Surfeando la pandemia
Cita de referencia de la música surfera en tierras catalanas, el FestiSurf Costa Brava se impuso a la pandemia con un cambio de emplazamiento –el Palau d’Esports de Platja d’Aro, cuya superficie permitió acomodar varios cientos de almas garantizando el cumplimiento de las medidas sanitarias- y un cartel que reunió a dos viejos conocidos de la casa como son los barceloneses Tiki Phantoms y los londinenses MFC Chicken. Inicialmente se había anunciado también la presencia de los portugueses TT Syndicate, baja de última hora debido a las últimas restricciones decretadas desde Lisboa.
Abrieron fuego Los Tiki Phantoms con una puesta en escena teatral, incluídas sus características máscaras de calavera, y un repertorio que expande los horizontes del instro surf hasta límites a veces insospechados. Venían a presentar su último trabajo, un «Disco Guateque» donde trasladan clásicos de Blondie, Wham!, Alaska y Dinarama o incluso Concha Velasco hasta su particular concepción de la música playera por excelencia. Amenizaron la selección con rompepistas de propia cosecha como «Bala de plata» o «Locos sobre ruedas» antes de despedirse con la vitamínica lectura marca de la casa de «Take on Me» (A-ha).
También MFC Chicken venían con nuevo disco bajo el brazo, un «Fast Food & Broken Hearts» donde se presentan con formación renovada pero todavía fieles al rock’n’roll garajero con acento del Pacific Northwest. Comandados por el incombustible Spencer Evoy, los británicos han ganado dinamismo sobre las tablas con la incorporación de este guitarrista todo terreno que es Dan Crisculo (The Fuzillis). Basaron el set list en el material reciente ( «Always, Always, Always»), presumieron de fondo de armario ( «Goin ‘Chicken Crazy») y reivindicaron sus raíces con una atómica revisión de «Dirty Robber» (The Wailers).
Más allá del aspecto musical, esta octava edición del FestiSurf será recordada sin duda por haberse desarrollado bajo unas condiciones tan excepcionales a nivel general como letales para el sector cultural. En un momento dado, uno de los componentes de Los Tiki Phantoms agradeció al respetable sus ganas de salir a divertirse en un contexto que no invita precisamente a moverse de casa. Y quizás fuera esa la clave. Cuando el ocio y la cultura son estigmatizados e incluso perseguidos desde las más altas esferas, la banda barcelonesa vino a recordar que el ocio es un derecho y la cultura un bien de primera necesidad, también y sobre todo en tiempos de emergencia.
Texto: Oriol Serra
Fotos: Lluís Catalá
