Con el éxito mundial de «Fire», Arthur podía haberse coronado como el gran rey del shock rock antes que Alice Cooper, el paradigma de los colgados y los inadaptados a los que Syd Barrett no podía llegar por su propia incapacidad, y, sin duda, el icono para los «artys» desplazando a Bowie, por su capacidad para ir más allá y adelantarse a sonidos y modas.
Pero una serie de desdichas le dejaron fuera de juego. Por resumir brevemente: descalabros en giras americanas, desbandadas de músicos, un segundo disco como The Crazy World of Arthur Brown que tardó cuatro décadas en ser publicado y, quizás, una integridad intachable que no casó con la industria del momento.
La disquera británica Cherry Red Records publica el mes que viene este inmenso cofre con la discografía completa de Kingdome Come, lo que llegó tras «Fire», The Crazy World of Arthur Brown y todos los despropósitos que acompañaron a Brown a finales de los sesenta. Son cinco discos en los que encontramos los tres que fueron publicados originalmente (Galactic Zoo Dossier, Kingdome Come y Journey), las primeras demos de la banda y varios directos rescatados de la BBC.
Se trata de una revisión histórica, en la que Brown se adelantó varios años a la música electrónica, utilizando el estudio como medio de expresión (con esas bases futuristas, los bucles sonoros y los sintetizadores bien entendidos) y adaptando el sobrenombre de «pionero» en una época en la que la música veía ir y venir apóstoles de todo pelaje. El primer disco es el más deudor de su época (aunque el más entendible para los rockeros de pro), en el homónimo llevó el progresivo a cotas insospechadas y es en Journey donde explotó todo el potencial creativo. Tan delirante como imprescindible y sorprendente.
Los extras conforman un cofre que debería ser noticia en todos los medios. Pero claro, siendo Arthur Brown se me antoja complicado, pues su trayectoria está llena de pequeños accidentes y Kingdome Come no fue apreciado en su día en su justa medida. Ojalá me equivoque y el tiempo le ponga en el lugar que merece. Desde Ruta 66 no podemos más que recomendar compulsivamente su compra y escucha. Imprescindible desde ya. Arthur Brown, tu reinado sigue vivo y vigente. A tus pies.
Texto: Sergio Martos
