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Blues en la encrucijada: King Kong Blues, donde el blues y el punk se dan la mano

Bajo este curioso nombre que hermana los monstruos de leyenda del cine y la música del diablo se esconde un trío francés tan concienciado políticamente como dinamitero en su propuesta musical. En su flamante nuevo disco, ¡Bam Bam!, no dejan títere con cabeza a base de soltar blues huracanado inflamado con punk y rock & roll capaz de levantar a un muerto.

En este álbum, producido por Martín Guevara (Cápsula) y editado por el prestigioso sello vasco Gaztelupeko Hotsak, ponen en común las sabias enseñanzas de los maestros del género, la adrenalina cervecera del ritmo y blues británico a lo Dr. Feelgood y las influencias del punk encarnadas en The Clash, a los que agasajan sin reparos al principio de su versión del clásico «Got My Mojo Working». Un disco cargado de energía y ganas de pasarlo bien que ha hecho que nos pusiéramos en contacto con ellos para que nos cuenten cosas sobre la citada grabación y sobre la banda.

Bueno, os acabo de descubrir con ¡Bam Bam!… ¿Cuál es la historia de King Kong Blues?

Es la historia de tres hombres, amigos de toda la vida, que cristaliza en el 2015 con el deseo común de salir a la carretera a predicar la palabra del rock & roll: ¡la de la revuelta, la insumisión y el amor! (Risas) Lo que mejor nos resume, más allá de nuestra mezcla de blues, rhythm and blues y punk rock, es el escenario y la carretera. Hemos hecho más de 200 conciertos, incluyendo giras por España, Portugal, Bélgica y Holanda.

Buscando información me ha llamado mucho la atención el título de vuestro primer LP… Make Rock & Roll Great Again… Inspirado en el amigo Trump imagino y con unas fotos de portada y contraportada muy impactantes… Sin duda es una alegría verlo fuera de la presidencia de USA, ¿no?

Por supuesto, damos la bienvenida a su destitución, en general somos muy críticos con la concepción imperialista y ultra individualista del sueño americano; si el blues nació ahí es del sufrimiento de los esclavos… En cuanto al título y la portada del primer disco, nos pareció divertido asociar un eslogan reaccionario y súper machista con imágenes de la lucha emancipadora y físicamente comprometida de las feministas. La violencia sigue siendo la única respuesta de los poderes que carecen de argumentos…

Dos guitarras y batería… ¿Nunca habéis pensado en agregar un bajista?

No tenemos nada en contra de los bajistas… (Risas) Pero nuestra química funciona a tres y así nos conviene, además nos gustaba mucho el sonido de Jon Spencer o de White Stripes. Pero nada es fijo y tal vez algún día agregaremos un bajo o una sección de metal…

Sois una banda con fuertes convicciones políticas y sociales que expresáis sin tapujos en las canciones…

Hasta ahora, esto no ha sido un problema para nosotros, aparte de algunos comentarios de odio en las redes sociales, ya sabes. En lo que respecta al papel del artista en la sociedad, sí, creemos que siempre ha contribuido a cambiar ideas y mentalidades. Lamentablemente lo “políticamente correcto” y las compañías potentes prefieren fichar a personas menos comprometidas. Y te hablamos solo de Francia, donde tenemos a Jacques Brel, Georges Brassens, Léo Ferré, Jean Ferrat, Claude Nougaro y muchos otros más….

En el nuevo disco repetís con Martin Guevara (Capsula) como productor. Imagino que hay buena química entre vosotros y que trabajáis bien juntos…

¡Es un puto rockero! Es la tercera vez que grabamos con él, poco a poco se convirtió en un amigo y confiamos en él por completo. Él sabe sacar lo mejor de nosotros, escuchándonos todo el tiempo. Es un verdadero productor, que aporta una perspectiva exterior siempre lúcida y constructiva.

Y lo editáis con el sello vasco especializado en blues, Gaztelupeko Hotsak. ¿Cómo llegáis a trabajar con ellos?

Sabíamos por Martin, que era un sello que mantenía valores humanos reales en sus elecciones y sus relaciones con los artistas, además sabíamos que tenían 25 años de experiencia en blues y rock’n’roll. Por suerte les gustó nuestro sonido, nos encontramos a la vuelta del estudio y nos pusimos de acuerdo delante de una botella de vino rosado…

Pero vuestro sonido es bastante bastardo, una mezcla de blues, garaje, punk, rock & roll y surf… ¿De qué manera confluyen esas diversas influencias en las canciones?

Nada está pensado ni calculado. Tenemos muchas influencias en común que van desde Robert Johnson hasta la actualidad, todos estos sonidos viven en nosotros y se imponen en distintos grados según cada canción Solemos empezar con un riff de guitarra y poco a poco el tema va evolucionando y tomando forma, incluso puede cambiar por completo de estilo durante su génesis, por ejemplo empezando más bien punk y acabando en blues, o al revés… (Risas)

Alternáis francés, inglés y castellano en las letras de las canciones. Todo un cruce de caminos idiomático. ¿Os encontráis cómodos en los tres idiomas?

Lo intentamos, pero estamos más cómodos en castellano, porque nos gusta mucho España y los españoles (Risas) y venimos a menudo. Queríamos decir muchas cosas sobre las causas y las revueltas que nos mueven, en todos los idiomas de Babel, porque creemos que la lucha y el rock’n’roll deben ir más allá del concepto de fronteras.

La canción en castellano, «Gato Negro» es como un cruce entre el rockabilly y el punk hecho en Euskadi. ¿Os han influido algunas bandas del país vasco?

No particularmente en las raíces de nuestra música, sino más bien en el enfoque político y escénico, además antes del KKB, Alex nuestro cantante, tocaba en una banda de punk rock que versionaba temas de Kortatu, Eskorbuto, Negu Gorriak, etc.

La versión de «Got My Mojo Working» tiene sabor a The Clash. Me recuerda a lo que hicieron ellos con «Brand New Cadillac». ¿Son The Clash importantes para vosotros?

¡Sí señor! De hecho, la intro de «Mojo» es un guiño, como la letra de «Gato negro» a «Police on my back». Pero más que su sonido, es el enfoque y la actitud de esta banda lo que nos marcó. ¡Un verdadero grupo de combate, para el que la vida, el escenario, el sonido y el discurso son uno!

Es innegable que el álbum es muy crudo y cargado de energía. ¿Cómo son vuestros conciertos?

¡De puta madre! (Risas) Como dije anteriormente, el escenario es para nosotros la esencia del grupo, el paroxismo del intercambio con tu público, por lo que inevitablemente la energía se multiplica por diez (risas). ¡Intentamos enlazar los temas tanto como sea posible para crear una forma de tensión y electrificación permanente! El objetivo es captar a la gente desde el principio y no dejarla ir…

Para finalizar, imagino que tenéis  unas ganas locas de volver a tocar. En Francia, igual que en España, llevamos meses sin conciertos de verdad… Los primeros que se puedan hacer con cierta normalidad serán una explosión de adrenalina… ¿Qué planes hay? ¿Tenéis conciertos programados?

Sí, tenemos conciertos programados, pero por el momento, aquí, en Francia, las salas y los bares están cerrados, y no sabemos hasta cuándo; entonces, si no pasa nada, cuando vuelva el buen tiempo, hemos decidido organizar conciertos salvajes en el campo o en los parkings con un generador. ¡Aúpa!

Manel Celeiro

Foto color: Claude Rey

Foto blanco y negro: M. Solanet

 

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