Encuentros

The Soul Jacket, manteniéndose en pie

Los gallegos no fallan, no sé si será cosa de meigas o del revitalizante influjo del licor de café, pero disco a disco van cuajando un entramado sonoro que cautiva. Raíces musicales bien profundas que sirven como punto de partida para llegar a discos que se quedan durante largo tiempo a tu lado. Su reciente disco, con el explícito título de Let Me Stand, nos lleva a charlar con Jorge Mizer (guitarras), Mauro Comesaña (batería) y Toño López (voz principal).

Tengo entendido que ya estabais listos para entrar a grabar a principios del 2020 y se desató la tormenta pandémica. ¿Habéis aprovechado ese tiempo de parón para cambiar algo de lo que ibais a registrar o lo que escuchamos es lo que estaba listo en su momento?

Jorge: Pues la verdad es que antes de la pandemia no tenía apenas material compuesto. Algunas canciones que pensábamos grabar para que formaran un EP. Pero cuando llegó la pandemia y el encierro sí fue un momento en el que me dediqué a revisitar y volver a escuchar de nuevo -y esta vez con todo el tiempo del mundo- discos que tenía en casa; a la vez que descubría otros nuevos. Y a medida que todo eso iba entrando en mi cabeza despertó la faceta creativa y comenzaron a salir temas. Durante este proceso fue cuando me di cuenta de que esta es la manera en que un músico, compositor o cualquier artista debería poder crear siempre: con tiempo para corregir, hacer ajustes, repensar conceptos y absorber de verdad -no tan de soslayo como a veces pasa durante las giras- lo que está entrando por tus orejas. A medida que avanzaban las semanas fueron apareciendo los esqueletos de muchos temas y cuando por fin pudimos comenzar los ensayos tenía muchas ya terminadas y listas para probar en el local.

Y tenéis previsto lanzar otro disco a finales de año. ¿Ya está grabado?

Mauro: Si, cuando nos juntamos Jorge ya tenía cerca de 20 canciones y lo que compondrá el siguiente álbum también está ya grabado prácticamente al 100%. Queremos darle otro enfoque y pararnos de verdad con la mezcla y aunque no nos guste hablar de «disco conceptual» si os podemos asegurar que no será un disco convencional, una compilación de temas uno tras otro, sino que será algo fuera de lo común, una experiencia sonora de principio a fin y que -hasta donde sabemos- no se ha hecho nunca.

Como seguidor de vuestra carrera creo que tanto Plastic Jail como este último Let Me Stand conectan más con el primer disco, Wood Mama, que con el resto. Me explico… Gunpowder Valley, Black Cotton Limited, Soul BBQ o Untitled Vol. III eran más densos instrumentalmente, con más aspectos, digamos, jam band, y temas de más duración… Como que ahora mismo y tras ese periodo de experimentación estuvierais más al servicio de la canción. ¿Cuál es tú opinión?

Jorge: Bueno, es posible. Quizás en este disco falten esas partes donde la dinámica, los cambios y esos momentos en los que dilatamos el tiempo no estén tan presentes. Por supuesto para el directo esto va a cambiar, no podemos evitar enredar y cambiar nuestras propias canciones, nos es imposible (Risas). Wood Mama o Black Cotton Limited tenían armonías de blues y rock & roll, más «comunes», pero en el caso de Let Me Stand hemos prestado más atención a las progresiones armónicas de la canción, lo que hace que te sorprenda como oyente. Esto se nota por ejemplo en «Writers» o en el tema título.

Tengo la sensación de que en la actualidad exprimís más las posibilidades del estudio. Que os gusta sacarle más jugo…

Mauro: Totalmente. Cada vez nos encontramos más a gusto en el estudio. Nos encanta probar cosas nuevas y pararnos de verdad con los arreglos, la percusión o los coros. Cosas que en principio no parecen tan elementales o que no entran en el oído a las primeras escuchas, pero que son las que hacen que la música tenga carácter y una magia especial.

En el primer sencillo, «Declaration of Intentions», colabora John Németh tocando la armónica. Es uno de los valores del blues contemporáneo. ¿Cómo se gesta esa colaboración?

Jorge: John forma parte del roster de nuestro manager Pepe Ferrández y cuando caí en la cuenta de que a esa canción le hacía falta algún instrumento que no hubiésemos usado antes y que llamase más la atención creo recordar que fue Toño quien sugirió que John Németh metiese una armónica; pero con ese sonido tan especial que le sacó.

Y con un mensaje muy combativo en la letra. Hay asuntos en los que parece que no avanzamos nunca…

Toño: En general en todos nuestros trabajos hay alguna letra que habla de la situación social que vivimos, depende de lo cabreado que te encuentres en ese momento te sale más hippie o sale la mala leche. «Declaration of intentions» es una letra mía y aunque el tema tenga esa cadencia Soul Stax de buen rollo la letra tiene veneno. Habla de posicionarse frente al mensaje de manipulación, odio y miedo que predican algunos, un mensaje que está calando y pudriendo la sociedad, amparados en los derechos en los que precisamente ellos no creen y no tendrán reparo en destruir si llegan al poder. Hay que hacer algo antes de que sea demasiado tarde.

No abandonáis las influencias clásicas de los setenta. Vuestras canciones siguen bebiendo del folk, el blues, el soul, el rock, el funk y la psicodelia. Sin embargo, desde fuera, da la impresión de que no paráis de investigar, que seguís fieles a esas raíces, pero que cada vez os sumergís más en ellas en busca de crear lo que tenéis en vuestra cabeza… Vaya, que en vuestro caso más retro no quiere decir involución… No sé si me explico…

Mauro: Es que al final lo que hacemos es exprimir esas influencias. No somos de esas bandas que pasan por encima de esos sonidos o simplemente visten a las canciones con ellos como una última capa. Suena a tópico, pero todos en The Soul Jacket sin excepción llevamos escuchando esa música desde que tenemos uso de razón y deshacernos de eso también nos parece imposible, ya forma parte de nuestro ADN. Además -y ya lo hemos dicho más de una vez- la fuente de la que mana toda esa música tan maravillosa es inagotable.

Si me ha sorprendido «Zeit Im Tiefen Wald»… Esos sintetizadores setenteros… ¿Cómo surge?

Jorge: La respuesta es muy sencilla. Cayó en mis manos un sintetizador MicroKorg XL con vocoder y algún disco de Kraut Rock de bandas como Neu! o Can y claro, no podía dejar pasar la oportunidad de jugar con ese cacharro.

Jorge Mizer sigue siendo el principal compositor. ¿Trae los temas ya acabados al local de ensayo o entre todos les dais el acabado final?

Mauro: La mayor parte de las veces los temas los trae ya compuesto de principio a fin. Es raro que no se modifique nada, supongo que pasa lo mismo en todas las bandas, cada uno al final aporta su manera de tocar, sus pausas, trucos, etc. Pero en muchos casos el tema no pasa a formar parte de un disco si no suena como él lo concibió en su cabeza.

El diseño de la portada es el más sobrio que habéis hecho hasta ahora. ¿Cómo llegáis hasta elegir ese concepto gráfico?

Mauro: Queríamos algo fuera de nuestra zona de confort, jugárnosla un poco. Y Jann llevaba tiempo experimentando con un gadget que amplifica las imágenes y con el concepto tan guapo del «ojo mágico» que está presente en la galleta del vinilo y el CD (¡tendréis que comprarlo para saber qué imagen se esconde tras él!) Lo demás fue darle forma y resaltar la frase que da nombre al disco, tan poderosa y reivindicativa que necesitaba estar ocupando toda la carátula, como un grito.

Cuando os entrevisté por primera vez para Ruta 66, en el ya lejano 2012, os pregunté por el futuro de la banda… Toño me respondió lo siguiente: “Lo que está claro es que hemos abierto una puerta y nos encanta lo que hay al otro lado.” ¿Sigue abierta esa puerta? ¿Hay energía y ganas de ver que hay tras ella?

Toño: Desde entonces todo ha dado un montón de vueltas, hemos girado, han salido nuevos trabajos y nosotros hemos aprendido mucho como banda en todo este tiempo, experiencias buenas y no tan buenas, pero lo que está claro es que nuestro recorrido es hacia adelante. Somos gente a la que nos mola mucho la música de muchos estilos, en ese sentido somos muy inquietos y  nos planteamos retos cada cierto tiempo. Si es cierto que a veces nos cuesta un poco arrancar, por falta de tiempo o porque no tenemos pasta pera hacer cosas nuevas, pero aquí la mecha prende rápido y enseguida nos ponemos manos a la obra, ya sea grabando un directo de Afrobeat, un disco acústico o de versiones, no todo sale adelante pero lo que está claro es que el reposo no es nuestro estado natural.

Para terminar. Dos de los lugares en que habéis tocado en Barcelona han sido Rocksound y el Marula Café. Ahora mismo ambos lugares han echado el cierre. Igual que otros clubes en muchas otras ciudades. ¿Qué panorama les queda a las bandas de club como vosotros después de que el bicho nos deje respirar? ¿Creéis en una pronta recuperación de la música en vivo?

Jorge: Hombre, ya estaba herida de muerte, o sea que esperemos que si se recupera sea para mejor. Jode enterarse de que lugares tan de puta madre como el Rocksound desaparezcan pero todo aquel que está involucrado en esto: el gobierno, las instituciones competentes, las salas, promotores, técnicos, músicos e incluso el público tienen que arrimar el hombro para que vuelva a haber un tejido de música en directo fuerte. Quiero creer que saldremos de esta.

Manel Celeiro

 

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