Muchos son los que aseguran que el blues está muerto. Pues desde aquí vamos a demostrar que no. Que está más vivo que nunca, y no solo eso, sino que ha sufrido múltiples mutaciones. Y que blues hay hasta debajo de las piedras. Blues bastardo, quizá. Pero a fin de cuentas, blues.
Hace más de una década, Los Blues Morning Singers nacían en Bilbao con la intención de hacer de, simplemente, tocar aquellas canciones que les gustaban. Aquellos temas que les habían robado el corazón. Una fase por la que han pasado miles de músicos. Con esas premisas debutaban en 2014 con un disco homónimo de versiones al que siguió, en 2017, Jump And Shout, ya con temas originales, evolución lógica en cualquier banda. Ahora cae en nuestras manos el mini LP Winding Road, de la mano de Gaztelupeko Hotsak, y eso nos hace que les abramos de par en par las puertas de Blues en la encrucijada, para que nos expliquen unas cuantas cosas.
Durante mucho tiempo fuisteis una banda de versiones pero la cosa cambió con Jump And Shout en 2018 ¿cómo fue ese paso?
Responde a una evolución natural en la andadura de cualquier banda. Tocar versiones es una manera rápida de conectar con la audiencia, por ser reconocibles, sin embargo, nos satisfacía mucho más contar nuestras propias historias y hacer nuestros propios arreglos eso sí, bajo el paraguas de la música negra en general y el blues, en todas sus vertientes, en particular. Con Jump & Shout, aparte de la creación de temas propios, damos un paso adelante en consolidar nuestro sonido como algo reconocible, una seña de identidad.
Ahora reafirmáis vuestra apuesta por un repertorio propio con este mini LP. Parece que el paso está consolidado ¿no?
Efectivamente, con Winding Road, consolidamos la trayectoria y progresamos en nuestro sonido con identidad. De hecho, en los conciertos, salvo ocasiones, solo tocamos nuestros propios temas.
¿Por qué optar por un formato tan corto con solo seis canciones?
Es una apuesta más estratégica. Pensamos que a veces todo el trabajo que hay detrás de un disco de 10 temas, no se aprecia lo suficiente. Por otra parte, el marketing de la industria musical apunta hacia fórmulas más enfocadas al streaming, que es la principal fuente de consumo de música hoy en día, en detrimento de los CD’s de una docena de temas. Por esta razón hemos planteado un trabajo con menos contenido, pero más cuidado, con un adelanto a modo de single, «Confusion Woman», con su correspondiente soporte visual y otra entrega como lanzamiento del EP, Winding Road, con un video confeccionado con un exquisito detalle, con la inestimable ayuda de nuestro colaborador visual Antony Rohal.
¿Qué aportan Los Blues Morning singers a la escena blues de este país?
Intentamos aportar una seña de identidad, queremos que se nos conozca por nuestro trabajo, no únicamente por la calidad con la que se realice. El estar abiertos a influencias a la hora de plantear temas, ofrece mezcla de estilos, diversidad de colores dentro de la música negra, pero pasadas por el tamiz bluesmorningsinger, haciendo un sonido reconocible.
En el disco contáis con las colaboraciones de Alberto Trigueros y Javier Alzola ¿cómo se gestaron?
Los temas estaban gestados y arreglados para poder funcionar en cuarteto, y de hecho se grabaron tocando los cuatro a la vez y quedándonos con la mejor toma. Pero la posibilidad de poder añadir capas de color, nos llevó a imaginar y preparar los arreglos de piano, Hammond y saxo y conseguir un sonido más grande.
¿Qué músicos han estado más presentes como influencia en la grabación de este disco?
William Clarke (Confusion woman), Howlin Wolf (Talk to the Devil), The Paladins (Winding Road) Allen Toussaint (Under the Rain) Gary Primich (Lotto Price), Jw Jones (Learning to say No)
¿Qué bandas nacionales actuales de blues os interesan más?
Iker Piris, Alex Caporuscio, Gaby Jogeix, Red House, Mingo Balaguer, Adrian Costa, Miguel Talavera, Marcos Coll, Victor Puertas, Travellin` Bros,
Parece que la cosa empieza a despertarse de esa pesadilla del COVID ¿cómo váis a presentar el disco?
Comenzamos con dos conciertos de presentación del trabajo, el 12 de junio en la plaza de Zeanuri y el 19 de junio en el mini Festival “Beste Blues” en el parque de Akarlanda, Erandio, los dos en Bizkaia. El panorama es incierto todavía. Tendremos que esperar a poder presentar en las salas de las ciudades y en los festivales, cuando se retomen las garantías económicas para los programadores.
Eduardo Izquierdo
