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Blues en la encrucijada: Alligator Records, cinco décadas siendo la casa del blues

 

Muchos son los que aseguran que el blues está muerto. Pues desde aquí vamos a demostrar que no. Que está más vivo que nunca, y no solo eso, sino que ha sufrido múltiples mutaciones. Y que blues hay hasta debajo de las piedras. Blues bastardo, quizá. Pero a fin de cuentas, blues. Y con este artículo, os dejamos hasta septiembre.

Sin la disquera de Chicago el blues seguiría igualmente presente en la música popular actual. Eso es evidente, pocos géneros tienen el instinto de supervivencia y la capacidad de adaptación que este posee pese a sus raíces centenarias. Lo que si me atrevo a afirmar es que no lo estaría de la misma forma. Lo que ha hecho Bruce Iglauer por mantener viva la llama y, lo más importante, de la manera en que lo ha hecho es una tarea que debemos agradecer tanto músicos como aficionados. Todo un ejemplo de gestión, económica y artística, de una compañía independiente y de la determinación de un hombre que no se lo pensó dos veces cuanto tuvo que tomar la decisión que iba a cambiar su vida. Ahora que se cumplen cincuenta años de su creación, se fundó en 1971, merece que le dediquemos unas líneas en esta sección.

Albert Collins

El bueno de Iglauer es ante todo un devoto fan del blues y esa condición marca mucho el desarrollo de Alligator. Siendo un jovenzuelo – y tras afincarse en Chicago desde su Cincinnati natal- consiguió un trabajo en Delmark Records (prestigioso sello de jazz y blues), trabajo que alternaba con sus visitas a los clubes de la ciudad para ver a todo artista que pasaba por ellos. Una noche de esas en que pululaba de garito en garito descubrió a Hound Dog Taylor y sus Houserockers, fue un amor a primera vista o mejor a primer oído y el detonante de todo lo que vino después. El propio Iglauer describe así ese encuentro: “Desde el momento en que entré en Florence’s Lounge la sala se llenó de guitarra eléctrica distorsionada. Podía escuchar el inconfundible sonido de la slide cuando se deslizaba sobre las cuerdas. La batería sonaba con un ritmo aleatorio, pero tan contagioso y elemental que incluso yo podía bailar… Cuando Hound Dog se inclinó hacia el micrófono y cantó con una voz aguda y crujiente… No podías apartar los ojos de él. Me enamoré de Hound Dog Taylor & The Houserockers «.

Quedó tan impresionado que le dio la matraca a base de bien a su jefe en Delmark, Bob Koester, para que les editara un disco. Ante la negativa tajante de este no dudó en sacar del banco todos sus ahorros para hacerlo realidad. El álbum se grabó en dos noches y se tiraron mil unidades, la pasta no daba para más, amigos, que metió en su coche y se dedicó a promocionar entre toda radio y medio relacionado con el blues que tuviera a bien acogerlo. El disco obtuvo una gran respuesta y se vio metido en la vorágine. De su estable curro en Delmark pasó a ser contable, manager, chofer y hasta técnico de gira. No quedaba otra que dedicarse a jornada completa a la recién creada Alligator. El resto como se suele decir es historia.

¿Cuáles son las claves del éxito? Mucha determinación y mucho trabajo, sin ambas cosas no hubiera sido posible, pero también hay que tener en cuenta otros aspectos. El primero no grabar ni editar nada que no le gustara sin tener en cuenta otras consideraciones de índole más pecuniaria. Si no le convencía artísticamente pues mejor ir a por otra cosa. Si eso se cumplía llevaba consigo otro factor, la implicación total. Conocidas son anécdotas como empeñar su casa a la carrera para poder substituir una furgoneta averiada en medio de una gira, ir a sacar de la trena en plena noche a alguno de sus músicos o conseguir créditos imposibles para ayudar a sus “tutelados” de mil y una maneras diferentes, que dejan bien clara cuál era su predisposición y entrega a la causa.

Koko Taylor & Bruce Iglauer

Cada lanzamiento financiaba al siguiente y así, pasito a pasito, aumentó su prestigio y fueron sumándose a su catálogo nombres como Fenton Robinson, Big Walter Horton o Son Seals. El empujón definitivo lo recibe cuando la reina Koko Taylor registra su primer trabajo con el sello. I Got What It Takes triunfó por todo lo alto y la propia Taylor reconoce la importancia de su relación con Bruce: “Ya había tenido algún hit con Chess y Alligator era una empresa muy pequeña en ese momento, pero fue lo mejor que me podía pasar. Mi carrera no comenzó realmente hasta que llegué a Alligator». Palabras mayores.

 

Haciendo un rápido resumen resulta que tenemos en su nómina a nombres tan selectos, además de los ya citados, como Johnny Winter, Lonnie Brooks, Elvin Bishop, Joe Louis Walker, Tinsley Ellis. Roomful of Blues, Albert Collins, Luther Allison, Mavis Staples, Professor Longhair, Guitar Shorty, Billy Boy Arnold, Charlie Musselwhite, Lil ‘Ed & The Blues Imperials, Rick Estrin & The Nightcats, Marcia Ball, Billy Branch, Lonnie Mack, Roy Buchanan, Corey Harris, Bob Margolin, JJ Grey & Mofro, Anders Osborne o Curtis Salgado. Como no solo se vive de artistas consolidados la discográfica ha sido clave en dar a conocer y proporcionar respaldo a jóvenes valores que siguen llevando la antorcha. Así se hizo con Shemekia Copeland, sobre ese apoyo Shemekia dice: “Alligator ha sido una piedra angular del mundo del blues durante cinco décadas. Como artista de Alligator, estoy realmente agradecido por lo que Bruce y Alligator Records han hecho por mí y por este género”, y en estos momentos tienen sangre fresca del nivel de Selwyn Birchwood, Nick Moss, Toronzo Cannon, The Cash Box Kings o la última gran sensación, el explosivo Christone Kingfish Ingram.

Christone “Kingfish” Ingram

Para celebrar la efemérides, y como hicieron respectivamente con anteriores cumpleaños, editan una recopilación (titulada 50 Years of Genuine Houserockin’ Music) que en esta ocasión traza un recorrido por toda la trayectoria del sello. Un triple compacto, también en versión en doble vinilo por primera vez, de sobria y bonita presentación gráfica que viene acompañado por un extenso librero con notas redactadas por el propio Bruce así como un comentario sobre cada artista que figura en el lanzamiento. Cincuenta y ocho cortes, en la versión en vinilo son veinticuatro los temas incluidos, escogidos entre lo más granado de su elenco y que abarcan todo el abanico de sonidos que beben del blues o bien gravitan a su alrededor y que son marca de la casa. Veteranos de postín y aspirantes con hambre ofrecen una panorámica excelente de buena parte de lo más selecto del blues contemporáneo.

Esperemos que Alligator siga gozando de buena salud muchos años más, que nosotros lo disfrutemos y si se han quedado con ganas de saber más sobre la historia de la marca del caimán recordarles que en el 2019 el departamento de prensa de la Universidad de Chicago editó el más que recomendable libro Bitten By The Blues: The Story Of Alligator Records, escrito de puño y letra por Bruce Iglauer, con la ayuda del Dr. Patrick Roberts, que profundiza en todo lo acontecido desde ese lejano 1971 hasta el momento de su salida al mercado. ¡Keep the blues alive!

Manel Celeiro

 

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