por un lado podríamos decir que Dolphin salvó a Rock’n’Roll Animal, porque fue más fácil seguir adelante cuando estableces una especie de compromiso con otra persona. Es como salir a correr temprano: es más sencillo levantarte de la cama y no dejarlo cuando vas en grupo y unos tiran de otros. Además él aporta mucho cachondeo y también su enciclopédico conocimiento sobre el origen del blues y del rock and roll. Creo que hemos conformado un buen equipo y lo hemos pasado muy bien.

 

Salvó a Rock And Roll Animal y por eso le perdonamos, pero tendrías que probar a silenciarle el micro cuando habla de Elvis ¿no? ¿qué le pasa a Dolphin con él? ¿Tuvo pesadillas de pequeño o algo así? Porque tú tienes hasta una especie de altar de él.

Personalmente, creo que muchas de las burradas que suelta son en realidad una parodia exagerada de sus verdaderas opiniones. Y por otro lado, se ha erigido un defensor a navaja de la cultura afroamericana, de su legado, de los derechos civiles… Y ciertamente ellos cardaron la lana y Elvis, y otros, se llevaron la fama. Y, sí, tengo una pared de mi casa dedicada por completo a Elvis y también un altar, aunque uno más grande para los Beatles, otro al soul y el blues… Soy un puto friki, ¿qué le voy a hacer? (risas).

Y ahora te lías con Twich. Otra “locura” ¿ves la situación similar a cuando decidiste empezar un podcast o las motivaciones han sido diferentes?

Siempre, igual que cuando empecé a escribir, ha estado detrás principalmente la vocación de comunicar y compartir aquello que me apasiona. Pero, no os voy a mentir, también ha habido siempre detrás, o más bien paralelamente, unas enormes ganas de poder vivir de esto.

En esto vuelves a tomar la delantera. No hay muchos twich (o yo no conozco) dedicados al rock. Es una herramienta pensada quizá para un público más joven que el habitual consumidor de rock ¿eso es un handicap o un acicate?

Dolphin llevaba meses animándome a hacer algo en Twitch, pero me daba mucha pereza meterme en una plataforma más. Al final me convenció y me pasé un par de semanas estudiando lo que allí había y lo que se podía hacer; también el cómo, porque a estas alturas de mi vida no veo aceptable hacer algo cutre, que no me deje satisfecho.

Mi hija dice que el Twich es cosa de gamers ¿qué le digo JF? 

Dile que originalmente sí, pero que además de los putos gamers jugando (risas), hay DJs haciendo sesiones, gente charlando y por eso empecé a considerar la posibilidad de hacer una especie de programa de televisión, el que me habría gustado disfrutar cuando tenía 25 años: que me descubriera artistas actuales y antiguos, pero sin dar la espalda a los grandes clásicos; que me entretuviera y a la vez me informara; en el que hubiera invitados que contaran cosas interesantes… Y así surgió Rock’n’Roll Animal Live! Con esas viñetas de cómic y esos televisores vintage donde se ven los videoclips de todas esas canciones. La sorpresa ha sido la inmediatez de la interacción con el público y la comunidad tan estupenda que se está creando en el chat. Verdaderamente engancha.

También tienes Patreon ¿qué ofreces allí que no ofrezcas en el Animal o en Twich?

Arranqué con Patreon durante el primer confinamiento. Allí hago otro podcast, Top Ten, exclusivamente para patrocinadores o mecenas, como queramos llamarlo, ya sean de Patreon, Twitch o vía PayPal. Son monográficos, ya sea sobre Little Richard, versiones de los Stones, las raíces del sonido de la Creedence o sobre los diez artistas más importantes del Glam rock, que fueron los cuatro primeros programas que hice.

Al final, no vamos a engañar a nadie. Herramientas como Patreon ayudan a monetizar un poco todo este tema (aunque muchos se sorprenderían de lo difícil y nimio que es). Habrá quien lo critique pero tú inviertes un tiempo (mucho) y unos conocimientos, etc en hacer todo eso. Que te paguen por un trabajo debería ser normal en cualquier sector pero, metiéndonos, en el meollo, parece que si haces algo que también puede ser tu hobby porque te gusta mucho o relacionado con la música no se ve igual ¿tú como lo ves?

Siempre está bien que valoren tu trabajo y el aporte económico es la más manera más visible y evidente. Rechacé durante muchos años la remuneración por mis colaboraciones a Ruta 66, sencillamente porque tenía un trabajo con un buen sueldo y me apetecía ayudar a la supervivencia de la revista en papel. Pero, en este momento, en el que la pandemia ha puesto nuestras vidas y bolsillos del revés, necesito monetizar esta pasión que tantos años he ofrecido de una manera absolutamente altruista. Y la gente está respondiendo, aunque por ahora no en un volumen lo suficientemente grande como para compensar el esfuerzo y mucho menos como para vivir de ello, pero espero que siga creciendo para poder seguir ofreciéndolo con esta periodicidad. Pero ahí estamos, invirtiendo en algo que verdaderamente me gusta y me distrae de los problemas. Lo bueno que tiene Twitch es que cualquiera que tenga una cuenta de Amazon Prime puede ayudar suscribiéndose gratuitamente, con lo que espero que con el tiempo vayamos siendo muchos más.

Creo que el contar con invitados en la versión en Twitch / You Tube dinamiza mucho el formato y lo hace mucho más entretenido para el que lo ve… ¿Qué criterio sigues para elegir los invitados en cada programa? ¿Va en función del tema que quieres abordar o bien adaptas el contenido del programa al invitado?

No hay una regla fija, pero siempre busco gente a la que admiro y a la que me apetece escuchar. A veces se pone a tiro alguien con quien hace tiempo que quería hablar y otras surge un tema de actualidad y monto una tertulia en torno a ello. También más de una vez me ha pillado el toro (que es lo malo de hacer las cosas solo y no contar con un equipo) y he acabado tirando de algún buen amigo en el último minuto, que afortunadamente son unos cuantos y tienen muchas cosas que contar.

 

La selección musical que abordas es muy amplia… Hay espacio para casi todos los estilos, algo no muy corriente en un mundo tan sectario y compartimentado … ¿Crees que esa diversidad estilística es atractiva para captar nuevos seguidores y mantener a los que ya te siguen? 

Creo que esta transversalidad (cronológica y estilística) tiene sus ventajas e inconvenientes. Hay quien ha dicho que es una mezcla entre Rock FM y Radio 3, entre el Popu y el Ruta. Y creo que es algo así, pero siempre tienes la duda de si vas a sumar a todos o si corres el riesgo de ser demasiado Populero para los ruteros o viceversa y al final puedes quedarte sin unos y sin los otros. No sé, lo único que tengo claro es que soy yo, con la banda sonora de mi vida y seguro que la de muchos miles de personas… Insisto, al final, resumiendo, soy yo: con mis gustos y mis pintas, con mis virtudes y mis defectos.

Pero a ver JF ¿a tu edad y esas camisas? ¿Nos das tu palabra de que no es un disfraz para el programa y que tu vistes así? ¿Qué opina tu chica cuando sales de casa así?

A ver, creo que todos los que habéis estado en el Azkena conmigo me habéis visto con esas pintas, o muy parecidas. No es que las lleve a diario o para ir al Mercadona a comprar horchata (que la fresca es muy buena, por cierto), pero ése que sale soy yo. Joder, mi camisa de llamas es mítica, ¡Ladrón siempre me dibuja con ella! Aunque he de reconocer que lo de la gorra (también de llamas y de la Ruta 66) es una cuestión meramente práctica, porque así no tengo que preocuparme de los pelos. Y un poco lo mismo pasa con las gafas de sol de Elvis, porque no veas las ojeras que gasto últimamente y así me ahorro preocuparme por la iluminación o tener que mirar a la cámara, puedo estar leyendo cosas de distintas pantallas sin que se note.

 

¿Por qué crees que el rock & roll es ya una música para viejunos? ¿Cuál es la razón de que los jóvenes se interesen poco por el género? 

La industria siempre ha vivido de crear modas, o más bien de aprovecharse de aquellas que han ido surgiendo con fuerza desde el underground. Da igual que se tratase del bebop de los clubes de jazz de Nueva York o ahora del trap. El blues eclipsó al jazz, pero luego llegó el rock and roll y después la british invasion. Y se fueron sucediendo modas que finalmente llegaron a los noventa con el grunge: luego vino el punk pop, el chándal metal… Eso si sólo nos ceñimos al rock en su acepción más amplia. Pero en paralelo también había otros movimientos masivos que tenían su público. Lo que ocurre es que la llegada de una moda no implica la extinción de todo lo anterior, sino que se mantienen en un segundo plano coexistiendo, aunque sea convertidas en un nicho o siendo pasto de los que gustamos de diferentes estilos y disfrutamos al tiempo del blues, rockabilly, soul, garage hard… Es cierto que hace mucho que el rock no está de moda, que no es cool para los jóvenes. La media de edad en “nuestros” conciertos sube y parece que no hay relevo generacional. No tiene buena pinta el futuro, la verdad, pero nunca se sabe. Por eso creo que somos más necesarios que nunca y que si seguimos divulgando con pasión quizá ayudemos a desviar al meteorito que amenaza con extinguirnos como si fuéramos dinosaurios.

Los Deltonos dicen en su último disco que si les hubieran dado un euro por cada vez que les han dicho que el rock ha muerto…¿crees que realmente puede morir como tal y desaparecer?

Yo creo que el rock goza de muy buena salud, porque -pese a las ventas- salen discos estupendos todos los meses. Obviamente, hay quien asegura que ya está muerto porque ya no hay chavales que salgan de gira, porque ya no se puede vivir de él (ni siquiera precariamente), que el rock no tiene la importancia que tuvo. Y yo creo que a nivel de industria por supuesto, pero la industria me la pela, y que seguirá vivo mientras sigamos en este mundo unos miles de personas a las que nos apasione y cuyo principal motor vital sea ése, aunque no hubiera relevo generacional ni a nivel de bandas ni a nivel de fans. Y buenas bandas siguen saliendo, ¡joder!

¿Has tomado algún referente o alguien te ha influenciado con su manera de hacer cosas similares a la hora de plantearte tu proyecto? Y si es así… Explícanos un poco quiénes serían esos guías… 

Supongo que a todos nos influyen las cosas que hemos consumido, pero yo nunca he visto demasiada tele y en lo visual (lo que se ve en pantalla) la inspiración ha venido de sitios muy dispares y no necesariamente relacionados con la música. Pero en cualquier caso ha sido más una cuestión de hacer de la necesidad virtud y plantearme, ¿qué puedo hacer con los medios que tengo y que resulte atractivo, claro está? Pero si hablamos de referentes en cuanto a comunicadores, obviamente ahí están sobre todo Diego A. Manrique, Diego RJ, Carlos Pina, Diego Cardeña y alguno más que seguro que ahora se me olvida. Ah, y también algo quedará de Mariscal y El Pirata, a los que escuchaba mucho de adolescente. Obviamente también he disfrutado mucho de programas no musicales, como Goma Espuma o y he aprendido una barbaridad de dos artistas del micro como Herrera y Alsina, con los que he tenido el honor de trabajar un montón de años.

Otra cosa que me ha sorprendido es la larga duración de algunos de los podcast de Rock’n’Roll Animal… ¡Duran horas! (Risas) Esa larga duración no puede ser un obstáculo de cara al oyente…

A ver, ha sido una suma de factores. Desgraciadamente cuadrar mi agenda con la de Dolphin es mucho más complicado de lo que parece y cuando finalmente nos juntábamos teníamos acumulados muchos temas de los que hablar, y añade que somos dos loros con una verborrea importante (risas). Además se fueron sumando secciones y colaboradores (primero Sanfreebird, luego Zepi Bonham y finalmente María Canet), con lo que nos resultaba muy difícil bajar de las cuatro horas por programa, aunque también es cierto que hemos llegado a hacer uno de seis y media. Afortunadamente los podcast te facilitan dosificar y no tener que meterte un empacho. En cualquier caso ya veré lo que hago de cara a la próxima temporada, que la voy a arrancar ahora, en julio en lugar de hacerlo en septiembre, tras un parón de mes y algo y hay mucho contenido de Twitch que creo que merece estar también en el podcast. Así que algo habrá que retocar en la escaleta para que quepan más cosas. En breve lo sabréis.

Llevas en esto del periodismo musical mucho tiempo. Aunque sean cosas complementarias… ¿Qué te proporciona más placer, escribir o hablar sobre música?

Pueden parecer cosas muy diferentes, pero en realidad no lo son tanto, porque al final es comunicar, divulgar, compartir… Disfruto muchísimo sumergiéndome en la bibliografía sobre un artista, recorrer de nuevo cronológicamente su discografía, intentar entender el porqué de algunas de sus decisiones y luego plasmarlo en un artículo o en un podcast monográfico como los que hago en Top Ten. Pero también disfruto mucho con la inmediatez de sentarte sin guión delante del micro (o ahora de la cámara) para decir lo primero que se me pase por la cabeza sobre la nueva canción el Robert Finley o el último disco de Daniel Romano, y ya van doce en doce meses. Pero, insisto, la sorpresa más grata ha sido la inmediatez del chat en Twitch, la comunidad que se está creando, de hecho voy a seguir emitiendo ¡TODO el puto verano! (risas) Aunque la comunicación con el que está al otro lado siempre ha existido, porque en el podcast siempre he leído los emails que iban llegando, pero en Twitch leo en tiempo real lo que la gente va escribiendo, que además pregunta cosas bastante interesantes a nuestros invitados; además de meterse mucho conmigo, claro está (risas).

 

Nunca le has hecho ascos a la radio más mainstream o generalista y a según qué proyectos. Está claro que hay que vivir de algo ¿no? Pero siempre pareces querer conservar en todo eso tu rinconcito para meter tus canciones o tus grupos ¿es eso esencial para sobrellevarlo mejor?

Me siento un auténtico privilegiado por haber podido hablar de mis artistas favoritos y haberlos hecho sonar, sean conocidos o no, ante una audiencia millonaria. El haber trabajado con Herrera o Alsina me lo ha permitido, pero no ha implicado que haya tenido que hablar de Shakira o Miguel Bosé, no he tenido que hacer concesión alguna.

En Twich te oí decir que tú, precisamente, no cumples el tópico del músico frustrado ¿nunca de verdad has querido estar al otro lado?

Fernando Pardo me dio un par de clases de guitarra en los noventa y, más allá de que tengo una mano derecha criminal y un sentido del ritmo horroroso, me aburría soberanamente practicando. A mí lo que me gusta es escuchar música, no necesito tocarla, ¡creedme!

Manel Celeiro & Eduardo Izquierdo

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