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Blues en la encrucijada: John Teskey & Ash Grunwald, espontáneos e instintivos

Muchos son los que aseguran que el blues está muerto. Pues desde aquí vamos a demostrar que no. Que está más vivo que nunca, y no solo eso, sino que ha sufrido múltiples mutaciones. Y que blues hay hasta debajo de las piedras. Blues bastardo, quizá. Pero a fin de cuentas, blues.

 

No es ajeno para los amantes de los sonidos negroides el nombre de John Teskey. Su voz, al frente de los Teskey Brothers, se ha convertido en un elemento a reivindicar para cualquiera que quiera defender que el el soul, el rhythm’n’blues y el blues del nuevo siglo existen y están más vivos que nunca. Tras Half Mile Harvest (2017), en el que los hermanos Teskey se mostraban muy cercanos al blues, editaron en 2019 el inconmensurable Run Home Slow, donde el soul tomaba más protagonismo. Su directo, Live at The Forum, publicado este mismo año, los mostraba como un grupo en plena forma al que ni su origen (Melbourne) ni el color de su piel, impedía ser una de las grandes realidades de la música negra actual.

 

JOSH TESKEY & ASH GRUNWALD RELEASE NEW SINGLE 'HUNGRY HEART' + ALBUM PUSH THE BLUES AWAY - Black of HeartsPues aquí está uno de sus líderes reuniéndose con un viejo conocido, como el excelso guitarrista de blues Ash Grunwald para marcarse 8 temas acústicos que quitan el hipo, y se convierten en uno de  los discos destacados del año. “Alguien nos filmó haciendo una jam” dice Grunwald. “Y aquello se convirtió en la semilla de una gran idea ¿Por qué no hacemos un disco acústico de blues. Sin campanas ni silbidos, algo de corazón”. Y eso es Push The Blues Away, un álbum de blues ajeno a los complementos sazonadores habituales, pero cargado de alma.

 

Es un disco corto, apenas ocho temas de los que 2 son versiones, «Preachin’The Blues» de Son House y «The Sky Is Crying» de Elmore James. Con el otro Teskey, Sam, dominando los controles y encargándose de la producción. Vamos, que quizá estamos ante lo más cercano a un disco acústico de los Teskey Brothers que podemos encontrarnos hoy en día. El cantante demuestra que no solo domina la faceta más gritona – en el sentido positivo – de la voz, sino que sus graves son de relumbrón, y Grunwald que lo suyo a la guitarra es algo muy serio, como demuestran temas del calado de «Low Down Dog» o el primer single, «Thinking Bout Myself». Uno, eso sí, se queda con «It Rained» con Ash simplemente espléndido y con «Something With Feel» donde es Teskey el que brilla. Grunwal dixit: “este álbum fue hecho como debería serlo cualquier álbum en mi opinión, de forma espontánea e instintiva”. Desde el 13 de noviembre anda por sus tiendas de discos. Yo no dudaría.

 

 

Texto: Eduardo Izquierdo

Sección coordinada por Manel Celeiro & Eduardo Izquierdo

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