Si ha habido una reunión por la que los fans del rock progresivo llevan años suspirando, es la de Liquid Tension Experiment. El supergrupo formado a finales del siglo XX por John Petrucci, Mike Portnoy, Tony Levin y Jordan Rudess entregó dos excelente álbumes en 1998 y 1999, pero el proyecto no tendría continuidad. Hasta que el verano pasado los cuatro decidieron revivir a la banda, reuniéndose en Nueva York y grabando un nuevo disco que recupera un sonido, el suyo, tan técnico como único.
Grabasteis el álbum durante dos semanas en Nueva York. ¿Fue en el mismo estudio donde grabasteis vuestros dos primeros discos, el Millbrook Sound?
No, fue en otro distinto, en Long Island. Fue una gran idea, todos estábamos muy excitados. Tan pronto como Mike y Jordan tuvieron juntos la idea en plan “hey, con el confinamiento podríamos revisitar esta maravillosa banda que tanto nos gusta”, tanto yo como John nos mostramos entusiasmados y dijimos “sí, tenemos que hacerlo”. La única cosa que nos retrasó un poco era asegurarnos de hacerlo de modo seguro en estos tiempos del coronavirus, pero tomamos todas las precauciones y todo fue como la seda. En realidad fueron más de dos semanas. El plan original era simplemente presentarse allí y ver cuánto tardábamos, porque el proceso de composición y grabación puede llevarte mucho tiempo o ir muy rápido, depende. Al final fueron unas tres semanas, con un tiempo extra para remezclar individualmente algunas partes.
Debido a la pandemia muchas bandas están trabajando a distancia, enviándose ficheros y demás. ¿Considerasteis en algún momento grabar el disco de ese modo?
Esa es una buena pregunta. Trabajar a distancia es mayormente lo que hago en estos días, grabando para otros proyectos, pero para Liquid Tension Experiment eso no es una opción. Nuestra forma de trabajar siempre ha sido estar juntos en el estudio y componer allí como una banda, los cuatro a la vez. Y lo más asombroso es que uno vez estuvimos reunidos de nuevo después de tanto tiempo, fue exactamente como la primera vez. De repente John tenía una idea, Jordan decía “ok, te sigo” y empezaba como algo de dos minutos, luego cuatro y de repente eran diez, doce minutos. Y entonces todos levantábamos la vista y sabíamos que lo teníamos. La química de la banda se basa en que escribimos juntos de forma muy rápida y, lo que es más importante para mi, en que la música que creamos tiene una naturaleza distintiva, suena a LTE. No es algo hecho a propósito, es simplemente lo que ocurre cuando estos cuatro tipos en particular se juntan en el estudio. Para mi eso es un elemento importante en una buena banda, el conseguir –a un cierto nivel– su propio sonido, distinto a cualquier otra banda dentro del mismo estilo.
Dices que la química entre los cuatro surgió de nuevo casi al instante. ¿Temiste en algún momento, antes de empezar, que no fuera a ser así?
No, nunca tuve miedo al respecto. Quizás no soy tan espabilado como para pensar en eso. Simplemente pensamos “genial, una oportunidad de juntarnos de nuevo tras tantos años”. Son los mismos músicos y de hecho, técnicamente hablando, ocurrió que ninguno había aminorado la marcha. Más bien se habían vuelto más rápidos, más capaces incluso que antes para tocar esos riffs tan locos.
¿Llegasteis al estudio con material ya compuesto o las canciones emergieron una vez allí?
Emergieron, esa es la palabra perfecta. Emergieron tan pronto como nos reunimos. John y Jordan traían algunas ideas, algunos riffs, pero muy en bruto. Y el proceso fue juntarlo todo y seguir a partir de ahí. En ocasiones se giraban y decían “ok Tony, ahora entra tú con un riff de bajo”. Mike Portnoy a veces nos hacía entrar en pánico, tiene una pizarra donde va escribiendo cosas…es un modo de trabajar muy espontáneo, que no puede traerse compuesto de antemano. Sería una completa pérdida de tiempo.
Sólo borradores…
Si, es algo distinto a cualquier otra banda con la que trabajo, donde primero compones la pieza por entero y luego se la presentas al resto y a partir de ahí cambia. Ese no es el modo en que trabaja este grupo. Resulta impresionante incluso para mi, que soy parte de ello. Yo también soy fotógrafo, siempre estoy tomando fotografías y a veces me sentaba aparte escuchándoles y pensando cómo era de alucinante lo rápido que este o aquel tema se estaba creando. Pensarías que hizo falta un mes para componerlo, pero solo fueron necesarias unas pocas horas. Luego quizás nos pasábamos el resto del día, o el día siguiente revisitándolo y redefiniéndolo, pensando “ok, esta sección no acaba de funcionar del todo, ¿qué hacemos?”. Yo a veces simplemente paraba y tomaba unas fotos de los chicos, simplemente como recuerdo para mi mismo, para recordar lo asombroso que era estar ahí mientras aquello sucedía, creciendo y evolucionando ante tus ojos.
¿Dirías que fueron unas sesiones relajadas, en cualquier caso? Al respecto bromeabas recientemente diciendo que el único momento tenso cada día era a la hora de pedir la cena.
(risas) Sí, bueno, fue un trabajo…iba a decir duro, pero la palabra sería intenso. Mucho trabajo durante muchas horas cada día. Estábamos ahí desde las diez o las once de la mañana hasta las diez de la noche, y en ocasiones ya hacia el final de la sesión diaria dejábamos la cintas en marcha y nos poníamos a improvisar, simplemente para relajarnos. Y al final del día o al día siguiente nos decíamos “oh dios mío, fíjate lo que nos salió ayer”. Y empezábamos de nuevo, con más ideas. Te lo diré de otro modo: hice muchos cafés para todo el mundo (risas). Fue intenso pero a la vez fue divertido y gratificante.
La versión de Rhapsody in Blue era uno de los puntos fuertes de vuestros shows. ¿de quién surgió la idea de grabarla para este disco?
Diría que fue de Mike. Personalmente soy un gran fan de esa pieza…tienes ahí una gran composición, por supuesto, hablamos de George Gershwin, y yo mismo fui un músico de clásica antes de meterme en el rock. Pero aparte de eso, diría que LTE llevó esa pieza en todas las direcciones posibles: hay heavy metal, hay ambient, tiene secciones de honky tonk…en cierto modo es el tema perfecto para este grupo, es algo muy especial. Cuando termina tienes la sensación de habernos escuchado perfectamente a los cuatro.
Y me gustaría añadir que tengo a algunos amigos y conocidos que no son particularmente seguidores de LTE, y esto incluye a mi mujer (risas), para quienes este tema es como una especie de puerta de acceso, una pasarela que les gusta a todos. Y yo les digo “ok, ahora tal vez podríais escuchar uno de nuestros temas propios” (risas).
Simple curiosidad, «Chris & Kevin’s Amazing Odyssey» está basada en personajes reales? ¿Existen Chris & Kevin?
No tengo ni idea, el que pone los títulos suele ser Mike. Él ya nombró la primera jam que hicimos hace veinte años con un nombre similar («Chris And Kevin’s Excellent Adventure», n. del A.), pero yo no me involucro en ese aspecto.
El tema en sí suena bastante abstracto, muy vanguardista
Como te he dicho antes, a los cuatro nos gusta improvisar, pero incluso a veces cuando los otros dos ya habían marchado, Mike y yo nos quedábamos un rato más, dejábamos que corriera la cinta y decíamos “vamos a ponernos salvajes”. Y entonces te mueves en un sentido totalmente distinto, como en este tema. Sin razón aparente Mike cogió mi arco y empezó a tocar el bajo con él, mientras yo tocaba el otro bajo. Un tiempo después lo escuchamos y Portnoy dijo “esto ha quedado muy particular, suena especial, metámoslo en el disco”.
Ocho canciones, una hora de música. Y un bonus disc con cinco canciones más, otra hora aproximadamente. ¿Agotan estos trece temas todo lo grabado en Long Island o ha quedado material sin publicar?
Esa es una gran pregunta, y no conozco la respuesta. Ni siquiera sé cómo se llama lo que aparece en el cd extra, tan solo lo he escuchado. Estuve allí y lo grabé, pero desde dentro de la banda el proceso es muy distinto. Hicimos muchísima música durante esas tres semanas y entonces alguien más le puso títulos pero para mi siguen siendo canción#1, canción#2, canción#3. Y en ese sentido otra persona, probablemente Mike y John -pero no estoy seguro-, tomaron la decisión de qué material iba a ir en el disco, y cuál en los extras.
Con los directos paralizados, parece, hasta final de año como mínimo, ¿habéis pensado en alguna estrategia de promoción alternativa?
Sí, el año pasado fue horrible para girar, todos mis conciertos fueron cancelados a partir de marzo, y este año sigue siéndolo por el momento. Tengo mi agenda llena de fechas con asteriscos porque esperamos que se pueda, pero no lo sabemos. Fechas con King Crimson, con Stick Men, por todo el mundo, pero no sé lo que va a ocurrir. Déjame decir no obstante que con LTE he notado una diferencia respecto a tiempo atrás, y es que la sensación que tuve al terminar el proceso es que todos estábamos muy excitados por girar –cuando pudiéramos- con el nuevo disco. En el pasado muchas veces no nos fue posible por las obligaciones con nuestras otras bandas, con Dream Theater, King Crimson, con las veinte, treinta…cien bandas en las que está Mike Portnoy (risas).
Todas las estrellas y los planetas tenían que alinearse correctamente para que encontráramos, ni que fueran dos semanas en las que todos estuviéramos libres. Con los otros álbumes simplemente no lo sabíamos, pero en esta ocasión la sensación es que todos queríamos girar con este maravilloso material y volver a tocar también los temas antiguos, así que cuando haya una oportunidad puedo predecir que saldremos a la carretera. Posiblemente no será este año, tal vez el que viene. Pero me alegra decir que la intención de la banda es tocar en directo, llevar estas canciones a la gente porque al final eso es lo divertido, las canciones crecen y puedes ver en qué dirección se mueven, puedes cambiarlas un poco. Y hasta donde yo sé, aunque soy el último en enterarme de estos detalles, no hay otros planes de promoción aparte de unos pocos videos que se estrenarán próximamente.
En 2017, durante una entrevista te preguntaron sobre la canción más complicada que nunca has tocado y dijiste que probablemente fuera el material de LTE. ¿Cómo explicarías esta dificultad a un fan, a alguien que no es músico profesional?
Bueno, puedo describirlo de manera muy rápida: los otros tres músicos de la banda son unos extraordinarios virtuosos, la habilidad técnica que tienen en sus respectivos instrumentos es asombrosa, están entre los mejores del mundo.
También lo eres tú con el bajo…
Bueno, no soy un mal músico, ni un músico lento, pero digámoslo de este modo: yo todavía soy humano y estos tipos son de algún otro universo (risas). Así que el desafío, para mi, no es solo tocar con ellos en el estudio sino también en directo donde debo seguir su ritmo, ahí no puedo arreglar mi parte más tarde. Pero es un desafío maravilloso y les estoy muy agradecido por dejarme participar en esto con ellos.
Uno de los secretos de LTE, en mi opinión, es la perfecta mezcla entre virtuosismo e inmediatez, entre dificultad técnica y accesibilidad melódica ¿estás de acuerdo?
Lo estoy, sí. La naturaleza de esta banda te golpea el cerebro con una técnica muy rápida, muy potente, pero eso no es todo lo que representa porque a menudo va seguido de una sección que es como un himno, que puedes tararear y recordar, o por unos acordes en b y una maravillosa melodía a cargo de John Petrucci. Y esto no suele ser habitual en bandas que tocan alto y rápido. Y hay un tercer aspecto y es que al improvisar, hacemos cosas que no han ocurrido antes en esa pieza. Así que aunque la técnica suele recabar mucha atención del oyente, hay mucho más en esta banda que solo esa faceta.
Y en este álbum –y por extensión en los anteriores, pero especialmente en este- siento como que esas secciones en plan himno y esas maravillosas melodías se integran en buenas composiciones, buenas canciones. Los cambios de acordes son especiales y el sonido en general es magnífico. En este disco creo que la calidad de nuestras composiciones se ha elevado.
Aunque LTE es una banda eminentemente instrumental, ¿os habéis planteado alguna vez escribir una canción con letra?
Nunca sabes lo que harás, pero hasta ahora nunca ha surgido el tema. La primera vez que nos reunimos, al empezar a tocar y formarnos una idea de lo que queríamos hacer, sí se plantearon una serie de opciones. Tal vez un sonido más jazzy, más fusión…y puede que se hablara también de escribir letras, la verdad es que no lo recuerdo, hace mucho tiempo. Pero en esta ocasión ya sabemos quienes somos como banda, y el tema de las letras ni se planteó.
Como ya has comentado eres también fotógrafo y has publicado algún libro al respecto, en el pasado. ¿Hay planes para algo similar en el corto plazo, o cualquier otro proyecto?
Me alegro de que lo preguntes porque precisamente estoy totalmente inmerso en el lanzamiento de mi nuevo libro de fotografías, en el que he estado trabajando durante todo el confinamiento y que acaba de salir justo ahora, me acaba de llegar a casa. He estado todo el fin de semana empaquetando el libro para enviarlo por todo el mundo y a eso me voy a dedicar las próximas semanas. Es divertido y estoy muy satisfecho de que a tanta gente le guste y lo haya pedido. He hecho otros photo books pero este en concreto ofrece una visión global de toda mi carrera, de tantos años en la carretera, escogiendo cientos de mis mejores fotografías. Instantáneas con Peter Gabriel y King Crimson, Paul Simon y Peter Frampton… fue un trabajo duro escogerlas y combinarlas, pero me siento muy satisfecho de que se haya editado. Respecto a tu pregunta ¿estoy pensando en otros proyectos ahora mismo? Francamente no, porque lo que suele ocurrir es que cuando trabajas muy duro en algo, sea un álbum o un libro y finalmente sale a la calle piensas “oh, genial, nunca volveré a hacer algo así otra vez”. Pero entonces, a las pocas semanas, el impulso creativo vuelve a cosquillearte y te planteas que quizás sea el momento para un álbum en solitario o cualquier otra colaboración. De todos modos, he estado inmerso en el libro y todavía no he emergido lo suficiente para saber qué será lo próximo.
Texto: Eloy Pérez
