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Cruïlla (Parte 2) – Tócala de nuevo: un festival de micro conciertos.

 

 

Cuando pasa el tiempo y logras tomar perspectiva respecto al tiempo presente y a su extenuante inmediatez, en ocasiones te das cuenta que para asimilar la magnitud de ciertas cosas que suceden es imposible prescindir del contexto. En cualquier otra edición del Cruïlla el espectador medio hubiera echado de menos esos grandes nombres internacionales a los que la cita veraniega por excelencia en la ciudad condal nos había acostumbrado en sus últimas ediciones. Incluso, alguno podría llegar a pensar que un cartel que antaño encabezaban primeras espaldas de la escena internacional como Black Eyed Peas, Garbage, Jamiroquai, Pet Shop Boys o The Prodigy, podría quedar descafeinado con una programación de perfil no menor pero sí menos pomposo.

Sinceramente, nada más lejos de la realidad. Obviamente el concepto de gran festival ha mutado hacia un no menos atractivo compendio de micro conciertos de amplio espectro. Dicho de otra forma, el Cruïlla XXS ha pasado a ser un festival de pequeños festivales en sí mismos.

Y es que los más de 200 artistas de diferentes disciplinas -música, artes escénicas, danza, circo, teatro, comedia- han hecho de éste, un Cruïlla inédito, extraño por la situación, pero sumamente especial a la vez. Más artistas, más días, más espacios, más cercanía. Más realidad, más conexión, más energía. Quizás haya sido fruto de una especie de síndrome del letargo el que ha propiciado que todos esos eventos se hayan vivido de una forma mucho más intensa de lo que a veces se hacía antes de la pandemia. Pero lo que es in dudable de que hemos podido vivir momentos de una carga emocional realmente aguda.

Leire Villanueva, más conocida como Iseo, dejó el formato dúo (Iseo&Dodosound) para ofrecer en el Poble Espanyol un concierto -con homenaje al recién fallecido Pau Donés incluido- repleto de matices, sensibilidad y sus deliciosas armonías que cabalgan entre el delirio y la sensualidad sonora.

Muchachito se transformó en el Hombre orquesta Show y también en formato dúo tardó muy poco en levantar al público de sus sillas debidamente ubicadas con su mezcla de rumba, funk, swing y rock en formato acústico. Y si hablamos de rumba, Joan Garriga (Fundador de los míticos Dusminguet y de La Troba kung-Fú) todo un referente del género, logró que por un par de horas la gente -casi- se olvidara de virus y pandemias con su energía, optimismo y buen humor habituales.

Otro que tiró de humor fue Ismael Serrano que, alternando bellísimas canciones cantadas con exquisitez y sentimiento, con un discurso inteligente, ácido y cargado de comentarios mordaces hizo que el público del Camp Nou conectara desde el primer acorde con el cantautor madrileño.

Lo de Sidonie fue otra historia. Jugaban en casa; con disco recién grabado y un puñado de nuevos singles que compartir por primera vez con su gente; con todo a favor, y su especial habilidad para generar atmósferas vitalistas, los barceloneses, como de costumbre, sacaron brillo en vivo a su pop rock enérgico con toques psicodélicos y de melodías trazadas con impecable delicadez.

Muchos otros pusieron color al Cruïlla XXS. Albert Pla, M-Clan, Novedades Carminha, Sopa de Cabra, Pau Riba, LeónBenavente y un largo etcétera de nombres, cada cual en su terreno, pero que completaron una edición del Cruïlla intensa, esperada y más que necesaria para demostrar que en esta nueva normalidad la cultura y la música en directo debe continuar pese a todos los obstáculos que aparezcan en su camino.

Texto: David Lage

Foto: Xavir Mercadé

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