Encuentros

Sigmund Wilder, la inspiración y el desorden.

 

Aparecido hace unos meses, el nuevo disco de Sigmund Wilder sigue dando que hablar. Una propuesta preciosista, que escarba en las raíces de ricas influencias para extraer nuevo jugo, ideas originales que exponer con cuidado casi artesanal. Su álbum, Desorden, se antoja disco de largo, muy largo recorrido, así que contactamos con el alter ego de Sigmund, David Martínez, para que nos cuente los intrincados caminos que conducen a él.

David Martínez. Sigmund Wilder. ¿Cuándo se convirtieron ambos nombres en las dos caras de una misma moneda, si es que esto ha ocurrido?¿Hay diferencias entre ellos, mantienen una cierta distancia, o son absolutamente compatibles y complementarios?

Somos dos caras de la misma moneda desde el primer día. Nuestros roles son complementarios. Donde no llega uno, llega el otro. Yo le debo mucho. A través de él descubro cada día cosas de mí mismo. Me apoyo a menudo en su indiscreción para expresar cosas que (por mi talante más bien discreto y reservado) optaría por mantener en mi universo y al mismo tiempo confío ciegamente en su capacidad para contarlas de forma críptica. Nuestra relación es una clara simbiosis… lo que los modernotes del marketing llaman un win-win.

Quien te ha seguido desde los inicios de Sigmund o te conoce desde antes, por tu implicación en la organización de conciertos ajenos, es consciente de tu melomanía. Seguimiento tremendo de los artistas que te gustan, conocimiento enciclopédico de discos y canciones… ¿cuándo te decides a dar un paso adelante y dejar de ser oyente para pasar a ejercer de artista?

No concibo la figura del artista creador que no profese una devoción y una inquietud insaciable por indagar y descubrir la obra de otros artistas. Desde muy pequeño sentía esa emoción tan difícil de explicar escuchando los discos de gente como The Cure, Duran Duran, Echo & The Bunnymen o Talking Heads. He pasado décadas engullendo música y experimentando toda clase de emociones hasta que sentí que todo eso que había acumulado en la sangre necesitaba salir de una manera u otra al exterior. Ese es el momento en que decidí crear este personaje llamado Sigmund Wilder como si de un Frankenstein se tratara. A raíz de eso descubrí el poder terapéutico de escribir y el exorcismo emocional que suponen cada nota, cada melodía, cada palabra y cada metáfora. Desde entonces, cada día tomo conciencia de lo afortunado que soy de poder crear canciones, de tener un proyecto como éste, de compartirlo con personas maravillosas y disfruto de la música como si no hubiera un mañana.


Artista con todas sus  consecuencias: cuidas al milímetro todos los aspectos relacionados con tu música, desde la composición y grabación hasta el diseño gráfico pasando por la elección de instrumentistas que te acompañan. ¿Es la música un todo, un ejercicio artístico indisociable a la cultura de amplio espectro?¿Qué te inspira, además de los sonidos?¿Literatura, fotografía, pintura, cine?

Para mí todo forma parte de un global. En el arte, así como en cada faceta de la vida de cualquier persona, cada detalle habla de uno y cuenta muchas cosas. En Sigmund Wilder pesa mucho más lo cualitativo que lo cuantitativo. El rol de un artista es el de crear, dar forma, comunicar y transmitir emociones. Ahí reside lo cualitativo. Lo cuantitativo es pura gestión. A mi me preocupan muy poco estas extrañas cifras con las que se mide todo a día de hoy (likes, reproducciones, followers, etc). Intento que todo lo que hacemos lleve el cuidado y el mimo que merece y Desorden es un claro ejemplo de ello. Es una filosofía/método de trabajo mucho más exigente, laborioso y sacrificado pero al mismo tiempo más gratificante y placentero. Respecto a la inspiración, viene de todas partes. Cualquier cosa que se cruza en tu camino es potencial inspiración a la hora de crear. La inspiración surge del detalle más insignificante. Cualquier input (por pequeño que sea) proveniente de cualquiera de las disciplinas artísticas que mencionas puede convertirse en una canción. De igual manera que un pintor puede convertir cualquier emoción que sienta al escuchar una canción en un cuadro. Como decía Edwyn Collins, las posibilidades son infinitas.

Sigmund siempre en singular, ¿cierto? No pareces contemplar entre tus planes la configuración de una banda estable. ¿Te sientes más cómodo alternando músicos, escogiendo en cada ocasión a quien consideres más idóneo para determinada canción o disco?

Sigmund Wilder siempre en singular para representar a un colectivo singular de personas que lo hacemos posible. Todas las personas que aportan su talento al proyecto de una forma u otra son parte integrante de este equipo. Respecto a los músicos, pienso que experimentar y buscar formas alternativas de hacer las cosas es básico para la salud de cualquier proyecto artístico. Hemos hecho nuestro repertorio en formatos alternativos como guitarra flamenca, instrumentos de cuerda, piano clásico, etc. Cada fase o formato requiere de distintos colaboradores. Eso no los hace ni mejores ni peores sino más adecuados o menos según la dirección que toma el proyecto.

Tu primer álbum recibió muy buenas críticas, el Ep inspirado en la figura de Bowie exactamente igual, pero el recibimiento de Desorden lo ha superado con creces. Satisfecho, supongo…

Satisfecho, orgulloso, sorprendido, perplejo y agradecido a partes iguales. Nunca hemos perseguido el éxito comercial y eso nos ha permitido ser muy honestos con la música que hacemos. El reconocimiento de la crítica es probablemente el más difícil de obtener y al mismo tiempo el (al menos para mí) más valioso. Desde la primera vez que escuché el máster de Desorden supe que teníamos entre manos algo genuino, pero no esperaba una reacción tan buena y tan unánime por parte de la crítica.

Es un disco muy trabajado, con abundantes detalles tanto interpretativos como de producción. ¿Cómo diste forma a las canciones?¿Proceso de composición y de darles forma con tus músicos?

El proceso creativo atraviesa diferentes fases. Al igual que en los discos anteriores, en una primera fase, escribo las canciones y desarrollo las demos hasta que siento que contienen toda la información necesaria para pasar a la segunda fase. Hago especial hincapié en que las demos reflejen y transmitan el espíritu y el alma de la canción. A partir de ahí, entran en juego los productores y el resto de la banda. En el caso de Desorden, la dirección de Santos & Fluren y la interpretación de cada uno de los músicos han jugado un papel clave en el desenlace de las canciones. Cada uno de los miembros del equipo ha aportado en esa segunda fase un valor creativo decisivo en el resultado final del disco.

¿Y el momento de presentarlo y rematarlo junto a tus productores, lo reputados y anteriormente mencionados Santos & Fluren?

Trabajar con Santos & Fluren ha sido un aprendizaje impagable en todos los sentidos. Son un regalo de la vida para cualquier artista que pise el suelo sagrado de Blind Records. La forma en que compartimos la visión del sonido del disco me ha permitido tomar la distancia y la perspectiva necesarias durante la grabación y producción del disco. De alguna forma, cuando las demos quedaron finiquitadas, selladas y vistas para sentencia, me permití dar un paso atrás, ceder el timón, el asiento de co-piloto y disfrutar del trayecto y del paisaje desde el asiento de atrás. Yo, por una cuestión de ADN, necesito estar encima de cada detalle que tenga que ver con Sigmund Wilder, pero con Santos & Fluren ha sido realmente fácil soltar lastre.

¿Motivo por el que Desorden titula al disco?¿Fue siempre la primera opción, o el nombre apareció más tarde?

Originalmente el disco iba a llamarse Claroscuros pero pocos días después de terminar la grabación irrumpió el Covid en nuestras vidas y nos obligó a terminar el proceso de producción con métodos alternativos poco ortodoxos. Todo se convirtió en un absoluto desorden. En una de las últimas escuchas de las mezclas del disco, concretamente escuchando “Fiction Channel” (el tema que abre el disco) la letra “a todo el planeta desorden, mensajes de error” pareció resumir perfectamente la realidad que estábamos viviendo a todos los niveles. Vimos claro que era el título perfecto para el disco.

Y cambio al castellano…

Culpa de Santi Balmes. Tuve una revelación escuchando El Poeta Halley. Algo en ese disco me dio una advertencia seria. Vino a ser algo así como “basta ya de esconderte tras el inglés”. Me siguen generando un shock tremendo cada punto y cada coma que sale de ese disco. Santi tiene un don para las palabras que le hace único y es muy inspirador. Decidí adentrarme en esta aventura que es escribir en un idioma que permitirá a quien escuche las canciones conectar con ellas a tiempo real y descubrir cosas que hasta ahora quedaban ocultas tras los vocablos coolsonantes del inglés.

Lo que permanece inalterable es tu indisimulada pasión por los sonidos engendrados durante la década de los ochenta, principalmente en UK. No obstante, se aprecia una mayor inclinación hacia un tratamiento más cercano a la electrónica… ¿Depeche Mode le va ganando terreno a tus adorados The Cure?

Con Depeche Mode y The Cure me siento a menudo teniendo que elegir si quiero más a papá o a mamá… pero mamá Robert siempre gana. Por lo que respecta al sonido de Desorden, esa atmósfera más electrónica responde a que con Santos y Fluren compartimos una absoluta devoción (valga la redundancia) por Songs Of Faith And Devotion y por todo lo que ha pasado por las manos de Flood. Durante la grabación del disco usábamos expresiones como “por el amor de Flood” o “Flood santo y bendito”. Ha sido el gurú y guía espiritual de nuestro trabajo conjunto y eso obviamente nos ha llevado a acercarnos algo más al sonido más electrónico.

Campaña de crowfunding superada ampliamente y con entrega de disco personalizada, en copias únicas para cada comprador. Hay que cuidar a los fans, ¿no?

Fue una experiencia increíble que hizo posible que Desorden viera la luz. Nunca creí en el crowdfunding hasta que lo investigué y vi el amplio espectro de posibilidades que ofrece tanto al artista como a sus seguidores. Sentí el empujón que necesitaba cuando alguien me dijo “hacerlo te dará el pulso real del estado de Sigmund Wilder y tienes que estar preparado para llevarte una grata sorpresa o una amarga decepción”. El objetivo que marcamos fue ciertamente ambicioso y el resultado de la campaña asombroso. Lo de la personalización convirtió cada disco en una edición limitada de una sola copia. Es algo que hasta la fecha nadie había hecho.

La autoedición permite un control absoluto del proyecto, pero limita en cierto modo la distribución del mismo. ¿Cómo pueden los interesados hacerse con una copia del disco?

Únicamente tienen que entrar en la sección “tienda” de nuestra web sigmundwilder.com. Ahí pueden encontrar nuestros discos y nuestro merchandising.

La actual situación lo complica todo, y mucho. Pero se intuye una cierta reactivación de la música en vivo. ¿Planes inmediatos o a corto plazo? Debes morir de ganas de presentar tus nuevos temas en vivo…

Subir a un escenario a interpretar nuestros temas es sin duda el momento más álgido y esperado de formar parte de esto. De cara al futuro más inmediato, estamos tanteando diferentes posibilidades para presentar el disco en directo. No tardaremos en tomar decisiones, pero obviamente queremos asegurarnos que algo tan crucial para nosotros como es la presentación de este disco tenga lugar en el momento adecuado, en el espacio adecuado y se lleve a cabo en las mejores condiciones. Os informaremos tan pronto como tengamos noticias.

 

Texto: Alfred Crespo

Fotos: Xavi Torrent

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