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Canadiana ¿de qué estás hablando?

De sobras es conocido el carácter acaparador, imperialista, egocéntrico y nucleocentrista de Estados Unidos. Nuestros amigos yanquis que tanto y tan bueno nos han dado, y nos siguen dando en lo musical, no han dudado, en todos los terrenos en apropiarse del concepto “americano”. Ya saben, los americanos son ellos, y el resto de habitantes de tan enorme continente son otra cosa. En el ámbito cultural, una de las últimas veces que lo hicieron evidente fue cuando nació el género llamado Americana. Un término acuñado por la revista No Depression en los noventa y que, ahora mismo, ya no tenemos muy claro lo que es (si es que alguna vez lo habíamos hecho).

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Neil Young

Evidentemente los estadounidenses se lo quedaron para ellos, montaron asociaciones, festivales y, durante un corto lapso de tiempo, encumbraron como la panacea a grupos que, simplemente tiraban de las raíces del country, el folk y algo el blues como base de su música. Vamos, una recuperación de las raíces por parte de músicos jóvenes. La degeneración del término fue progresiva y acabaron englobados en el mismo desde el seminal Hank Williams hasta el último grupo que pusiera una pedal Steel en una de sus canciones.

 

El caso es que los canadienses, que idiotas no son, vieron como muchos de sus artistas eran englobados en el género y al pensar en ellos se pensaba en los States y no en sus vecinos del norte. Y, aunque han tardado, han llegado a la sensación de hartazgo o, lo que es lo mismo, de “estoyhastaloscojonesdequetodoteloapropiestú”. Y así nace el Canadiana, término que puede ser tan idiota o tan acertado como el primero y que, por simplificar, no es más que la versión canadiense del Americana. Como suele ser habitual, cuesta saber quién fue el primero en acuñar el término, pero parece que el periodista Greg Torrington podría haber sido el ideólogo de la cosa. Por supuesto, no tardaron en tener festival propio y, sobre todo, asociación, la Canadiana Music Association, muy ligada a la Canadian Country Music Association. Eso sí, por si el término Americana no fuera lo suficientemente amplio, ellos meten también a los artistas de blues más puro en el saco. Y, no crean, lo tiene bien montado. Por supuesto hay listas exclusivas de éxitos del género, etiqueta propia en Bandcamp, programas de radio, de televisión, merchandising y un largo etcétera. La condición indispensable es dedicarse a la música y, claro está, haber nacido en Canadá. El resto, pues con que te acerques aunque sea por inspiración divina a las raíces, por muy lejana que sea, ya vale.

 

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Daniel Romano

Tienen su gran maestre, que no podía ser otro que Neil Young, claro está. Sus artistas súper ventas como Bryan Adams, Shania Twain o Alanis Morisette. Los respetados y de culto como Daniel Lanois, Fred Eaglesmith o Katheleen Edwards. Sus grupos más o menos legendarios como Blue Rodeo, The Sadies,  The Deep Dark Woods, Blackie & The Rodeo Kings, Great Lake Swimmers o Elliott Brood. Las grandes realidades actuales como Daniel Romano, Colter Wall, Corb Lund o Kacy & Clayton. Los que en otro país trataríamos como blues o sucedáneos como Terminal Station, The Sheepdogs, Samantha Martin, David Rotundo, JW-Jones, Bywater Call,  Jack de Keyzer o Kat Danser. Y, por supuesto, las grandes esperanzas como Bobby Dove, Ryan McAllister, Zakary Miller, Sony Lambourne, Veranda, Clem Chesterfield, The Red River Ramblers o Zachary Lucky, solo algunos nombres de una inacabable lista.

 

Así que ya saben, si alguien les habla de Canadiana, no, no se ha vuelto loco o loca. Simplemente se está adaptando a los tiempos. A ver si ahora los géneros y subgéneros van a estar todos inventados…

 

Eduardo Izquierdo

 

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