Otro gran disco de Alice y otra portada que parece hecha con Photoshop por un niño pequeño. Ya lleva alguna que otra. La otra pega, para un servidor, es el primer single: «Don’t Give Up». Cargado de buenas intenciones en su letra, pero un pastiche sonoro bastante chungo. El resto da gusto escucharlo. Su productor de confianza, Bob Ezrin, lo define como un disco “hecho en Detroit, para Detroit y por habitantes de Detroit”.
Entre estos últimos, nos encontramos a ilustres como Wayne Kramer, Steve Hunter o Mark Farner (de Flint, cerca). También está Joe Bonamassa, que es de New York, pero no se pierde una.
Las potentes versiones también vienen de la ciudad del motor: Bob Seeger, MC5 y «Rock and Roll» de la Velvet, pero basada en lo que hicieron con ella Mitch Ryder y Detroit (la banda). Otra tremenda alegría que nos da el disco es volver a disfrutar de los miembros originales del ACG, que tocan en dos de los mejores temas del álbum, además de participar en la composición de ambos.
Estamos básicamente ante un disco con todos los ingredientes del Coop más certero. Chulería irónica en «Wonderful World», humor sarcástico en «Independence Dave» y su clásico “déjate de gilipolleces” intrínseco en sus temas más rockeros como «Shut Up And Rock» o «Go Man Go». Los tributos más directos a Detroit vienen musicalmente de la mano de «Our Love Will Change The World», que es puro Motown y en la letra de «Detroit City 2021». Es gratificante y necesario tener a Alice en tan buena forma en estos tiempos.
Texto: Javier H. Ayensa