Encuentros

La Inquisición: dejando que la luz penetre en las sombras

Surgidos de la reconversión de la última formación que tuviera Secret Army, grupo catalán de Oi! con canciones en inglés, La Inquisición llevan ya funcionando aproximadamente unos cuatro años. En ese tiempo se han forjado un estilo y una estética propios a partir de un sonido potente que, sin renegar del espíritu del punk de la calle, ha integrado elementos diferentes como el metal y, sobre todo, una querencia decidida por los claroscuros. Letras con multitud de aristas e invitaciones a la introspección personal y atmósferas de sombras como medio natural en el que dejar propagar la luz definen ya el sello de una banda que ha visitado escenarios y festivales tanto en Europa como en México. Pendientes de sus evoluciones desde que presentaran en formato de doble EP el trabajo Guerra Total (2019) donde recopilaban sus dos primeros trabajos (https://www.ruta66.es/2019/04/encuentros/la-inquisicion-conjugando-las-maneras-rudas-del-oi-con-la-estetica-oscura/), volvemos ahora a encontrarnos con Willy y Rubén, batería y voz, respectivamente, para preguntarles por la edición de su nuevo trabajo Tenevrae (2020). Hablamos de ello y de muchas otras cosas con los dos.

No habéis tenido cambios en la formación ¿verdad?

Rubén: No, somos los mismos que cuando empezamos.

Willy: Como diría Eskorbuto. Efectivamente seguimos siendo nosotros dos y los Alex, Cirro al bajo y Montoro a la guitarra.

La última vez que hablamos con vosotros, allá por febrero de 2019 os embarcabais al mes siguiente en una gira europea que os lleva por un buen número de países: Alemania, República Checa, Polonia, Suiza o Países Bajos. Contadnos un poco cómo montasteis todos estos conciertos.

R: La verdad es que nosotros llevamos en esto del punk mucho tiempo con otras bandas que hemos tenido y ya teníamos una red de contactos establecida en la escena. Ahora a través de HFMN, nuestra agencia, todo se ha profesionalizado un poco más. También íbamos con Bad Co. Project y Lion’s Law, dos bandas amigas ya consagradas que también giran bastante. No fue la primera toma de contacto con Europa porque ya habíamos estado antes pero sí que sirvió para consolidarnos con aquella gente.

Vinisteis entonces contentos de las giras ¿no?

R: Nosotros realmente no tenemos ninguna pretensión cuando tocamos. Hacemos esto porque nos gusta, porque es divertido. Todo nos hace felices. No tenemos más expectativas que tocar y pasarlo bien.

W: Durante la gira había un poco de preocupación por ver quién iba a tocar primero y lo fuimos nosotros, aunque nadie nos preguntó ni nada, y tan contentos. Ningún tipo de presión, vino mucha gente y se fijaron en la banda. Luego nos lo pasamos bien tras los conciertos. Como ha dicho Rubén, venimos de muchos proyectos previos así que todo lo que venga ahora pues fenomenal.

Entonces ya teneis una buena base montada en parte de centro Europa con vuestras visitas

R.: Vamos muy habitualmente. Ten en cuenta que Contra Records está allí. En Alemania hay montada una infraestructura para tocar de la ostia. Este verano teníamos mogollón de festivales en Inglaterra y Alemania. Todo se fue a la mierda, pero supongo que en 2021 los haremos por toda Europa.

¿Y la visita a México?

W.: Fue el verano pasado. Por septiembre de 2019. Fue el día de la Independencia. El día 13.

R.: El día anterior estuvimos tocando en El Hermosillo y al siguiente ya en el DF.

¿Cómo organizasteis la gira allí?

W.: Teníamos que ir con un grupo, pero se lió la cosa. Tuvimos la oportunidad de meternos, aunque al principio no íbamos a ir porque los números no salían y fuimos de vacaciones tres de nosotros, salvo Rubén que no podía. Entonces nos dijeron oye, ya que vais ¿no os apetece tocar igualmente? Al final nos animamos. Nos salieron dos conciertos porque tampoco lo habíamos preparado, pero hubiéramos podido hacer más. Vamos que se conjuraron los astros.

R.: En realidad fue una pica en Flandes. Empezar a testear el mercado allí. Hombre, ahora se ha jodido todo, pero la idea es volver y probar en más países de Sudamérica en cuanto se pueda que esperemos que sea pronto.

Ofrecéis a un público amplio cosas que vienen de un género bien comprometido como el Oi!

R: A mí me gusta la música negra y veo que por ejemplo no se puede comparar el rap que se hacía en los 90 con el que se hace en el 2000. Igualmente, el punk o el Oi! o como quieras llamarlo, ha ido avanzando a distintos sitios. Nosotros no somos recreacionistas, no nos interesa eso. Venimos de una escena más militante en la que ha habido más ostias y cosas raras que las que puedan haber visto grupos de ahora que se dicen reivindicativos. Pero la música, las letras, la filosofía todo es punk, y todos los estilos evolucionan hacia algún sitio. Nosotros lo llevamos a lo que es La Inquisición. No sé, no puedes hablar por ejemplo del punk sin pensar en el rock. Los Clash no escuchaban a los Clash, sino que oían otra música. Yo, por ejemplo, no escucho punk, sino que escuchamos un montón de cosas que nos influyen a la hora de hacer punk, que es lo que somos. Pero odiamos las militancias absurdas, es algo que no nos interesa, nos aburre sobre manera. Yo le quito bastante hierro al tema, y bandas como nosotros no necesitamos reivindicarnos de nada porque no nos hace falta. A lo mejor a otros grupos sí, pero nosotros hemos comido mierda como el que más, hemos dormido en sitios infectos como el que más. Nos da igual, no es nuestra guerra. La escena va evolucionando con la gente.

W: Tenemos más bagaje anterior. Rubén viene del mundo del ska, yo del puro Oi! y llevamos tocando juntos casi 15 años. Cuando teníamos 20 años en mi caso era Oi! y cervezas, que con esa edad está bien pero todo ello te sirve para luego ver las cosas de otra manera y escuchas otra música.

Porque lo que está claro que vuestra propuesta ya no es simplemente el “cerveza, fútbol y Oi!” del género

R.: Yo es que ya odio esa movida. No me malinterpretes. Me flipan los 4 Skins o grupos de ahora que hacen ese rollo, pero intentamos huir ya de los tópicos. Hay gente que ha hecho eso muy bien, pero el recreacionismo musical es algo que no me gusta. Porque para hacer lo que hacían los 4 Skins ya estuvieron ellos que lo hicieron muy bien. Intentamos huir de los clichés.

El público que teníais cuando Secret Army os sigue, ¿ha crecido con vosotros?

R.: Pues ni idea la verdad. Secret Army éramos un grupo que no es que estuviera en el underground sino debajo del underground.

W.: Los colegas ya no vienen, pero ten en cuenta que es que ahora tocamos casi cada fin de semana.

De todas maneras, sigue quedando parte de la rabia y ganas de morder en vuestra actitud. Sois oscuros, pero cuando tenéis que protestar contra cosas concretas llegáis a dar miedo. Mira si no en el tema «La nueva ola»

R: También es una cuestión estilística, cada grupo tiene su estilo. El nuestro es ése, no es algo forzado sino que sale de la música que escuchamos, de lo que me gusta. En concreto en «La nueva ola» se habla un poco de las tendencias en la música en general. No creo en militancias que determinan que, por ejemplo, el reggeaton es una mierda y sólo mola el rock. Es muy estúpido porque en cualquier estilo hay cosas muy interesantes y si te niegas a escucharlas lo mismo te estás perdiendo algo que merece la pena.

Las letras, los diseños de las portadas, la escenografía de cementerio en algunos de vuestros videoclips ¿trabajáis esa estética oscura a conciencia?

R: Sí bueno claro es totalmente intencional, es lo que nos gusta. Nos gusta la música deprimente, los cementerios, la Semana Santa, lo tétrico. No es sólo una cuestión estética, sino también filosófica. Nos interesa mucho el dualismo, todo este rollo de la oscuridad para que venza la luz y todo eso, movidas filosóficas que quedan reflejadas en las letras.

Nos interesa mucho. Tenemos temas más existencialistas. Somos más punkies que el viento pero tenemos inquietudes, como es el paso de la vida, la muerte, además de tener temas más reivindicativos.

W: Yo siempre lo digo, el punk en los 80 era provocación directa con mensajes directos como “Me gusta ser una zorra”. Hoy el punk no puede ser sólo un vómito social, o puede serlo, pero queda un poco a destiempo. Si das un poco más las vueltas a las cosas probablemente puedas hacer algo diferente. Nosotros lo hacemos porque nos gusta así.

R: El punk ha estado siempre un poco denostado como música o expresión artística, pero como cualquier otro estilo es muy amplio y te puedes encontrar diferentes aspectos de cómo ver la vida. La nuestra es ésta, la oscuridad, la negritud y el frío atroz.

Pero a todo ello le añadís dureza, incluso aprovechando que en vuestra formación tenéis a quien ha venido del metal ¿no?

R: Sí claro, esto es interesante porque creo que por ejemplo en los riffs de guitarra se nota bastante influencia de Manowar. La música no es algo unidireccional, todos escuchamos mucha música distinta, desde jazz hasta soul, metal, doom, lo que sea. Para hacer nuestra música, que sí es un punk más normativo, somos totalmente anormativos.

Hablando precisamente de contribuciones desde sonidos insospechados estoy pensando en la versión que hicisteis de «Verte amanecer», el tema de Dorian para vuestro disco anterior ¿Trabajáis ahora en alguna otra sorpresa similar?

R: Soy muy fan de Franco Battiato. Tiene cosas filosóficas muy interesantes. Intentamos una versión de su tema «La sombra de la luz» pero nada. Probamos luego otra, pero no hubo manera. Battiato tiene la virtud de hacer cosas muy enjundiosas pero también muy pop, progresivas. En este disco no hemos probado nada.

W: Mucho de nuestro público no sabía que el original era de Dorian. Además, mejorar aquella versión era complicado. Aquella funcionó perfectamente porque la letra entró a la primera, resultó. Al ver que la de Battiato se complicaba nos dijimos ¡ostias!

R: Yo creo que son cosas en las que no puedes forzar. Nosotros a la hora de componer y hacer música llegamos al local, si no suena a la primera… no tiene sentido picar piedra ahí a ver si sale algo. Sobre todo en las versiones que es algo especial. Además, lo bueno de una versión es que te llevas el original a tu terreno. «Verte amanecer» era una canción de un grupo de pop. Pero tampoco nos engañemos, las estructuras de bajo de Dorian si las tocas más acelerado es verdadero punk rock.

W: Es gracioso porque con esta misma formación, pero en Secret Army hicimos una versión de Weezer, la de «Buddy Holly» que creo que moló mogollón porque quedó muy metal. Teníamos otra que también está bien.

R: Cuando haces una versión tienes que aportarle algo al tema, no es sólo reproducir un tema de otro grupo, hay que salpimentarle un poquito. Creo que ésa es la gracia de las versiones.

Ahora hay una serie de bandas actuales electrónicas de corte oscuro que están muy bien: Somos la Herencia, Antiguo Régimen…

R: Ahora con el sello Avant que creo que es italiano que está sacando música digamos como el último disco de los Blitz, con cosas de electrónica que están muy bien. A nosotros nos gustan cosas de pop con estructura dark wave tipo Soft Kill, todo este rollo que nos gusta bastante, Belgrado…

Dejadme preguntaros ahora por vuestro disco nuevo Tenevrae. ¿Dónde lo grabas y quién os lo edita?

R: Grabamos en Tarrasa en el estudio Labedoble de Marc Bòria Gómez. Terminamos el disco justo un día antes de que confinaran todo. Estábamos grabando coros y al día siguiente ya no se pudo salir en tres meses. Luego Marc iba al estudio a mezclar y de hecho hizo otra mezcla, casi porque se aburría. El disco lo saca HFMN como sello principal, muchos sellos por toda Sudamérica Latina, Contra Records…

¿Ya habíais trabajado en ese estudio antes? ¿Os lo recomendó alguien?

R: Nosotros no, muchos grupos de nuestro entorno sí. Crim por ejemplo sí.

W: Estábamos una vez tocando en Tarrasa y Marc estaba de técnico de Crim. Nosotros le conocíamos del Estraperlo y Alex Montoro con su grupo de metal había grabado con él y estuvimos hablando entre risas. En un momento empezó a decir que le gustaba nuestra música y que le molaría grabarnos. Habíamos grabado antes en casa de un amigo de Alex, muy buen chaval, pero claro sin los medios profesionales de otros estudios, y la oferta de Marc nos llegó en muy buen momento. Fíjate que a lo mejor entra en nuestro equipo de sonido y todo.

Os quería preguntar por alguna canción en concreto de esta nueva entrega, de «El himno de España» por ejemplo.

R: Yo tenía muchas ganas de hacer una especie de anti-himno. Detesto el nacionalismo, no me gusta, no me siento orgulloso de ser español, me encanta España, me encanta cualquier sitio, su gente, pero nada más. Imagínate un himno cuya letra hable de la mierda que es todo. Un anti-himno. Salió eso. Es verdad que nosotros utilizamos un lenguaje más poético y metafórico, pero cuando pienso en la historia de España más reciente me viene a la cabeza Las Hurdes hambrientas, el blanco y el negro, ese tipo de letra no como los himnos habituales que tienden siempre a mitificar. Nuestro «England belongs to me», fíjate, todo es una mierda.

W: Era lo que hablábamos antes. En los 80 tenías a los R.I.P. y su «Odio a mi patria» y cualquier grupo de punk de antes con su vómito social concreto. Era el momento en el que había que petarlo todo, pero ahora puedes darle un poco la vuelta a las cosas. Decir lo mismo, igual de crudo con una forma más poética.

R: De todas maneras, la letra tampoco tiene mucha interpretación.

Ése es precisamente un apartado destacado de vuestra música ¿no? Normalmente vuestras letras se mueven en una nebulosa artística pero no tenéis problemas para bajar de golpe al fango.

R: La utilización del lenguaje es también una forma de hacer música. Es importante. Intentamos que en una frase se escondan muchas cosas. El ejemplo de Battiato del que hablábamos antes, cuando por ejemplo el tío te dice eso de que Radio Tirana transmite música balcánica, mientras bailarines búlgaros no sé qué. Bueno, pues había una anécdota que decía que Radio Tirana en la Segunda Guerra Mundial era la que por ejemplo transmitía que Polonia no se rendía. Dentro de cada frase hay un universo, y a mí eso me gusta mucho a la hora de escribir. En muchos temas intentamos utilizar eso. Cada canción tiene su historia, pero hay otros en los que quieres ser más concisos. Es una cuestión estilística. Todo varía dependiendo de la canción.

Por cierto, os estáis peinando todos los meses del año. Ya teníais «Octubre» y «Abril», y ahora «Septiembre»

R: Sí, es una manía muy particular. Creo que, en la vida, en el universo, hay cosas muy poderosas, como los meses del año. Cuando escribo las canciones pienso siempre en alguien o en algo, pero eso te lleva a ti a pensar en algo. Si yo hago un tema que se llama «Septiembre» y tienes un amigo que ha muerto ese mes pensarás en él y esa canción te llevará inevitablemente hacia esa persona. Lo bonito de la música es que yo puedo escribir algo pensando en lo que sea y tú lo recibes pensando en otra persona, toda una experiencia vital. Porque al fin y al cabo los meses años son algo que todos los sufrimos, sobre todo la cuesta de enero. Fuera bromas, me interesa mucho la universalidad, me interesa el amor, la muerte y los lugares comunes.

W.: Sólo hay un problema y es que todo el mundo se queja preguntando que cuándo viene su mes.

Personalmente me parece que «Abril» es uno de vuestros mejores temas. No sé exactamente a quién os referías en la letra pero…

R: Habla de una amiga mía que murió. En general tenemos la ambivalencia de ir a los temas personales pero intentando hacerlo universal.

¿Por qué «1991»?

R: La razón de la fecha es porque se trata del año en el que los M.C.D. grabaron De Ningún Sitio a Ninguna Parte (1991). Nosotros crecimos con el punk del País Vasco. A mí, por ejemplo, los M.C.D. me cambiaron la vida. También R.I.P. De hecho, esta canción es una carta de amor al Rock Radikal Vasco, al punk en El País Vasco. Además, no quiero desvelar nada, pero antes de que salga disco queremos hacer algo con este tema.

Por cierto, ya en «Los Iniciados» de Verdadera Fe (2016) habláis de Natxo Cicatriz y de Iosu de Eskorbuto ¿no?

R: Sí claro. A mí, me jode porque es una de nuestras canciones que ha pasado desapercibida y no la tocamos mucho en directo. Nosotros como jóvenes punks (nací en 1977) empecé a escuchar este tipo de música qué se yo, con 12 años, y nuestra escuela era ésta, Tijuana in Blue, R.I.P., Cicatriz, Eskorbuto. Para ti también Willy ¿no? Es nuestro origen.

W.: Sí eso y música de pelaos.

R: Tiene cierto punto poético, muchos murieron por la heroína. Era algo como lo que dice esa canción, esa belleza muerta que nunca podrán matar. Aparte es algo único, porque puedes hablar del punk inglés, del hardcore americano, pero bandas como Eskorbuto son únicos. Los R.I.P. ¡buff! Me tiraría horas.

W.: Lo hemos hablado muchas veces entre nosotros, pero creo que el punk que se ha hecho aquí no lo puedes encontrar en ningún sitio.

R.: Mientras que en Inglaterra estaban con el imperdible aquí eran más papistas que el Papa, fue una puta destrucción, toda una generación perdida. Los 80 en España fueron una puta mierda, todo eso rebosa dolor,

La voz de una generación ¿no?

R.: Bueno no sé si fue la voz de una generación, pero Eduardo Benavente muerto… Tan bestia como todo el black metal noruego, tan cinematográfico. El punk en Euskadi, en Madrid, en la Península Ibérica, tiene componentes muy épicos.

W.: Lo interesante de todo esto y aunque sea crudo, porque el punk es crudo, lo fuerte es ver que de Eskorbuto casi todos muertos, de Cicatriz, también hay muertos, de R.I.P. igual.., de todo esto el mensaje es que como poco, era original y se lo creían, por varios motivos. Era peligroso.

R.: Era todo un poco Macbeth.

Da la sensación de que con La Inquisición vais a por todas, de una manera más organizada que en proyectos previos vuestros

R.: Yo creo sinceramente que es al revés, porque cuando empezamos la banda la actitud fue un poco juntarnos y decir, mira yo tengo unos temas en castellano que a lo mejor…, y entonces, pues venga, qué más da. Yo acababa de ser padre… Creo que en la vida cuando menos pretensiones tienes es cuando mejor salen las cosas. No nos planteamos ningún tipo de profesionalización, porque por ejemplo cuando van surgiendo todas estas cosas de festivales y demás, siempre te dices, sí, sí pero mañana yo tengo que ir a currar. No es nuestra guerra, nos da igual, nosotros hacemos música para divertirnos nosotros, divertir a la gente y pasarlo bien. Yo creo que en el momento en el que empiezas a plantearte que quieres vivir de esto, es cuando la vas a cagar.

W.: Yo realmente lo veo como una boda. La pareja de novios que la preparan. Como pienses que tienes que organizar un bodorrio, mal. Tú vas haciendo y como no tienes pretensiones, todo lo que venga pues bien.

Pero desde la misma preparación de las giras, el trabajo que hablábamos para ofrecer una estética concreta… sí habla de cierta organización.

R.: Hay una intencionalidad sí. Todo lo que hacemos tiene un sentido. Creo que es la forma de hacer las cosas. Cuando haces algo, música o lo que sea, por mucho que quieras divertirte, coño estás haciendo una historia, primero para ti, pero luego para los demás. Hay que tener un respeto con el público, por la peña que compra discos, por la gente que te va a ver a un concierto. El no vivir de la música no va reñido con hacer las cosas bien y como tú quieras. Y nuestra forma de hacer las cosas es ésta. No sé si es la mejor o la peor, pero es ésta.

W.: Hay que tener en cuenta que venimos de haber tocado mucho antes. Y aparte de tocar, todos hemos montado bolos, hemos tenido sellos. Sabemos que si viene un promotor que con toda su buena fe te monta un bolo o vienes tú que dedicas tú tiempo en nosotros, joder… Venimos del barrio y seguimos estando en el barrio.

R.: Sí, es como dice Willy, hemos sido siempre parte de esto. Y cuando te subes a una furgoneta y te hace 500 kilómetros y te mola que haya algo de comer en el camerino, cuando tú traes a un grupo aquí pues le tratas igual. Es una forma de crecer con la movida que nos gusta y en donde estamos. La pena es que con la tontería van pasando los años y mira aquí seguimos.

W.: La letra ésa que dice en «La nueva ola», hemos tocado en un sitio que te haría vomitar, es totalmente cierta. El bajista hacía de furgonetero con Secret Army y ahí lo tienes con una raja que se hizo con un palé.

R.: Eso sí, también hemos dormido en okupas que parecían palacios. Y en sitios con peña metiéndose heroína ahí al lado, o crusties con perro cagando, tenemos millones de historias, pero como cualquier grupo.

¿Qué tipo de público tenéis?

R.: Como gente joven. Es la ostia, la media de edad puede ser de unos 20 años. Relevo generacional.

W.: Cuando empezamos venían nuestros colegas, luego mirabas y te decías coño ¿éste quién es? De repente ves a cantidad de chicas, que era raro antes, que controlan un montón de música, chavales de pelo largo. En México había gente con camisetas de Venom.

R.: A mi me mola mucho, porque es verdad que nosotros venimos de un punk que antes estaba muy segmentado, a mí me gusta el hardcore melódico americano, pues a mi el Oi! Ahora ves a los chavales que tienen mucha información y que todo eso se la suda y ya está. En ese aspecto mola mogollón de ver lo plural que es el público.

W.: Una de las veces que tocamos con Kaleko Urdangak era un festival que era super hardcore, y tocábamos a las doce el sábado y yo decía Que tocamos muy tarde, que aquí todo el mundo va con la gorra para atrás, aquí qué pintamos. Pero empezamos a tocar y fue la ostia, la peña saltando.

R.: Ahora todo está muy abierto y a nosotros eso nos gusta, estamos como pez en el agua porque también nosotros somos muy abiertos.

 

Texto: Tomás González Lezana

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda