Encuentros

Deshollinador, marginal y profundamente underground

 

Cualquier habitual de los escenarios granadinos tiene la imagen de Antonio Monsalve fijada en su retina: alto y delgado, sempiternas patillas de bandolero, rostro serio, abstraído y concentrado en sacar chispas de su Fender Jazzmaster. El ahora mutado a rol de Deshollinador ha transitado por varias de las bandas que han perpetuado el sonido punk/rock de la ciudad, desde Harakiris a Perro Mojado, y me dejo más de una. Pero hace ya una década rondaba por su cabeza la idea de sacar adelante un plan netamente personal, bien alejado en parte de sus participaciones grupales, en el que han aflorado ideas largo tiempo larvadas; a la espera de mejores tiempos en los que Monsalve pueda presentar sobre un escenario su nueva propuesta, esta conversación nos desvela sus intereses artísticos y musicales.

Corrígeme si me equivoco, pero después de haber estado implicado en multitud de proyectos (Harakiris, Perro Mojado, Uralita), creo que esta es la primera vez que grabas un disco tocando todos los instrumentos y componiendo en solitario los temas

El proyecto Deshollinador viene de atrás, en 2011 ya publiqué una maqueta, a la que tuvieron acceso unos cuantos amigos, y de la que aún me gustan algunos de los temas pese a tener muchos defectos (sobre todo de grabación y mezcla).

Pero lo cierto es que considero que la presentación de Deshollinador se produce ahora, con esta publicación de 2021.

¿Esta tesitura era la que te pedía ahora el cuerpo, o es en parte debida a las restricciones propias del confinamiento? ¿Ha sido complicado grabar de esta manera?

Claro, la actividad con los grupos está bajo mínimos y, en principio, fue por eso por lo que me lancé a dar forma y a grabar por mi cuenta las ideíllas que me iban pasando por la cabeza.

La mayor dificultad de todo el proceso ha estado en las cuestiones técnicas, e incluso estéticas, de la mezcla. Muchas veces, encontrar el punto adecuado de reverberación o compresión de las voces o de las guitarras es una tarea sin fin; porque lo que parece perfecto un día, al escucharlo al día siguiente sólo ves problemas y mal gusto.

¿Siendo la primera vez que eres responsable de la totalidad del disco, cómo ha sido la experiencia del proceso de grabación?

Los pulsos de la batería los programo en casa, y bajos, guitarras y voces las grabé en el local de ensayo, que tiene mejor acústica y que me permite poner los amplis al rojo vivo. Los teclados también en casa.

Me llama la atención que siendo como hemos comentado una obra tan personal, una de sus características principales es lo variado de los registros musicales

Sí, es cierto. En la actualidad, hay una evidente tendencia a que las bandas de garage, de punk, post punk, etc. se limiten, en muchos casos, a realizar ejercicios de estilo de cada uno de esos géneros. Si la propuesta no va más allá de ser una sucesión de tics, pierdo definitivamente el interés.

Ojo, a mí me encanta el blues, el punk, el rockabilly… pero no me apetece, o no me sale, abundar en esos estándares.

El arranque del disco, con <<Kikanovic>>, tiene un aire tremendista, casi apocalíptico…

«Kicanovic» es una canción muy cíclica, todo gira en torno a una línea de bajo muy repetitiva… Quizás es ese bucle alargado el que la hace irrespirable, en cierto modo.

Y sin embargo el siguiente tema, <<Alias Petiso>> es muy pop, con un tono cándido que no vuelve a aparecer en el disco

Exacto. Es una canción pop de manual, bien sencilla, estrofa – estribillo. Con alguno de mis socios de Uralita y Perro Mojado he bromeado en ocasiones acerca del rechazo constante a los estribillos a la hora de componer. Pues nada, aquí al contrario.

Quizás el tema que más me llama la atención es <<A Propósito Del Bedel>> con ese trote rockabilly un tanto soterrado que puede recordar tanto a Suicide como a Desechables; un estilo ya presente en el disco que grabaste con Uralita

Ambas referencias las tengo desde siempre, y me encanta que se entrevean. La línea de bajo es también bastante obsesiva, muy Suicide, es cierto.

Comparado con Harakiris, con los que te pude ver en directo un par de veces, Deshollinador abandona aquella sonoridad punk/rock más ortodoxa para buscar un sentimiento más frío y underground

A medida que pasa el tiempo, cada vez me dan menos miedo los huecos, los modelos punkrockeros o garageros ortodoxos se basan en cierto horror vacui del que a día de hoy prescindo.

También he aprendido que en ocasiones el mejor solo de guitarra es el que decides no hacer, que se puede expresar mucho con poco.

Texto: Manuel Borrero

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