Imagino que la mayoría de seguidores de esta ruta no conocerán a Boris McCutcheon. No, no les estoy llamando ignorantes, ni pretendo plantarme una medalla. Pero entre tanto rock americano o americana, es difícil llegar a artistas que, como este, tienen poco predicamento a este lado del Atlántico. Servidor llegó a él gracias a un podcast yanqui no hace mucho, quizá un par de años ¡Y hablamos de un tipo con 20 de carrera! Pero es lo que hay. Lo importante es llegar, teniendo claro, eso sí, que llegar a todo es imposible.
El 33% de los Hoth Brothers regresó el año pasado con este disco, desapercibido como decía por aquí – tanto que lo sacó en enero de 2020 -, pero que es una auténtica maravilla. Titulado en honor a la ciudad de Nuevo México llamada Española, su sonido va de lo levemente fronterizo – no llega a lo mariachi – al rock fulgente pero más acústico de Tom Petty, John Mellencamp y el Springsteen de Nebraska. Buscando información sobre él recuerdo, aunque no el medio y que me perdone, a alguien describiendo su música como “canciones folk para la era eléctrica” y creo no poder mejorar esa descripción. La tex mex y swing «Angelina’s Farm», la góspel «La Llorona And The Low Riders» o la semi gótica en su letra «Dust Devilish» que cierra el disco son muestras de canciones excelsas. Y hay hasta once en un disco de esos de largo recorrido, a pesar de tener también un impacto inmediato.
Eduardo Izquierdo
