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Blues en la encrucijada: Guadalupe Plata & Mike Edison, el diablo no puede hacerles daño

Muchos son los que aseguran que el blues está muerto. Pues desde aquí vamos a demostrar que no. Que está más vivo que nunca, y no solo eso, sino que ha sufrido múltiples mutaciones. Y que blues hay hasta debajo de las piedras. Blues bastardo, quizá. Pero a fin de cuentas, blues.

La banda andaluza aportó a la causa aire fresco y un enfoque novedoso basado en fundir las raíces del blues con el imaginario andaluz. Un mestizaje sonoro y visual que hermanaba las aguas del Mississippi y las del Guadalquivir reafirmando el vínculo que hay entre ambas. Disco a disco y concierto tras concierto expandieron su visión del género, oscuro y lóbrego, seco y serpenteante, con letras misteriosas llenas de símbolos y una puesta en escena electrizante. Acabaron conquistando a un público variopinto que disfrutaba de ellos sin ningún tipo de remilgos, llegando a seguirles una audiencia joven con escasas o nulas conexiones con el blues. Algo que, en contra de lo que algunos puedan pensar, es todo un triunfo.

Con el paso del tiempo y una amplia discografía a sus espaldas entre elepés, sencillos y epés, lo minimalista de su sonido y lo espartano de su propuesta parecía dirigirlos, en mi particular opinión, a ceñirse en demasía a la fórmula y correr el riesgo de agotarla. Y más tras quedarse como dúo tras el abandono del bajista Paco Luis Martos en el 2019. Así que urgía renovar energías, abrir las ventanas para ventilar y marcarse otros objetivos.

Y ese es el papel que representa The Devil Can’t Do You No Harm. La alianza con el polifacético músico neoyorquino Mike Edison (Sarky Machines, Raunch Hands, Pleasure Fuckers, Edison Rocket Train) ha oxigenado el ambiente, cargando las pilas y creado un artefacto sonoro plenamente acorde con sus orígenes y con el espíritu ancestral del blues. Mantener la esencia otorgándole una dosis extra de crudeza y arrastrándolo por el barro del pantano, entre brumas y caimanes deslizándose silenciosos por las aguas.

La voz y la guitarra de Edison se funden a las mil maravillas con las seis cuerdas de Pedro de Dios y el entramado percusivo de Carlos Jimena. Adaptando composiciones de dominio público como «Joshua Fit the Battle of Jericho», que sabe a góspel pagano cantado entre visiones bíblicas y nubes etílicas, «Oh Mary Don’t You Weep» transforma su aire triste en un aullido garajero, «Go Down Moses» huele a azufre mientras «John Henry» galopa a ritmo de rockabilly fantasmagórico y «Make You Feel My Love» de Bob Dylan es lo más cercano a lo que podríamos etiquetar como “canción de amor”. Profunda y visceral, sí, pero de amor.

Las composiciones de su puño y letra encajan a la perfección en el conjunto y contribuyen a resaltar el resultado final. Agilidad rítmica y aires de country blues en «Old Fashioned Communication Blues», la intensidad emocional e instrumental de «Who ya Gonna Call» y esas ráfagas de theremin que salpican «That’s Where I’m At» poniendo el contrapunto espacial a los fraseos de guitarra de Pedro.

Un excelente trabajo que esperamos, y deseamos, puedan presentar en directo lo antes posible. Valdrá mucho la pena pasar por taquilla para presenciar esos espectáculos, de eso no cabe duda.

Manel Celeiro

Escúchalo en: https://mikeedisonguadalupeplata.bandcamp.com/album/the-devil-cant-do-you-no-harm

 

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