Los lisboetas Miss Lava son una de las bandas más activas y tenaces del Stoner Rock europeo. El cuarteto portugués ha editado su cuarto álbum Doom Machine tras un año pandémico sin posibilidad de girar, luchando contra viento y marea contra un ejército de obstáculos, retrasos, dramas familiares y complicaciones. A pesar de los pesares, hay luz al final del túnel y la banda brilla como nunca en un disco lleno de riffs candentes, letras sentidas, ritmos hipnóticos, tintes psicodélicos y el eterno misticismo del desierto. Hablamos con su guitarrista K. Raffah, quien nos desveló los secretos de este nuevo disco.
Doom Machine es vuestro sexto trabajo de estudio y vuestro cuarto álbum, esta vez trabajando en Generator Music Studios de Sintra con Miguel Veg Marques a la producción, ¿Cómo fue escribir y grabar el álbum? ¿Os pilló la pandemia en el estudio?
En realidad, grabamos el álbum en el verano de 2019, pre-covid. Se masterizó en enero de 2020. Se suponía que iba a salir el año pasado, pero entonces llegó la pandemia y el resto es historia. Los continuos retrasos en la fábrica llevaron a que el disco saliera este año. Así que, improvisamos como locos en el local de ensayo, mejoramos las canciones lo máximo posible y tuvimos la oportunidad de tocar algunas de esas canciones en directo (era pre-COVID) y sentirlas en ese contexto especial. Cuando llegó el momento, llamamos a Miguel -con quien llevábamos mucho tiempo queriendo trabajar- y vino a vernos ensayar. Escuchó las canciones y, durante esa conversación, nos propuso grabar en directo la base instrumental. Para nosotros, eso fue genial: nos dio un sentido de misión, un reto que teníamos que superar ya que nunca habíamos grabado en directo. Cuando entramos en el estudio, fue genial. Estábamos en la misma habitación, tocando con todo el corazón, ¿sabes? Nos hizo estar más abiertos a los cambios, inventamos nuevas partes allí mismo. Toda esa dinámica de trabajo durante la grabación generó mejores recuerdos para nosotros. Esa sensación de haber conseguido algo juntos y de haber reído y celebrado bebiendo cervezas. El estudio Generator de Miguel está en un pequeño pueblo cerca del océano, así que teníamos esa sensación de estar lejos, totalmente concentrados en nuestro arte. Era el lugar perfecto para canalizar nuestras inspiraciones espirituales y entregarnos nuestra música.
Este álbum parece ser un punto de inflexión en vuestra carrera, vuestro trabajo más maduro hasta la fecha. Está inspirado en profundas y duras experiencias personales y familiares que sucedieron durante el proceso de composición y grabación. ¿Podrías explicarnos un poco sobre ello?
Gracias por tus palabras. Justo después de que lanzáramos Sonic Debris en mayo de 2016, nuestro batería García fue padre y Johnny empezó a trabajar más en Angola. Así que tuvimos que ajustar nuestros horarios de ensayo y de calendario de giras. Tuvimos periodos de ensayos intensos y periodos en los que no nos veíamos en absoluto. En un momento dado, Ricardo sugirió que, cuando nos reuniéramos, nos limitáramos a improvisar y a grabar esas improvisaciones. Eso se convirtió en la base de nuestro enfoque de la composición de este álbum. Hacia finales de 2017, cuando nació mi hijo, estuvo un mes y medio en el hospital. Durante ese tiempo, el bebé de Ricardo nació en el mismo hospital. Recuerdo que estuve con mi hijo y fui a conocerlo y a tomar un café mientras esperaba que lo llamaran. Y entonces, cuando murió António, todo el mundo se vino abajo. Fue como una bomba nuclear, que afectó a todos los que rodeaban a mi familia. Lo más bonito fue el amor que la gente compartió con nosotros. Cuando finalmente nos reunimos en mi casa, llamé a los chicos y volvimos a los ensayos, al proceso de improvisación. Supongo que, debido a este proceso, estas emociones pesadas se transmitieron subconscientemente a los riffs. Tanto la vida como la muerte, la luz y la oscuridad. Y le hizo pensar a Johnny en lo efímero que es todo esto y en lo que hacemos con nuestro tiempo aquí. Alimentando espirales de odio en las redes sociales, censurando la diferencia de opiniones y destruyendo nuestro planeta. Como si todos estuviéramos ensamblados en una gigantesca Doom Machine.
La banda ha girado por toda Europa y ha tocado en grandes festivales. ¿Cuál es vuestra próxima meta y qué os mantiene en la lucha? Ser una banda de stoner rock underground de gira no es barato ni fácil…
Eso es definitivamente cierto. No es barato ni fácil. Pero en Portugal tenemos un dicho que dice algo así como «Quien corre por gusto no se cansa» (quem corre por gusto não cansa). Lo hacemos porque nos gusta, porque necesitamos expresarnos a través de Miss Lava. Nuestros próximos objetivos son poder volver a ensayar cuando acabe la pandemia y se abra el país y luego volver a tocar en directo cuando sea posible y seguro. Si eso lleva demasiado tiempo, supongo que empezaremos a escribir nuevo material.
Por favor, hablad de vuestro último videoclip «Brotherhood of the eternal love». Si no me equivoco algunos miembros de la banda siempre estáis involucrados en la creación audiovisual de vuestros videoclips ¿verdad?
La mayoría de nosotros trabajamos con la creatividad en nuestros trabajos diarios, así que, aunque no estemos directamente involucrados en nuestros videoclips (ni editando ni rodando ni dirigiendo), tenemos una fuerte opinión y una clara visión de lo que queremos.
En este último vídeo, Johnny ha jugado un papel decisivo, dando instrucciones al editor para que utilizara una estética de televisión antigua de los años 60 o 70 y también ha dibujado las letras que se utilizan en el vídeo. Todo ello para representar visualmente lo que canta. La letra está inspirada en un documental llamado Sunshine Makers, donde algunos de los primeros fabricantes de LSD querían ofrecerlo a todo el mundo para acabar con las guerras. Pero las cosas salieron de otra manera, con la codicia ocupando su lugar y las cosas se salieron de control.
El desierto está casi siempre presente en vuestros vídeos, ¿qué representa para vosotros?
Supongo que representa el estado de ánimo general de nuestras canciones: ese espacio abrumador, en el que puedes acelerar sin límites o simplemente retroceder y contemplar la naturaleza en todo su esplendor.
Si pudierais elegir y organizar vuestro propio festival, ¿Cuál sería vuestro cartel ideal?
Clutch, dormir y vuelta a empezar. También podríamos reunir la formación de Welcome to Sky Valley de Kyuss y hablar con Lee Dorrian para que vuelva a reunir a Cathedral. Y luego tendríamos a Acid Mammoth, Witchskull y Dirty Pagans.
¿Cuál es vuestra opinión sobre la escena rockera portuguesa? ¿Qué bandas y artistas portugueses recomendarías?
Vamos a ver qué pasa después de que la pandemia pase. No sé si habrá un circuito de bandas en vivo o si todos tendrán que trabajar juntos para crear uno nuevo. La escena no es tan fuerte como hace algunos años, pero están bandas como Dollar Llama, The Black Wizards, Black Bombaim y The Quartet of Woah! que han entregado algunos discos y actuaciones en vivo bastante potentes. Y también tienes algunas bandas más nuevas como Earth Drive que demuestran que hay un futuro por delante.
¿Cuáles son tus planes y deseos futuros para la banda? Supongo que con COVID19 y sin giras ni conciertos por ahora todo es muy complicado.
Seguro que será complicado. Tan pronto como sea seguro, volveremos a la carretera y esperamos llegar a tantos festivales y escenarios en Europa como podamos. España será definitivamente nuestro foco de atención. Nos encanta estar allí y los conciertos son siempre muy animados. Estamos al lado y queremos tocar allí todo lo que podamos. Mientras tanto, empezaremos a escribir nuevo material.
Manel Celeiro
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