Desde un país tan aséptico y frío como a priori pueda parecer Austria nos llega un misil tierra aire que se inspira en diversos referentes para crear un proyecto cada vez más sólido y fundamentado como es Ewig Frost.
Liderados por la bulliciosa mente de Niitro, compositor, guitarrista, cantante y percusionista entre otras muchas cosas, presentan Ain’t No Saint, que estará disponible a finales del próximo mes de abril. Un nuevo álbum separado cinco años de su anterior lanzamiento discográfico, cinco años en los que no han parado de trabajar y predicar su apocalíptico mensaje por cualquier lugar donde les han dejado tocar.
Curiosa la mezcla estilística que proponen, ya que a pesar de que su imagen pueda hacerte pensar que estás ante una banda de black metal sumergida en oscuridad y depravación el mensaje contenido en sus letras se aleja de esos parámetros para abordar cuestiones sociales y políticas cruzándolas con los sentimientos y contradicciones que nos rodean en el día a día.
Por otro lado su propuesta musical resulta, asimismo, tan variada como atrevida. Dueños del riff pétreo en la más pura escuela Motörhead, azuzados por la energía motora del punk y la destreza técnica propia del metal pasan de reventar equipos de sonido con el ataque impetuoso de «Into the Night», «New Cold War», «Back On Wheels», o «Satan II» a marcarse un blues endurecido, si, blues, han leído bien, como en «1918» para soltar pedal de gas y dedicarse a la creación de atmósferas, con inesperada sección de vientos incluida, en «De Gier (Is a Luada)», y posteriormente darnos en los morros con solos de guitarra inspirados en Chuck Berry en la jugosa y rocanrolera «Bad Beat Boogie».
Curiosa mezcla la que viene desde la capital austriaca, puede que descoloque de primeras y que quizás pueda parecer que se queda un poco en tierra de nadie pero no cabe duda que es un suculento menú para metal heads abiertos de orejas y carentes de prejuicios.
Manel Celeiro
Foto: Ines A.
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