El músico Blas Picón y el escritor Manuel López Poy se traen algo entre manos. Sabemos que lo han llamado Aires de Tormenta, pero creemos que lo mejor es que este último nos explique de qué va la cosa.
Manuel, explícanos a grandes rasgos de qué va el proyecto Aires de Tormenta.
Es una combinación de literatura y música, un libro de relatos que inspiran una serie de canciones compuestas expresamente para el proyecto. Los relatos están escritos en clave de novela negra y ambientados en algún momento de principios del siglo XX, con personajes o hechos extraídos de la historia de aquellos días, marcada por procesos revolucionarios. Cada relato sirvió de base a Blas Picón para componer una canción, aunque no necesariamente siguiendo al pie de la letra la narración, sino como simple fuente de inspiración.
¿Por qué escogiste a Blas Picón o por qué él te escogió a ti?
Porque alguien daría el primer paso. El primer paso lo di yo, al calor de la barra de un bar, que resultó ser, como no, el Honky Tonk Blues Bar de Barcelona. Allí se me ocurrió el primer relato y tal cual le solté a Blas la idea de hacer una canción sobre el asunto e incluso convertirlo en proyecto de libro-disco. Lo elegí por afinidad personal, cultural e ideológico. Somos amigos, a los dos nos gusta el género negro, el blues y la música de raíces norteamericana… y los dos cojeamos del mismo pie descreído y libertario ante la vida. Así que.. ¿qué podía salir mal? Bueno, excepto el primer intento de financiarlo.
Es un proyecto ambicioso en los tiempos que corren e intentáis sacarlo adelante por segunda vez ¿por qué está vez sí?
Sí, planteamos un proyecto muy ambicioso, con un libro y tres versiones de soporte musical: digital, CD y vinilo. Tuvimos la sagacidad de poner en marcha un crowdfunding una semana antes del confinamiento total… y se fue al garete. Ahora volvemos a intentarlo porque, después de más de cuatro años de trabajo, no queremos que el proyecto se quede en un cajón. Esta vez estamos convencidos de que lo lograremos por varios motivos: la cantidad de mecenas que en su día nos prometieron su apoyo de nuevo, el respaldo de un montón de amigos y la adaptación a la realidad que nos ha llevado a rebajar el presupuesto, eliminando algunas cosas como el vinilo y asumiendo personalmente gastos de producción que sabemos que no recuperaremos.
¿Qué diferencias va a encontrar el público respecto a un libro en solitario de Manuel López Poy o un disco de Blas Picón?
Tanto una cosa como la otra se pueden digerir por separado, pero cobran su dimensión real conjuntamente. Creo que para el público será mucho más divertido disfrutar sabiendo que son dos patas del mismo banco… y ojalá se diviertan la mitad que nosotros al hacerlo.
Produce Mario Cobo ¿es parte del proyecto?
Es parte fundamental y no solo como productor, sino que además toca varios instrumentos en el disco. Aunque esto forma más parte del territorio de Blas, que son amigos desde hace un montón de años y han colaborado en varios grupos, para mí es un enorme orgullo poder contar en el proyecto con un artista como él, que además se volcó de una forma entusiasta, desinteresada y absolutamente generosa. De hecho, esa es una característica del proyecto, la implicación de amigos de ambos, como Pike Cavalero, Alfonso Alcalá, Oscar Rabadan, Victor Puertas, DC Wallace, Xavi Carajillo, Mariano Leser o Santaigo Aguinaga.
Luego llegarán las presentaciones. Con esta nueva normalidad ¿habéis pensado algo?
La nueva normalidad es tan poco normal que es imposible hacer planes. De momento tenemos una presentación en el Ciclo de Blues & Boogie de L’Hospitalet y lego, como se suele decir: si eso, eso y luego ya vamos viendo. Intentaremos hacer todas las presentaciones posibles, pero las marcarán las circunstancias.
Eduardo Izquierdo