En 2018, Rachel Baiman debutaba con el bien recibido Shame, al que ahora sigue este Cycles, coproducido y coescrito junto a Olivia Halley. Un disco básicamente de mujeres, que no para mujeres. Me explico. Baiman ha querido partir en este álbum de la experiencia vital que supone ser mujer. La pérdida, el nacimiento, la duda, la sensación de estar fuera de tiempo…Para ello ha escrito textos personalísimos con los que se identificaran muchísimas mujeres y que, sin duda, ayudan a los que no lo somos a entender o, al menos, a intentar hacerlo con muchas cosas. Porque la empatía es imposible, para qué engañarnos. Ponerse totalmente en el lugar de otro es utópico, y más cuando hablamos de estos temas. Así que ¿por qué asumir que no somos capaces y dejar que alguien nos explique lo que siente? Ojo, eso no significa que todas las mujeres se sientan así, pero sí lo hace Rachel Baiman y merece, como cualquier ser humano ser escuchada. Así se da forma a un disco estremecedor a ratos. En el que es capaz de expresar cosas como que “la maternidad no es amable / una carrera constante contra el tiempo / de un cuerpo a otro nacido / de un amor a otro desgarrado”. Insisto, no hay que estar de acuerdo ni en desacuerdo, solo escuchar su country-folk y darle trabajo a las neuronas. Pero no vayan a quedarse con que ese es el único tema que se trata en el álbum. Baiman combina las canciones de introspección con algún tema de denuncia social. Como «Wyoming Wildflowers» que trata el ataque terrorista en Charlottesville en 2017 o «Rust Belt Fields», canción escrita por Slaid Cleaves y Rod Picott sobre los problemas de la subcontratación de trabajadores. Muy buen trabajo, la verdad.
Eduardo Izquierdo
Imposible deducir cómo suena este disco leyendo la crítica. Es música, no una novela.