Encuentros

Mark and the Clouds, sorteando las olas

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Sin perder un ápice de su personalidad  ̶ ese pop barroco procedente de la escuela Beatle, mezclado con la psicodelia bien entendida ̶ , Mark & The Clouds nos entregan su tercera obra después de los fabulosos Blue Skies Opening (14) y Cumulus (17). Este nuevo acierto en la diana lleva por título Waves (Gare Du Nord) y como viene siendo costumbre, Marco se ha sacado de la chistera un puñado de composiciones que en un mundo justo deberían estar reinando en lo más alto. Es un álbum largo, quince canciones, que gana a cada escucha y te atrapa hasta llegar a convertirse en algo cercano a la obsesión.

No sorprenderá a los que ya conocen de sus virtudes, pues desde los tiempos lejanos en los que Marco acompañaba a Arthur Brown y lideraba una de las bandas más potentes de Inglaterra, Instant Flight, su talento ha estado al servicio de la música hecha con gusto. Él es un tipo al que debemos considerar «especial», una rara avis que debemos mimar entre todos los que amamos la música. Si sigues sin entrar en su mundo, enmienda el error y pincha «You Wanna Put me Down», «Free Me Now» o «You & Me In Space» (todas incluidas en Waves). Lo agradecerás.

Marco, la última vez que apareciste por aquí acababais de publicar Cumulus y de eso hace ya un tiempo. ¿Qué has hecho en todo este tiempo?

Desde 2017 he ido grabando ideas en una grabadora que siempre llevo conmigo; a veces lo hago mientras conduzco, para no olvidarme de ellas. Muchas de ellas han acabado convirtiéndose en canciones y aparecen en Waves.

Entre 2018 y 2019 fuimos banda residente en Aces & Eights, un bar al norte de Londres; hacíamos cosas acústicas y versiones. Y hace un par de años me uní a una banda llamada The Johns, en la que hacemos temas de classic rock, solo por mantenernos vivos. También he hecho varios conciertos en el circuito de bares de Londres con el teclista David Kovacevic, que era el teclista original de Killing Joke y Cuddly Toys. Él grabó un álbum de rock progresivo el año pasado llamado Passive Progressive. Si lo buscáis, no está acreditado a su nombre, sino al de Organic. De cualquier modo, desde comienzos de 2020 me he mantenido ocupado con Waves, arreglando canciones, mezclando ideas, etc. Y, además, durante la pandemia he vuelto a encontrar tiempo para pintar, que es otra de mis pasiones.

¿Cómo es un día normal en tu vida? Porque, desgraciadamente, se que la música no es tu sustento de vida.

Trabajaba de cuidador, en servicios sociales, a tiempo parcial. Pero los horarios me partían el día porque eran esparcidos, así que a través de una compañía llamada «Healthy Generations» encontré lo que buscaba; se trata de tocar para ancianos en residencias, lo cual amo. Hacer sonreír a toda esta gente con la música que interpreto es una de las cosas más maravillosas que me ha dado la música. Estamos hablando de gente que fue joven en los sesenta y les toco canciones que han significado mucho en su vida, pero también en la mía: Beatles, Kinks, Elvis, Chuck Berry…

Todavía te escucho y pienso que andas tras la melodía perfecta, el acorde mágico y la sorpresa al oír el conjunto de ello. No pareces cansarte nunca de escribir buena música.

Soy como el título de aquél gran álbum de Moody Blues: In Search Of The Lost Chord. Siempre estoy en la búsqueda de algo único, pero al mismo tiempo no puedo huir de mis viejas influencias, de todas aquellas canciones que tocaba sentado en el césped, rodeado de amigos, al más puro estilo Flower Power, sin teléfonos móviles que capturasen el momento y restasen relevancia a la magia de la espontaneidad.

 

Con todo el tema de la pandemia, ¿cuál es la situación para los músicos de bar en Londres?

Bueno, hay muy poco trabajo, pero afortunadamente he podido seguir tocando para la gente mayor a través de Zoom y me han seguido pagando. Al margen del dinero, disfruto mucho tocando sets solo yo con mi voz y mi guitarra, a través de Facebook Live. Lo hice un día por semana durante todo el pasado año. Es curioso, porque al margen del rencor que siento a los tiempos que nos ha tocado vivir, disfruto mucho tocando solo para mis amigos. Supongo, también, que tocar solo es una forma más fácil de dirigir por dónde debe ir el recital, decidiendo canciones a última hora, cambiando cosas aquí y allá… Pero es extraño no ver a los chicos de tu banda y no tocar con ellos. Te sientes como si estuvieses en The Survivors, una serie de tv inglesa que veía en Italia a finales de los setenta, donde el mundo es golpeado por un virus y los personajes cogen la comida que pueden de tiendas abandonadas. Por otro lado, se de amigos, cuyos trabajos están asentados en el mundo de los estudios de grabación, que se las están viendo y deseando para sobrevivir. Son días extraños.

Waves es vuestro tercer álbum. ¿Qué me puedes contar de él?

John O’Sullivan (bajista y apoyo vocal), Shin Okajima (batería), y yo, alquilamos una habitación que se caía a trozos, cerca de Manor House, en el norte de Londres. La alquilamos por seis meses en 2019 para grabar nuevas canciones, usando mi equipo de grabación. Desmantelamos todo el equipo justo antes de que llegara el Covid arrasando en marzo de 2020. Recuerdo recibir emails de gente que alquilaba habitaciones en la zona, comentando a las bandas que no les sería posible entrar a buscar su equipo durante la pandemia, así que finalizamos nuestra grabación justo a tiempo. Empecé a mezclar las canciones en casa, en marzo, y acabé en junio, porque habíamos grabado tantas canciones que probablemente tenenemos material para otros dos discos. Fue un subidón tener a mi pareja Rachel Kashi tocando los teclados en algunas canciones y su hija Maya Kasparova tocando el violín en «Winter Song». Y como en los discos anteriores, Tom Hammond y Joseph Hammond hicieron un gran trabajo tocando trompeta y trombón, respectivamente.

Eres un arquitecto de las melodías barrocas, temporalmente bellas y sí, beatlenianas. ¿Ves otras bandas haciendo lo que tú haces?

Soy muy malo siguiendo lo que sucede en las escenas nuevas de música. Vi algunas bandas en los últimos tiempos que estaban influenciadas por la misma música vieja que me gusta, pero sus canciones no me gustaban en la mayoría de los casos. Estoy seguro de que hay un puñado de buenas bandas, pero nunca encuentro el tiempo para ponerme a investigar. No me preguntes porqué. Necesito días de 48 horas. 24 son muy pocas.

Tus influencias parecen obvias, pero quiero que me sorprendas. ¿Qué oyes con asiduidad?

Detrás de lo que es obvio para ti y mis amigos, puedo añadir que me atraen mucho las bandas sonoras escritas por Morricone o John Barry, así como mucha de la vieja música surf. Pero todavía sigo vendido a los Doors, Beatles, Dylan, Stones, Velvet Underground, CSN&Y, etc. El otro día caí en la cuenta de que llevo treinta años ininterrumpidos escuchando en mi cabeza el riff de «Under My Thumb», pero tal y como está tocado en el directo Still Life. El rock and roll es algo más grande que el propio universo.

Lucie Rejchrtova y Javier H. Ayensa tocaban en Cumulus y ya no están en la banda. Ahora sois un trío. ¿Te sientes cómodo con esa alineación?

Bueno, Lucie aparecía en la cubierta de Cumulus, pero realmente el teclado no era un instrumento predominante en Mark & The Clouds como sí lo fue en Instant Flight, la banda que compartí con Lucie durante años. Por otro lado, ella estaba muy ocupada tocando con otras bandas, cosa que dejó muy clara cuando empezamos a tocar en directo con frecuencia. Javier es un gran amigo e hicimos grandes conciertos juntos, pero cuando empezamos a grabar este álbum, sencillamente encontramos muy cómoda la situación reconvertida a trío. Había partes de guitarra que yo tenía muy claras en mi cabeza y me parecía complicado tener que explicárselo a otra persona. Debo añadir que hay un puñado de canciones inéditas con Javier y Lucie que, si ellos no tienen inconveniente, podrían ver la luz en el siguiente álbum. Todo esto hace nuestra historia aún más confusa, ¿no crees?

¿Qué planes tenéis con el lanzamiento de Waves?

Jon Mills, el editor de Shinding Magazine, nos está ayudando con la promo del disco, lo cual es una bendición, porque casi siempre hago yo ese trabajo y suele quitarme muchas horas de sueño, dejando de comer en muchas ocasiones para poder llegar a todos los rincones posibles. De momento puedo anunciar que tenemos un concierto en Betsey Trotwood, aquí en Londres, el próximo 9 de julio. Es nuestro primer concierto en mucho tiempo.

Buena suerte con el álbum. Sabes que me encantaría que con vuestra música llegarais a más gente, porque lo merecéis. En un mundo justo deberías ser rey.

En la escena musical de Bolonia, que es donde nací, me conocen con por el sobrenombre de «Marco IL Principe». Así que estoy cerca de ser un rey. Jajaja. Nos vemos  pronto, amigo.

Texto: Sergio Martos

Fotos: Rachel Kashi

 

 

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