Los seguidores de una de las mentes más lúcidas del Americana actual llevábamos demasiado tiempo sin noticias suyas. Concretamente desde Lost at Last Vol. 1, allá por 2017. Ahora regresa con hasta 18 canciones escritas entre marzo y mayo del fatídico 2020, es decir, en plena explosión de la maldita pandemia. Como él mismo declara, “el inicio de un nuevo mundo y el desmoronamiento de uno antiguo”. Quizá por eso, por el tiempo pasado, titula al disco como el barrio en el que nacieron sus abuelos y, por supuesto, dedica buena parte de sus letras a la autorreflexión y la toma de conciencia. Un disco que transmite calidez, pero también cierta preocupación. Grabado con sus amigos aprovechando las nuevas tecnologías, sin importar que unos estuvieran en Nashville y otros en Austin. Intentando utilizar la música como antídoto ante una situación que ni comprendían antes ni comprenden ahora. Sin defraudar – nunca lo ha hecho – y, citando de nuevo textualmente, “buscando la belleza en la locura”.
Eduardo Izquierdo
