Encuentros

El Bosque Sonoro, música contra la despoblación en un proyecto ejemplar

 

Nacido de la convicción de que un planeta mejor es posible, la pasión por la música y de la vocación cultural que une a los vecinos de un pequeño pueblo de Aragón, Mozota, se hace realidad la primera edición del festival o proyecto como a ellos les gusta denominarse, «El Bosque Sonoro». Un espacio en plena naturaleza donde encontrarse con la música en directo y celebrar la amistad en un entorno adecuado. Hablamos con los organizadores a los que les gusta mantenerse en segundo plano y solo nos muestran esas cabezas de animales que les permite integrarse en el bosque y agranda su humildad desde el anonimato. Ver cartel al final de la entrevista.

 

¿Cómo, cuándo y quiénes organizan el festival?

Nació de manera espontánea durante el confinamiento. Somos tres vecinos de Mozota, un pueblo a 25 kilómetros de Zaragoza y con apenas 60 habitantes viviendo durante todo el año. Con la pandemia, dos de nosotros, que nos dedicamos a la cultura, nos quedamos sin trabajo y para mantenernos ocupados esos días comenzamos a habilitar un espacio natural que tiene nuestro pueblo, que estaba abandonado, para hacerlo accesible y crear un parque donde jugar y pudieran pasear todos los vecinos. Poco a poco, fuimos limpiando los accesos a este claro del bosque rodeado de un riachuelo y nos fuimos animando. Y lo que pretendía ser un sitio de recreo se ha convertido en un proyecto que da vida al pueblo y trabajo a más de 30 vecinos de Mozota.

¿Cuál es la chispa que os motiva para organizar un evento propio?

Este bosque ha sido una oportunidad, muy complicada y dura, eso sí, pero una oportunidad al fin y al cabo. Hemos resuelto este año y medio tan complicado creando un proyecto que nos ilusiona y que demuestra que la cultura es una herramienta muy poderosa, que hay que exprimir de manera más creativa, y que se convierte en solución de muchos problemas tanto de las ciudades como de los pueblos más pequeños.

Los organizadores siempre aparecen con cabeza de animales

¿Qué criterio estilístico seguís a la hora de conformar el cartel?

Buscamos artistas que crean en nuestro proyecto y que les ilusione formar parte de la fauna de El Bosque Sonoro. No buscamos ningún estilo concreto, pretendemos traer a músicos que sean coherentes con nuestra filosofía, que sean comprometidos con las causas sociales actuales, que les “toque” nuestra historia y que su participación nos ayude a continuar de manera sostenible.

El Bosque Sonoro ofrece un espacio muy especial para el público. ¿Transmitir un mensaje por la conservación de la naturaleza y el entorno es la razón de ser del festival?

Es una de ellas, además de luchar contra la despoblación y apoyar al tejido cultural. Pero, efectivamente, la parte medioambiental es fundamental para nosotros. Con esa intención se ha incluido este año plantar un árbol por cada entrada, a través de la plataforma Tree-Nation, y además el traslado en bus desde Zaragoza es gratuito para reducir emisiones. También contamos con una gastronomía sostenible, sustituyendo el consumo que suponen las cocinas y las foodtrucks por elaboraciones en frío realizadas por pequeños productores artesanos, todo ello servido en menaje compostable de fécula de maíz. Todo ello bajo Además, la etiquetaCeroCO2de Ecodes, que reconoce que se ha calculado la huella de carbono y que nos comprometemos a compensar las emisiones generadas durante el festival que no se hayan podido evitar. Pero no todo queda aquí, en este festival, ya que El Bosque Sonoro trabaja durante todo el año en otros proyectos medioambientales y culturales.

Entiendo que la logística para configurar los espacios y las diferentes zonas (bares, escenarios, camerinos, lavabos, etc) debe ser una de los retos más complicados. ¿nos podéis contar cuales han sido las dificultades más destacadas cuando se plantea el montaje?

La verdad es que como nacimos en época covid, diseñamos el festival desde un principio adaptándose a todas las nuevas medidas. Hicimos una lista mental de problemas a resolver y planteamos ideas que fueran ingeniosas y ofrecieran al espectador una experiencia de música en directo completa.

Lo más complicado siempre es convencer a las instituciones. Nuestro trabajo siempre ha implicado resolver inconvenientes de aforo, restricciones, movilidad… ahora un poco más que antes, es verdad, pero lo más complicado sigue siendo demostrar a los políticos que se pueden resolver con creatividad, trabajo y, por supuesto, cumpliendo las normas escrupulosamente.

Mientras, desbrozábamos la senda e íbamos haciendo accesible el espacio, íbamos identificando las necesidades y respondíamos a esos problemas con soluciones. Que tienes que estar sin moverse del asiento, pues… damos el servicio de bebida y comida a través del móvil: tu pides y pagas y nosotros te lo llevamos directamente a tu sitio. ¿Que no se puede bailar? Pues construimos espacios delimitados con cuerdas y estacas a los que llamamos “nidos” para los grupos burbuja. Azada, madera reciclada y al lío.

El Vida Festival en Barcelona también tiene un planteamiento similar, con escenarios en un bosque y un espacio agradable para todos los públicos. ¿Habéis tenido contacto con ellos y consideráis que se puede seguir una pauta conjunta para mentalizar e involucrar a otros festivales sobre la necesidad de preservar el medio ambiente?

No hemos tenido contacto con ellos; nos gusta el concepto y los seguimos desde hace tiempo porque es un concepto muy bonito. Sin duda, un festival que se nota que cuenta con muchos apoyos en una comunidad que cuida mucho a sus proyectos. En esto último, no nos parecemos en nada.

Creo que, en general, todo el mundo está siendo más consciente de lo importante que es respetar el medioambiente, aunque queda mucho camino. Nosotros no lo hacemos como propósito, que también, si no porque vivimos en un entorno que amamos… El Bosque Sonoro no es un festival, aunque durante unos fines de semana se comporte como tal. El Bosque Sonoro es un proyecto de un pueblo que se llama Mozota, un proyecto rural que quiere aportar humildemente soluciones a cuestiones que le importan como pueblo, el medioambiente, la sostenibilidad, la falta de oportunidades en el mundo rural, la falta de empatía con la cultura de nuestros políticos…

Nos podéis contar en qué consiste el proyecto “Renaturalización Alondra”?

Es el espacio que se ha designado para la reforestación, ya que es una de las zonas más áridas de Mozota. Lo inauguramos el pasado febrero, cuando plantamos las primeras 258 plantas y árboles gracias a la generosidad de los más de 3.000 espectadores que acudieron el pasado junio a la primera edición de El Bosque Sonoro, además de todo lo recaudado a través de las donaciones de su “fila cero” y el apoyo del ayuntamiento del municipio, que ha cedido el suelo.

Mozota es la población donde se celebra el festival, a orillas del río Huerva. ¿Cuál y cómo ha sido la implicación de las instituciones y de los vecinos en la celebración del evento?

Desgraciadamente, no hemos contado con ayudas ni financiación pública, salvo la facilitación de los trámites gracias al ayuntamiento de Mozota. Sin embargo, la respuesta de los vecinos compensa con creces esta falta de apoyo institucional, ya que muchos de ellos echaron una mano en los primeros momentos, a acondicionar el espacio, limpiando senderos, construyendo el puente e incluso trayendo a sus ovejas para desbrozar. Y, por supuesto, asistiendo a todos los conciertos a los que están invitados gratuitamente, gozando como los que más, sin importar su edad. Pero, sobre todo, demostrando su orgullo por un proyecto que han visto crecer y que demuestra que, gracias a esta iniciativa, no se sienten como un pueblo de la España vaciada, porque han conseguido que ocurran muchas cosas. El Bosque Sonoro surgió de la autogestión de algunos vecinos, y es ahora una oportunidad para dinamizar el pueblo y que el día de mañana las hijas y nietos de los vecinos mantengan el nexo con el pueblo y ellos acaben enriqueciéndolo.

¿Cómo ha sido programar este año con la situación que estamos viviendo? ¿las bandas han ajustado los cachés a las limitaciones de aforo? ¿os planteáis incluir programación internacional en el futuro?

Sin duda, programar ha sido tarea ardua, por muchísimas razones. Porque no disponíamos de una fuente de financiación como otros grandes festivales, porque éramos un festival recién nacido, porque muchas giras no coincidían con nuestras fechas… Pero al final, todas las partes hemos realizado grandes esfuerzos para conseguir el equilibrio de artistas que queríamos. Y del que estamos muy satisfechos.

Hay un concierto de Novedades Carminha programado para septiembre en el mismo espacio. León Benavente inauguraron el ciclo de conciertos. Se puede confirmar que El Bosque Sonoro no se quedará en solo un fin de semana sino que mantendrá programación a lo largo del año?

Efectivamente, este proyecto nace con carácter de permanencia durante todo el año, ya que El Bosque Sonoro no es solo un festival… sino un lugar donde ocurren muchas cosas, relacionadas todas ellas con ese triple objetivo que tenemos: preservación y dinamización del entorno natural, rural y cultural. Así que en septiembre ya tenemos anunciado a Novedades Carminha, Mediapunta y Ginebras de momento… Prometemos un nuevo fin de semana para despedir por todo lo alto el verano y celebrar nuestro primer año de vida.

Entradas: https://www.elbosquesonoro.com/entradas/

Texto: Daniel Miralles

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