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XiriaPop – Pazo da Cultura (Carballo)

 

Garbayo con Star Trip

Con mascarillas, aforo reducido, separación entre asistentes y la única presencia alcohólica del gel desinfectante, la organización del XiriaPop se las ha arreglado para sacar adelante lo que hasta pocos días antes parecía imposible. Y gracias a la colaboración del Concello de Carballo, la vigesimotercera edición del XiriaPop pudo realizarse en el Pazo da Cultura de la localidad de la “Costa de Morte”.
Viejos conocidos del público carballés, los portugueses Birds are indie abrieron el festival con una propuesta un tanto diferente al hilo que iba a servir de guía al resto de grupos: ritmos de batería muy básicos, guitarras herederas de los primeros discos de Chris Isaak, ocasionales toques de teclado y una personalísima voz que recordaba a la de Chris Eckman para construir minimalistas y austeras delicatessen pop que, junto a una sobria puesta en escena y la simpatía de su cantante, acabaron por desbaratar los prejuicios de más de un escéptico.

Con un impecable sonido (que fue factor común en todos los grupos a lo largo de los dos días del festival), azucaradas melodías, empastadas armonías vocales y guitarras cristalinas de esas que arañan suavemente, los valencianos Star Trip nos deleitaron con las bonitas composiciones extraídas de los dos lp’s que han editado hasta la fecha. Power pop de factura clásica con referencias a todos los grandes del género y cierre final con “Start again”, de Teenage Fanclub.

También podríamos clasificar de power pop lo de Garbayo. Canciones enérgicas y directas, más rocanroleras que las de los valencianos, pero aún así melódicas y eficaces. Completó su set con visitas al cancionero de Zodiacs, su antigua banda, y cerró recordando “September Gurls”, de Big Star, acompañado a los coros por los componentes de Star Trip.

Peralta

Les tocó abrir la sesión del sábado a Aitor Ochoa & Mad Mule. Tirando de las composiciones de su único trabajo hasta la fecha, el magnífico “All this words will die before the morning”, y recurriendo puntualmente al catálogo de Soul Gestapo, ni los inoportunos problemas con un pedal impidieron disfrutar del derroche de energía guitarrera de los cántabros. La imagen de Aitor tirado por el suelo al acabar el concierto lo dice todo.
Compartió Óscar Avendaño con los anteriores problemas con un pedal, pero en este caso provocaron estos un par de interrupciones que cortaron el ritmo de su actuación, lo que le obligó a prescindir de parte del repertorio previsto. Pero es Avendaño perro viejo y no se vino abajo, y tirando de bombazos de “Old School R’n’R”, The Bo Derek’s (que al fin y al cabo eran los que estaban sobre el escenario), finalizaron rindiendo pleitesía a la única reina que lo merece: Little Richard.

Aunque Peralta no se vio libre de problemas técnicos (esta vez fue problema de un amplificador), ni siquiera este inconveniente les impidió brillar como los fuera de serie que son estos tíos. Si a la clase y elegancia de la guitarra de Ángel Kaplan le sumas un excelso Marcos Montoto, que a ratos parecía poseído por el espíritu de Clarence White, y la entrega e implicación de todo el grupo, no es de extrañar que uno saliera del Pazo convencido de haber asistido a uno de los mejores conciertos de la historia del festival.

Y así se cerró la vigesimotercera edición del XiriaPop. Una edición que, aunque pudiera parecer de transición por las circunstancias en que se celebró, dejó un alto nivel, un agradable sabor de boca y el convencimiento de que con responsabilidad, “sentidiño” e implicación de los organismos oficiales se pueden organizar eventos que ayuden a artistas y público a hacer más llevadera esta situación que estamos viviendo.

Texto: José Gabriel López-Brea Plaza

Fotos: Oscar Caamaño

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