Encuentros

Ferran Sendra, fotógrafo de largo recorrido

Ferrán Sendra

Habitual de los fosos en las noches de concierto, profesional desde los 70’s, aficionado pertinaz e intrépido viajero, el fotógrafo Ferran Sendra (Barcelona, 1958) culmina una trayectoria intachable con Rocks On The Road, un libro elaborado, fabricado y cuidado con un cariño que hace de él una pieza necesaria en cualquier estantería de aquellos que gustan de los objetos bellos y valiosos. Un tomo de gran peso que recoge espacios clave de la historia del rock combinados con momentos del directo. Él mismo nos cuenta parte de su vida y como surge este viaje al corazón del rock desde el corazón del fan.

¿Cómo llegas al mundo de la fotografía, y en concreto a la fotografía de conciertos? ¿Parte de una cuestión más profesional o personal?

No sé si primero fue la afición por la fotografía o por la música, pero está claro que fue una cuestión personal. Cuando publico la primera foto en prensa en 1976, ya llevaba un tiempo quemando carretes y asistiendo a conciertos y festivales locales como el Canet Rock 75. Entro en el Diari Avui en 1976 haciendo tareas de teletipos y después maquetación, y con Jordi Garcia-Soler empiezo a cubrir conciertos básicamente de la Nova Cançó y también los de rock internacional que empezaban a venir por aquí. En aquella época en el Avui no había ni fotógrafos ni sección de fotografía, la edición gráfica como tal no existía, los periodistas no acostumbraban a interferir en tu elección de la foto a publicar y en compaginación normalmente se adaptaban al formato que proponías. Para estar empezando, no podías pedir más…

Como profesional has trabajado para El Periódico de Cataluña. ¿Has hecho siempre cultura o has tenido otras facetas? ¿Has tenido otros trabajos paralelos a la prensa?

Dejo el Avui en 1990 para ir a El Periódico de Catalunya donde estuve hasta 2018. En los dos sitios he estado siempre entre Diseño y Fotografia, dos secciones que siempre he creido que tendrian que ir juntas.

No he hecho solo Cultura. Haces fotos de todo tipo y cubres también a menudo tareas de edición gràfica en la redacción. En un periódico de información general es difícil especializarse aunque mi afición por la música ha llevado a que fuera a muchos. No tienes mucho margen ni tiempo para trabajos paralelos

Bob Dylan: The Freewheelin’

¿Recuerdas el primer concierto en el que hiciste fotos?

Fue primer concierto de Lou Reed en marzo de 1975, sin acreditación y sin publicarla en ningún sitio. La primera foto publicada fue una de Eric Clapton en agosto de 1977, y creía que a los dos ya los pillaba tarde

“Rocks on the road” es mucho más que un libro de fotografías. Te embarcaste en un road trip visitando lugares míticos y emblemáticos de la historia del rock tanto en USA como en UK. Hojear el libro produce una envidia sana y sobretodo, es muy educativo poder ver esos espacios retratados de forma tan magistral. Cuéntanos un poco como surge la idea, cuanto tiempo te llevó y kms, si lo hiciste solo y si tenías alguna referencia previa para lanzarte a este viaje.

Queria ver los sitios del rock. En 1980 me encontré con la Battersea Station (la portada de Pink Floyd ‘Animals’) paseando por Londres, y de ahí sale la idea de recorrer estos lugares que tanto me gustaban de las imágenes de portadas de disco, contraportadas, lugares de inspiración de canciones, películas, videoclips, sitios importantes en la vida de artistas y bandas. No es un libro de fotos de conciertos ni de portadas de discos (aunque hay más de 50 creo). He querido recorrer los paisajes de los que hablan las canciones: el Misssissippi, Tennessee, Texas, California, estas carreteras y desiertos interminables, coches, trenes… Las fotos de los conciertos no me interesan demasiado aqu, sólo acompañan a las de los lugares y paisajes.

Llevo toda la vida haciendo esto sin pensar que haría con estas fotografías, muchas veces no sabia dónde iba, pero sabía que tenia que ir. Han sido muchos viajes por el Reino Unido y Estados Unidos, esto no lo decides un dia y vas y lo haces. El sistema de trabajo ha sido laborioso pero sencillo: he ido apuntando los sitios concretos, localizndolos y haciendo recorridos para visitarlos. Hay cosas que no las encuentras (la casa de J.J. Cale en Oklahoma), otras ya no existen (el Mars Hotel de Grateful Dead en San Francisco), otras te las encuentras (la Tina Turner Highway en Tennessee). De los USA he recorrido más de veinticinco estados en coche y no sé las millas recorridas en total. Me he perdido por las carreteras de Louisiana, me han echado del Chelsea Hotel, casi me rompen la cara en Harlem, no encontraba el camino de vuelta al coche en el desierto de Colorado…

De los libros sacas mucha información. La autobiografía ‘Born to Run’ está llena de pistas y te puedes hacer un recorrido muy exacto por el New Jersey de Bruce Springsteen. La autobiografía de Ozzy Osbourne no tiene desperdicio. Del libro de Howard Sownes sacas los lugares de Bob Dylan en Nueva York. Anthony de Curtis y Victor Bockris hacen lo mismo con Lou Red… En realidad, Nueva York no te lo acabas.

¿Qué sitio o lugar te impactó más?

Quedé fascinado en California con el Death Valley, pero también en Nashville, Memphis, Tulsa, Amarillo, las Badlands… Las canciones las escuchas de otra manera cuando has estado allí.

Hay muchas fotos de conciertos en directo en el libro realizadas principalmente en Barcelona, una que me ha impactado es la de Jerry Garcia en 1981. La memoria funciona bien para recordar cómo fue ese concierto y si hubo alguna anécdota especial con las fotos?

Es que Grateful Dead jugaban en otra liga. El concierto de más de tres hora y media en el Palau d’Esports en 1981 con Jerry Garcia, Bob Weir y Phil Lesh en un Palau d’Esports abarrotado de una parroquia hippie fumando de todo y a saco fue de los inolvidables de la época. Visitar el barrio Haight Ashbury en San Francisco, la cuna del movimiento hippie es imprescindible en la ruta por California. Allí están las casas de Jerry Garcia y Jimi Hendrix.

Formas parte de una generación muy distinta, has vivido (o sufrido) la evolución tecnológica. ¿Cómo ha sido el proceso de adaptación?

Si, ahora quedan pocos de los que vivieron la época analógica. Es cierto que la cosa ha perdido encanto pero ahora todo es más fàcil y práctico. Haces la foto, la escoges y la mandas por ftp. Todavía no ha terminado el concierto y ya està colgada en la web. Antes te lo tenías que currar más y disparar menos. Estoy a favor de la evolución tecnológica pero me alegro de haber vivido aquella manera de trabajar. El proceso de adaptación fue traumático porque la calidad de las primeras digitales era lamentable.

Las ventajas tecnológicas las conocemos, pero qué echas de menos de aquellos tiempos primerizos y qué es lo que menos te gusta de la nuevas tecnologías?

Se ha perdido la parte de ‘oficio’ que tenia esta profesión. Acciones normales y cotidianas como era poner un carrete de 36 fotos en la cámara, dosificar los disparos, enfocar, encerrarse en un cuarto oscuro con aquella olor de ácido acético, controlar la temperatura de los líquidos de revelado, usar el papel con la dureza adecuada… Ahora esto parece un engorro, una marcianada y una pérdida de tiempo.

Las nuevas tecnologias priorizan la rapidez, ahora hay y se hacen más fotos que nunca pero se ha perdido el objeto, la foto impresa ha desaparecido y solo las vemos en las pantallas.

The Clash: The Clash

¿Cómo has vivido el intrusismo en tu día a día? Supongo que los fosos de fotógrafos han cambiado radicalmente. ¿Te has sentido bien tratado por las promotoras en general? ¿puedes mencionar algún caso que te haya realmente indignado?

Nunca he tenido este tipo de problemas. Se supone que entras acreditado y que el trabajo va a salir publicado en el medio por el que trabajas. A veces el management de la banda de turno pone un límite de fotógrafos en el foso y alguno se queda fuera, pero creo que más por exigencias y condiciones externas que de la propia promotora. Además, los responsables de prensa suelen ayudar siempre mucho.

Me consta que la relación entre los fotógrafos de música de los últimos 20 años, especialmente de rock, tenéis muy buena conexión, muy solidarios y participativos. ¿Era así en tus inicios? ¿Hasta qué punto te has sentido integrado en esta especie de club y cómo son los escasos momentos de descanso de un fotógrafo en un festival, por ejemplo?

La relación entre fotógrafos en los fosos siempre ha sido correcta y agradable. No ha cambiado tanto respecto a los inicios, excepto que antes éramos cuatro y ahora veinticuatro. Tengo muy buena relación con todos, incluso con los que empecé hace ya más de 40 años. Yo no he trabajado nunca para una revista musical, pero siempre he estado rodeado de ‘fotógrafos musicales’. No sé si entre fotógrafos de estas publicaciones pueda existir en algún momento algún tipo de rivalidad, en todo caso siempre les he tenido un poco de envidia, me hubiera gustado formar parte de la redacción de una revista musical, pero no me puedo quejar

¿Cual es tu actual situación en este momento?

He estado más de un año encerrado con la producción de este libro. He aprovechado el confinamiento por el Covid-19 para hacer también un pequeño video https://youtu.be/SNvh_T_EnZ4  y una web  https://www.ferransendra.com. Ha sido más fácil hacer las fotos que escogerlas, ordenarlas y ponerlas en pàgina. Tengo un par de proyectos en la cabeza y ya veremos, tan complicados como éste no serán…

Texto: Daniel Miralles

Fotos: Ferran Sendra

 

 

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