Encuentros

La Excavadora, arder para iluminar el futuro

Si hacemos caso de la definición que nos ofrece el diccionario sobre la palabra excavadora nos encontramos con que hace referencia a ese artefacto utilizado para realizar hoyos o galerías subterráneas en el terreno. Si atendemos a lo contenido en el homónimo disco de debut publicado por el proyecto nombrado con la citada máquina y puesto en marcha por integrantes de Gatillazo (Txiki, Angelillo y Buton), Sumisión City Blues (Pela) o Vicepresidentes (Mikel), no se encuentra lejos su actitud de esa intención por remover con ímpetu y fuerza el suelo que pisamos hasta ver aflorar su verdadera naturaleza, por muy escondida que ésta se encuentre.

Y es que por lo demostrado en esta unión de veteranos irreverentes, ni pueden, ni quieren, alejar sus pasos del punk, aunque como en esta ocasión igual lo lleven a ebullición a base de melodías pegadizas que por medio del espíritu callejero del rock urbano. Hablamos con ellos sobre esta recién estrenada alianza con vocación incendiaria…

Empecemos por el inicio, ¿cómo se pone en marcha el proyecto de La Excavadora?

Txiki: Tenía muchas ganas de montar una banda guapa y mucho material para hacer un disco. Entonces, aprovechando que Gatillazo se paraba para hacer la gira despedida de la Polla Records, era el mejor momento para lanzarnos con este proyecto. Les propuse a Buton y Ángel la idea y más tarde a Pela, que ya lo conocíamos y sabíamos que su voz y su rollo iban a encajar de la hostia en estos temas. Luego para la batería ya le teníamos visto a Mikel tocar y nos flipaba mucho, entonces se lo comentamos y ahí está el comienzo de La Excavadora.

Ángel: Dios se manifestó y nos encomendó la ingrata misión de salvar el rock and roll.

¿Cuando las canciones se ponen en común en un primer momento, ya están perfectamente acabadas y tienen pensadas exactamente el sonido con el de han de contar o es con las aportaciones de los diferentes miembros cuando acaban por completarse?

Txiki: No, no estaban acabadas, teníamos muchas ideas y elegimos las que más nos gustaban. Nos pusimos a trabajar en ellas y cada uno iba aportando las suyas, íbamos probando a ver cuáles eran las que más guay quedaban, y así fue como fuimos dando forma a todo el disco.

Pela: Cuando escuché las maquetas de Txiki por primera vez el sonido de la banda ya aparecía bastante claro. No parecía haber segundas lecturas para esas canciones. La mayoría de los temas estaban claramente estructurados de una manera muy práctica. Había bastantes ideas para la voz pero también muchos huecos para las aportaciones que fueran surgiendo. Pero cuando ya empezamos con los ensayos resultó que la batería de Mikel con el bajo de Buton funcionaban muy bien juntos, dándole al grupo una base rítmica como de motor diésel que me gusta mucho y que me parece una de las claves de nuestro sonido.

Buton: Sin duda las canciones están acabadas cuando entre todos aportamos nuestro trocito de arena. Algunas más y otras menos pero hay que decir que esas primeras ideas iniciales poco tienen que ver con el resultado final. Yo concretamente con Ángel y Txiki llevo trabajando muchos años y nos conocemos bastante bien, pero con Pela y Mikel, para ser la primera vez, ha sido muy cómodo trabajar, ya que al final las ideas estaban bastante claras desde el principio. Los engranajes han encajado muy fácil en este proyecto.

Con un bagaje tan extenso como el que señala vuestros currículums, ¿qué habéis encontrado de particular en La Excavadora que os ha animado a dar vida al proyecto?

Buton: En mi opinión, aparte del buen rollo que ha habido desde el principio, mezclar diferentes estilos de los que venimos cada uno ha sido el detonante de tirar hacia adelante en esta aventura.

Pela: Personalmente me animó la idea de juntarme con viejos amigos, con los que siempre había habido muy buena relación, alrededor de un repertorio escrito con acordes ganadores. En mis otros proyectos siempre he buscado un poco de oscuridad, que las cosas no entren a la primera, un poco de esfuerzo por parte del oyente. Y esto es algo que me encanta todavía. Pero con La Excavadora es como si tuviera 20 años y estuviera todavía rulando por la Zapa en Gasteiz, en aquellos garitos llenos de humo, buena gente y los grupos punk del momento sonando a todo volumen.

Procedéis de diferentes bandas ligadas al punk, en ese sentido el disco suena realmente directo y enérgico pero también con mucho sentido melódico, ¿han sido ambos ingredientes cuidados por igual?

Txiki: Bueno, tampoco nos planteamos mucho eso, simplemente los temas y las ideas te vienen solas y luego ya te van llevando a un punto en el que nos gusta a todos.

Buton: Una cosa nos ha llevado a la otra. Al principio queríamos algo potente, un rock poderoso que aplastase a todo aquel que nos viera en directo, pero nos dimos cuenta que ese poderío sumado a una buena tonadilla tenía más cojones.

Dentro de ese sonido tan duro y compacto que predomina el disco hay algún momento puntual donde buscáis expresaros a través de medios tiempos, por ejemplo en «Contra el suelo»¿buscabais algo de respiro ante tanta intensidad?

 Buton: Más que buscar un respiro queríamos crear un disco que fuera heterogéneo visto globalmente. La idea de meter una balada estaba ahí, pero viniendo de donde venimos no era fácil encajarla, hasta que Pela le metió la voz y le dio ese rollo callejero y macarra. La verdad es que le da un aire diferente al proyecto aumentando así el valor de su totalidad.

Las canciones transmiten un paisaje oscuro, violento, desesperanzado, no sé si en ese tono ha tenido que ver la pandemia o si ya tenían esa ambientación desde un primer momento..

Pela: Los temas están escritos en tonos mayores. Si solo escuchas la base, la mayoría de canciones transmiten sensaciones positivas. Imagino que tiene que ver con el carácter de Txiki, que es un tío muy optimista. Cuando empecé a dar forma a las letras que me tocaba escribir fui un poco a lo contrario: a hablar de perdedores en la vida para buscar un poco de contraste en el resultado final. Yo tenía en mente algo como «Poison Heart» de Ramones, una canción muy triste escrita en tono mayor. Las letras de Angelillo han ido un poco en la misma onda y creo que el conjunto ha quedado muy bien. Pero también tenemos momentos para vacilar, como en «Mala Música». El rock and roll se escribe para ser interpretado un sábado por la noche, un poco de buen humor es necesario también.

Ángel: La percepción de las canciones oscila con nuestro inestable estado anímico. Una misma canción puede sonar luminosa y esperanzadora en otras circunstancias, yo no le daría tanta importancia a la pandemia. Nuestro estado de ánimo es lo que condiciona muchas veces la lectura que hacemos.

Buton: Yo creo que desde el principio venían a ser unas canciones negativas y de perdedores. Además, por los estilos de los que venimos, siempre nos han gustado ese tipo de historias. La pandemia, en mi opinión, nos ha ayudado a darle forma a esta derrota. Claro que ha sido una mierda tener que estar trabajando desde tu casa sin poder juntarte en tu local, que en realidad es lo que nos gusta, pero una vez hecha la ley…. hecha la trampa.

En vuestras letras hay un elemento social y reivindicativo claro pero visto desde un tono más intimista y/o particular, ¿ha habido un interés por no contar lo mismo y de la misma forma que se ha hecho tantas veces?

Ángel: Claro, intentamos hacer las canciones que nos gustaría oír, y escapar de fórmulas o discursos ya trillados, supongo que como todos los grupos (Risas). La historia es conseguir algo que, sí o sí, nos toque de alguna manera la fibra a nosotros. Nos gusta dejar historias paralelas abiertas entre líneas, para que una letra, a la tercera escucha, te pueda sorprender y de repente dar pie a otras interpretaciones no tan obvias a primera vista.

Pela: Repetir como loros viejas consignas…eso no es punk. No somos grandes pensadores que analizan y después dan con las frases claves que resumen perfectamente la situación. Creo que hablamos de lo que tenemos más cerca de una manera sencilla.

En una canción como «Futuro» no renunciáis a que pueda existir uno mejor pero desde luego hay que luchar por él…

 Ángel: No hubiera sabido expresarlo mejor. Cuando nos lo hayan quitado todo y no tengamos nada que perder reaccionaremos por fin, escribiremos tweets incendiarios y haremos pública nuestra indignación en Facebook y en los bares (ah no, que también nos los van a cerrar…)

Pela: Esa es la historia, no te van regalar nada, tienes que coger las cosas tú mismo. Aunque el tema habla de las miserias que padece la mayor parte de los habitantes de este planeta, creo que al final, con ese estribillo tan luminoso, se abre una especie de puerta a la esperanza. Está bien poner sobre la mesa lo mal que va todo pero sin olvidar que la posibilidad del cambio está en nuestra mano.

 Buton: Está claro que en vez de construir nuestro propio futuro nos lo quieren imponer. Por eso, seguimos haciendo lo que más nos gusta y seguiremos peleando desde nuestra propia victoria, por eso creemos en la historia que escriben los perdedores. ¡Para cabezones nosotros! Basta que nos digan que no hagamos una cosa para que la hagamos.

«Viejas mentiras de viernes» tiene un título suficientemente explícito, ¿confiáis todavía en el rock and roll para hacer esa función de excavar en la realidad y mostrar otra cara diferentes a la que nos cuentan, o no os sentís tan optimistas..?

 Buton: Siempre hemos utilizado la música para decir las cosas que no nos gustan y pelear por un mundo más justo o en el que nos sintamos más a gusto, pero te das de cuenta que siguen ganando los mismos y que lo que haces no vale para nada. Como he dicho antes, eso nos motiva para tocar más los cojones.

Ángel: Nos gusta engañarnos y creer que el rock and roll o la cultura todavía tienen algo de gasolina que aportar a alguna otra hoguera que no sea la de las vanidades.

En la cuestión de los directos hoy en día, ¿cómo se siente una banda como ésta que plantea una propuesta de tanta energía y contundencia en un entorno donde el público tendrá que comportarse de manera muy recatada y controlada?

 Pela: Sí que estamos un poco fuera de sitio en el tipo de conciertos que se están dando ahora mismo. He acudido a varios con esto de la nueva normalidad, y bueno, a veces el estar sentado te permite fijarte en cosas de los grupos y su música que de otra manera igual se te podían escapar. Pero La Excavadora es punk-rock de fin de semana, para meterte en el mogollón de primera fila a que te salpiquen con cerveza. Veremos qué pasa.

Buton: ¡Esto es una mierda! Este tipo de control humano nos corta las alas del todo. Es un atropello en toda regla a la libertad y a la manera de expresión de cualquier persona o banda musical, pero así están las cosas y lo que no vamos hacer desde luego es quedarnos en casa con los brazos cruzados.

Y por seguir hablando del futuro, no sé si os planteáis que éste se trate de un proyecto con miras más allá de este disco o lo tomáis como un paréntesis entre vuestros muchos proyectos..

 Txiki: No, La excavadora ha venido para quedarse y nuestros otros proyectos no son ningún problema, podemos compaginarlos tranquilamente. Ahora estamos centrados en presentar el disco y tocar y tocar sin parar, que estamos con el mono de subirnos a los escenarios y meter ruido a saco. (Risas)

Texto: Kepa Arbizu

 

Fechas de presentación:

27 de febrero, Bermeo, Kafe Anztoki

6 de marzo, Bilbao, Santana 27

13 de marzo, Madrid, Sala 0 – Palacio de la prensa

 

 

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